Entre los candidatos americanos con más posibilidades están los brasileños João Braz de Avis, de 65 años, y, sobre todo, Odilo Pedro Scherer, de 63 años y arzobispo de São Paulo. Este último es un hombre conservador pero con un notable conocimiento de los problemas locales. Brasil es uno de los países con mayor concentración de católicos.
En la Argentina, se ubican Leonardo Sandri, de 69 años, y Jorge Bergoglio, de 76 años. Sandri fue sustituto del secretario de Estado vaticano entre 2000 y 2007, es decir, el número tres de la curia. Primero con Ángelo Sodano y luego con su sucesor, Tarsicio Bertone.
Según lo que publica Infonews, las miradas también se perfilan para el continente africano. En este caso, el ghanés Peter Turkson, de 64 años, sería el elegido; dirige la Oficina Vaticana para la Justicia y Paz, y es portavoz de la Iglesia en asuntos sociales. Sería un importante rearme del catolicismo en África, donde avanza el islam.
Estados Unidos tampoco queda fuera: entre los más citados está el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, de 62 años. Dolan es un hombre de su tiempo, con cuenta en Twitter y un estilo directo. Pero, con 62 años, puede resultar un poco demasiado joven (Karol Wojtyla fue elegido a los 58 años y su pontificado resultó larguísimo). Por otro lado, a Dolan no le favorece haber nacido en Estados Unidos, un país que acumula demasiado poder en el mundo y en el que los católicos son minoría.
Todos los cardenales menores de 80 años pueden votar en el cónclave, una reunión secreta que se celebra en la Capilla Sixtina.
De acuerdo a la tradición, las papeletas se queman después de cada ronda de votación, por lo que el humo negro que sale de la chimenea significa que no se pudo elegir un Papa. Cuando emerge humo blanco, el Vaticano indica que ha sido elegido un nuevo Papa.
Los Papas pueden renunciar, según lo contempla la ley eclesiástica, que sólo especifica que la renuncia se deberá "hacer libremente y manifestarse adecuadamente". Pero sólo unos cuantos Papas lo han hecho.
Una de las razones por las que no es algo común es que la existencia de dos Papas puede generar divisiones e inestabilidad en la Iglesia.
El anuncio de Benedicto XVI podría sentar un precedente que presione a futuros papas a renunciar ante el menor indicio de enfermedad. El propio Benedicto XVI planteó esa posibilidad cuando fue entrevistado para el libro "Luz del Mundo", cuando habló de dimitir en 2010 si él era demasiado viejo o estaba demasiado enfermo para continuar.
Fuente: www.elintransigente.com
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