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martes, 8 de octubre de 2024

Batalla de Lepanto: entre la vergüenza francesa y la gloria española

 Parafraseando a san Jerónimo, podríamos decir que, a mediados del siglo XV, “el mundo se despertó musulmán”. En efecto, el gigante dormido del Islam se levantó en el terrible Imperio Otomano, que comenzó a devastar África, Asia y Europa Central, llegando hasta las puertas mismas de Occidente. El avance fue tan rápido e inesperado que ni los papas ni los reyes cristianos reaccionaron contra el enemigo común, como antaño lo habían hecho en las Cruzadas.

 En 1453, Mohamed II se apoderó de la capital del cristiano Imperio Romano de Oriente, Constantinopla, transformando la basílica de Santa Sofía en gran Mezquita (lo que volvió a hacer Erdogan el año pasado). Diez años después caían Bulgaria, Serbia, Belgrado y Croacia. Al mismo tiempo, la ola turca avanzó sobre Grecia, asegurándose la isla de Eubea, Atenas y todo el Peloponeso. No tardaron en cruzar el Adriático y desembarcar en la ciudad italiana de Otranto, destruyéndola y masacrando a toda la población en 1481.

Imperio otomano en verde y el imperio español en rojo.

 A su vez, los otomanos conquistaron a los mamelucos de Egipto (1517), adueñándose de Túnez y Argel, y haciendo que los “moderados” se volviesen más fanáticos que antes. Así avanzaron sobre Palestina y Arabia, y proclamaron en La Meca a Selim, como único sultán del imperio.

 Dos años después atacaron el corazón de Europa Central: Belgrado, que luego de varios intentos, cayó bajo el poder mahometano. Lo mismo pasó en la isla de Rodas, a pesar de la heroica resistencia de los Caballeros de San Juan. Para 1526 los tenemos instalados en Budapest, previo asesinato del rey Luis de Hungría. Rumania, Albania y la Calabria italiana fueron arrasadas, hasta que les llegó el turno a los franceses de Niza y Toulón. Le siguieron las islas mediterráneas de Córcega, Elba y Menorca. El broche de oro fue Chipre, bastión católico desde la época de las Cruzadas, que capituló en 1570 con una espantosa matanza. Tampoco se salvó el Adriático, desde Corfú hasta Venecia se multiplicaron las incursiones islamitas y comenzó a peligrar la misma Roma.

 En poco más de un siglo, la Cristiandad había quedado reducida a “un cantón de Europa”, como dice el historiador Jean Dumont, sin que nadie pudiese detener la embestida turca; las ciudades conquistadas quedaban bajo dependencia directa del Sultán.

 Para peor, con los cristianos capturados, los otomanos crearon dos inmensos campos de concentración y tráfico de esclavos en Túnez y en Argel, donde se llegó a tener más de un millón de cautivos. En aquella época, los prisioneros eran obligados a remar como galeotes bajo las órdenes del Sultán; cuando su cuerpo extenuado no respondía más, una cimitarra les cortaba la cabeza y sus despojos eran arrojados al mar. Otros cautivos de mayor categoría se convertían en preciados rehenes del chantaje turco, pidiendo por su liberación exorbitantes sumas de dinero o vendiéndolos como esclavos a otros cofrades. Tal fue el caso del pobre Cervantes, cautivo en Argel, vendido luego a un renegado que lo maltrató con trabajos forzados y reclusión, hasta que otros cristianos pagaron su rescate.


Doble vergüenza

 Ahora bien, el avance del Islam no hubiera ocurrido, sin la fundamental colaboración proporcionada nada menos que por un reino católico, Francia. Como bien lo denuncia y prueba el mencionado Jean Dumont en su magnífico libro de Lepanto, la historia oculta. En efecto, la información, el material bélico, los barcos y hasta el dinero para financiar la flota enemiga durante el avance fueron suministrados en gran parte por Francisco I, Enrique II y Carlos IX sucesivamente. Estos monarcas se convirtieron en cómplices y protagonistas de la expansión turca. Veamos algunas de sus perlitas…

 Desde que Carlos V fue elegido cabeza del Sacro Imperio, Francisco I, decepcionado, comenzó a desarrollar una política anti-española, y por lo tanto, anti-católica, llevando a la Hija Mayor de la Iglesia a tocar fondo, al traicionar de raíz su vocación primordial. Por empezar, a partir de 1520, el rey francés alentó cuanta sublevación mora se produjo en suelo español, pasando luego a mayores, con el establecimiento de una alianza ofensiva entre Francia y el Islam, contra la Cristiandad.

 Apoyando la rápida conquista del sultán Solimán en Europa, Francisco I se convirtió en su aliado principal, con el único objetivo de jugarle una mala pasada a su rival Carlos V, emperador de la casa de Austria. Su ceguera quedó en evidencia cuando hasta los mismos príncipes luteranos condenaron la traición francesa y auxiliaron a los españoles en defensa de Viena, salvando así la capital asediada de las garras otomanas. No obstante, los alemanes no vacilarán luego en unirse al Islam contra el catolicismo.

El rey de Francia Francisco I se alía con el turco Solimán el Magnífico.

 En 1535, Carlos V organizó una cruzada para rescatar a los cautivos de Túnez, plaza fuerte de Barbarroja, almirante de Solimán. Al llamado del emperador concurrieron los ejércitos pontificios, el rey de Portugal, los Caballeros de Malta y hasta ¡Francisco I dio su palabra! Aunque ni bien recibió la confidencia, envió un agente secreto al almirante berberisco para revelar el plan católico. Con todo, y pese a su traición, la incursión tuvo éxito y más de 20.000 cristianos fueron liberados.  

 Lamentablemente, no solo el poder político, sino también el eclesiástico estuvo comprometido a favor del Islam. Los turcos consiguieron la complicidad de algunos obispos galicanos, como fue el conocido caso de Mons. Pellicier de Montpellier, quien se desvivió por complacer al Sultán. Así, mientras Carlos V planeaba una nueva irrupción en Argel para liberar más cautivos, “los agentes secretos de Francisco I -especialmente el obispo Pellicier- mantuvieron informado a Barbarroja de los movimientos de la flota española”, nos revela Dumont. Así, el ataque fracasó y los cristianos debieron continuar sufriendo su calvario gracias a un prelado seudo-católico que, si bien había sido destituido por Roma, se mantenía en sus trece con apoyo del monarca.


El Pachá a las órdenes francesas

 Como si esto fuera poco, en 1543 Solimán escribía a su amigo Francisco I: “Te he concedido mi temible flota, equipada con todo lo necesario. He ordenado a Barbarroja, mi ‘Kapudán Pachá’ (almirante en jefe) que escuche tus instrucciones” (Sic!). Ahí lo tenemos… ¡el rey de Francia convertido en comandante de la flota islámica! En efecto, bajo sus órdenes, Barbarroja arrasó la costa siciliana y luego se dirigió a Marsella, donde su tropa fue agasajada con regalos. El Pachá turco recibió una espada de honor en nombre del rey, de la que más tarde se sirvió para degollar cristianos de Niza.

 Más aún, Francisco I concedió a la escuadra islamita, el puerto militar de Toulón como refugio para pasar el invierno, haciendo expulsar manu militari a gran parte de la población cristiana con el fin de dar “acogida” a 30.000 “huéspedes” musulmanes. Desde allí, Barbarroja aumentó sus saqueos en la costa mediterránea con el guiño del rey francés.

 Cuando la situación se volvió escandalosa y las protestas francesas se tornaron violentas en el mismo puerto, Francisco I, asustado, se vio obligado a comprar la retirada de Barbarroja y los suyos. No le fue nada fácil, ya que el Pachá era un especialista en chantaje y puso un alto precio a su partida: 800.000 escudos de oro (suma que sobrepasaba el valor de Toulón). El rey terminó, prisionero en su propia trampa, acabó desembolsando hasta el último escudo. Días después, la escuadra turco-franca, se retiró devastando a su paso las costas de Nápoles, Sicilia, Calabria y Cerdeña, al abrigo de galeras flordelisadas cargadas de cristianos cautivos. Cuando llegaron a Constantinopla, Solimán los recibió como verdaderos héroes.

 Para la Europa cristiana, la alianza franco-islamita fue un escándalo mayúsculo. En una declaración oficial, los protestantes de la Dieta de Spira, expresaron su rechazo visceral: “El rey de Francia es tan enemigo de la Cristiandad como los propios turcos”. Y hasta Enrique VIII se solidarizó con Carlos V, renovando viejas alianzas.

 Luego de la muerte del rey francés, Enrique II continuó con la política traidora de su padre, entregando en 1552 material bélico a los berberiscos de Argel, con el fin de realizar operaciones navales conjuntas contra Nápoles. La intención galicana del nuevo monarca era impedir el Concilio de Trento, cuya participación ya había prohibido a los obispos franceses. Sin embargo, la realidad se le impuso y, asustado por el desastre de sus tropas en San Quintín[2], el rey recapacitó dejando atrás su alianza con los turcos. No obstante, el daño ya estaba hecho.

 Con la asunción de Carlos IX en 1568, los hugonotes antiromanos volvieron al poder y con ellos la nefasta política pro-islam. En este marco, fue enviado a Constantinopla el obispo de Dax, Mons. Noailles, para tratar con el sultán Selim II, quien llegó a firmar un acuerdo franco-turco para atacar el alma de la Cristiandad: Roma. Aunque la ofensiva no llegó a consumarse, el rey francés se dio el gusto de humillar a San Pío V, enviándole como embajador al traidor Noailles, a pesar de haber sido desposeído de su investidura y declarado “herético notorio” por el Santo Padre.

   Como bien apunta Dumont, “el turquismo y el galicanismo siempre fueron consustanciales” en su odio contra la Cristiandad cristalizado en el contubernio de Francia y el Islam, con la complicidad de algunos príncipes protestantes.


La Liga Católica

 Mientras tanto en Occidente se preparaba “el ejército de los santos y la nube de las oraciones…”, como dice bellamente Braudel. San Pío V había hecho un llamamiento a la cruzada en 1570 para formar una Liga Santa contra el turco.

 Ante todo, el Papa dirigió una súplica in extremis al rey de España, Felipe II: “De ti en primer lugar, muy querido hijo de Cristo, imploramos la ayuda y el auxilio. Tu Madre, la Santa Iglesia, se postra ante ti gimiendo y llorando”. El monarca, con una cosmovisión verdaderamente “católica”, más aun si tenemos en cuenta que no había terminado de sofocar las revueltas moriscas de Granada, escribió sin dudar: “Los intereses de la Iglesia están por encima de los míos. He decidido emplearme en hacer realidad la alianza que deseáis, dando instrucciones para que se trabaje en ello. ¡Que el Señor guarde a Vuestra Santidad y haga crecer la prosperidad de la Iglesia Católica!”.

 De manera similar respondieron los venecianos y la soberana Orden de Malta, expertos en combates navales. Apoyo menor dio el Duque de Saboya y del Piamonte, como también Génova, Mantua, Luca, Toscana, Ferrara, Cerdeña, Milán y Sicilia… pequeños reinos y ducados que habían sufrido las acechanzas sarracenas y que decidieron sumarse hasta formar ¡una Italia! Desde el punto de vista político y nacional, la alianza de italianos y españoles contra el Islam, fue una novedad absoluta y de muchísima importancia.

 La unión hizo la fuerza, formándose una invencible “trilateral católica” financiada principalmente por España, seguida de Venecia y el resto por los Estados Pontificios.

 Así, el 25 de mayo de 1571, el Santo Padre proclamaba solemnemente la cruzada desde la Basílica de San Pedro… sin la presencia de Francia en la Liga Santa ¡Vergüenza histórica! Más aún si tenemos en cuenta que, cuando san Pío V había enviado al cardenal Alexandrini para pedirle a Carlos IX su participación, el rey se dio el gusto de rechazar la oferta en “virtud de los tratados y alianzas de comercio con los turcos que acaba de renovar” (Sic!). Una vez más, la Hija Mayor de la Iglesia renegaba de su Madre… y del “Señor de la Historia”, que le daba otra oportunidad para que inscribiese una nueva gesta en el Libro de la Vida.

 En el Juicio de las Naciones se le pedirá cuenta. Mientras tanto, la monarquía pagó con su sangre y la de su pueblo, que incluso actualmente debe resignarse a que los mismos puertos facilitados entonces a la flota turca, como Marsella, Niza y Toulón…, se hayan vuelto los principales bastiones musulmanes, con barrios fuera de la ley, donde ni la policía consigue entrar.

Cuyo nombre era Juan…

 Teniendo en cuenta la participación de dinero, hombres y barcos, el mando general correspondía a los españoles; Felipe II propuso a su hermanastro, Don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V, de tan solo 26 años. Un joven apuesto con gran liderazgo, que ya había provocado serias derrotas a los turcos; además de contar con las cualidades necesarias para el cargo: “piadoso, apasionado, valiente y seductor y de gran capacidad diplomática y militar”. Por su parte los genoveses y venecianos contaban con almirantes de muchísima mayor experiencia y carrera militar. Y como San Pío V había convocado a la Cruzada, a él correspondía zanjar la delicada cuestión, que no parecía ser tan evidente. El tiempo apremiaba y, mientras se asesoraba, el Papa no dejó de rezar suplicando al cielo una señal que lo ayudase en la elección correcta.

Don Juan de Austria por Alonso Sánchez Coello (1567)

Un día, al finalizar la Misa, tuvo una inspiración divina mientras recitaba en silencio el último Evangelio: “Hubo un hombre, enviado de Dios, cuyo nombre era Juan…” Por unos instantes no pudo continuar, el tiempo quedó suspendido, hasta que retomó la lectura con una leve sonrisa. El versículo le había iluminado su inteligencia confirmándole al príncipe Juan como Generalísimo de la Santa Liga.

 Al arsenal de Sevilla se le encargó la construcción de gran parte de la flota y del equipamiento de la Galera Real para el príncipe español: un enorme navío de 50 metros de largo con 300 remeros, rematado por un Hércules gigantesco en la proa y una estatua de la Gloriosa Virgen María en la popa. Allí debían embarcarse los retoños de la nobleza andaluza, los famosos “infantes”, como el joven Miguel de Cervantes Saavedra, de 24 años.

 Desafiando el mal tiempo, la Nave Capitana zarpó con sus galeras hacia el puerto de Mesina para reagrupar fuerzas. Sin perder tiempo, el Generalísimo logró organizar y unificar la gran flota cristiana bajo su único mando. En total 80.000 hombres, de los cuales 50.000 eran marineros y 30.000 soldados de infantería. Considerando el peligro que para una armada compuesta de diferentes reinos y ducados, representaba la multiplicidad de capitanas, que al primer desacuerdo podrían abandonar la flota; Don Juan decidió unificarlos en escuadras comunes, donde todas las fuerzas estaban mezcladas y cada uno quedaba al servicio del conjunto. Esta integración de aliados fue una extraordinaria novedad que evitó iniciativas divergentes en momentos inoportunos, dando a la armada católica una homogeneidad y solidez excepcional.

Réplica de la Nave capitana en el Museo Marítimo de Barcelona.

 La fuerza principal de la Liga era la escuadra española, con 164 barcos frente a los 134 de Venecia y los 18 del Papa -comprendidos navíos ligeros, fragatas, bergantines y otros-, aunque lo que realmente contaba eran las 208 galeras y 6 grandes galeazas con cañones bien pesados. Toda la artillería fue llevada al frente y en forma masiva. Para aumentar la potencia de fuego en las otras galeras, el Generalísimo hizo aserrar sus altos espolones, permitiendo un tiro directo y frontal, en lugar del curvo habitual. También mandó reforzar las batayolas de las galeras con paneles de madera, detrás de los cuales, los combatientes podrán protegerse de la nube de flechas envenenadas que lanzaban los turcos. No olvidemos que un arco podía tirar más de 30 flechas mientras se cargaba apenas un tiro de arcabuz.

 Así partieron las cinco escuadras con La Real en el centro; el genovés Juan Andrea Doria en el ala derecha[3] y el almirante Barbarigo a la izquierda; en segundo puesto, Marco Antonio Colonna, general de la escuadra pontificia. Y atrás, bien escondida, se reservó el non plus ultra de la flota al mando de Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, “relámpago de la guerra, jamás vencido”, como lo llama Cervantes.

Con este signo vencerás…

 En Nápoles, el príncipe español recibió solemnemente el bastón de mando supremo y un inmenso estandarte de Jesús Crucificado con la inscripción constantiniana: In hoc signo vinces, bendecido por San Pío V. Al entregárselo, el cardenal repitió en latín, español y veneciano, lo que resumía el espíritu de la cruzada: “¡Toma, príncipe afortunado, la enseña del Verbo verdadero hecho Hombre! ¡Toma la imagen viva de la Santa Fe de la que, en esta empresa, tú eres el defensor! ¡Que ella te dé la victoria sobre el enemigo impío y que, por mediación de tu mano, sea abatido el soberbio!”. En cuanto se desplegó al viento el lábaro, Don Juan fue el primero en caer de rodillas, siguiéndole toda la tropa que al unísono respondió: ¡Amén!                 

Reproducción del estandarte y pendón original que blandeó en la nave capitana (Museo de la Santa Cruz, Toledo)

 Luego de ayunar tres días, confesarse y comulgar, el Generalísimo se preparó para embarcar en paz con Dios y con su alma; su piadoso ejemplo fue imitado por miles de marineros y soldados. Como si la coraza espiritual fuera insuficiente, Don Juan ató a su cuello un pequeño relicario que el Santo Padre le había obsequiado con un fragmento de la Vera Crux. Y en la punta del gran mástil de La Real hizo adosar el crucifijo milagroso que le había ofrecido su querido preceptor, Luis de Quijado.

Juan de Austria recibe de rodillas el estandarte (Fresco en Iglesia de la Visitación, Ain Karim)

 Antes de partir, el nuncio papal impartió la bendición con indulgencia plenaria para aquellos que muriesen en combate. Cada galera fue provista con un capellán -jesuita, franciscano o capuchino- que sin cesar llamaban a la oración y al arrepentimiento. Don Juan pasó una última revista a sus tropas, mientras distribuía medallas, escapularios y rosarios, diciendo: “Habéis venido aquí por voluntad de Dios, ¡Poned vuestra esperanza en el Dios de los Ejércitos!”

 Finalmente, el 16 de septiembre, zarparon en busca de la armada otomana. Durante tres semanas de mal tiempo, enviaron exploradores y pequeñas expediciones sin resultado… Hasta que el 3 de octubre un marino divisó la flota enemiga fondeada a la entrada del estrecho y profundo golfo de Lepanto[4], que separa el Peloponeso de la Grecia continental.

En rojo el itinerario de la flota católica hasta encontrar a los turcos en el Golfo de Lepanto (Patras)

Cara a cara

 Al amanecer del domingo 7 de octubre de 1571, la armada cristiana se dirigió a la batalla bajo pésimas condiciones. A causa del viento en contra y de la estrechez del canal, la flota se desunió en la entrada, necesitando tres horas para alinearse nuevamente, mientras los turcos intentaban rodearlos con sus galeras más rápidas y ligeras, impulsadas por el viento a su favor.    

 La Sultana, nave capitana comandada por Alí Pachá, estaba secundaba por otra galera con músicos, médicos, astrólogos y hasta sus dos hijos menores. Pues los musulmanes estaban tan seguros de la victoria, que festejaban por adelantado al compás del pífano y del tamboril. Parecía evidente… contaban con 120.000 combatientes y remeros, una poderosísima artillería y 230 galeras, sin contar buques de carga. En total más de ¡400 barcos! La flota más grande que hasta el momento se había visto en el Mediterráneo. Los números hablaban por sí solos: 56 galeras de Shuluk contra 53 de Barbarigo, 96 de Alí contra 62 de Don Juan; 94 de Uluj Alí contra 50 de Doria.

Pintura de Fernando Bertelli (1572)

 No obstante, la falta de unidad moral les jugaba en contra. Los jefes musulmanes apenas si estaban yuxtapuestos bajo un mando común, y su falta de cohesión también se advirtió desde el comienzo, cuando varios capitanes mudaron de parecer y se separaron de Pachá. La endeble situación, se vio agravada por el carácter opresivo del Islam, el mismo Alí se vanagloriaba de contar: “con tantos esclavos como soldados”. Es decir, una flota sometida bajo el látigo y la cimitarra. Esos esclavos eran antiguos niños raptados, a quienes agregaron como remeros un gran número de cristianos capturaros a último momento en las costas del Peloponeso.


Non plus ultra…

 Recuperando su formación inicial en cruz, las galeras cristianas lograron bloquear la abertura del embudo y encerrar al adversario en su propia guarida del golfo. Así, desplegadas en línea de batalla, cortaron la salida al mar, forzando al enemigo a una guerra de sitio, casi inmóvil, en la que los cañones, arcabuces y defensas españolas, fueron inclinando la balanza.

 Pronto la artillería pesada de las galeazas envió a pique a media docena de galeras turcas. Alí Pachá quedó impávido, no salía todavía del golpe cuando una nueva dificultad se presentó: el viento cambió repentinamente de dirección soplando del lado cristiano. Como consecuencia, el espeso y oscuro humo de los cañones, terminó cegando la visión completa de sus tiradores.

 Luego de una derrota parcial de la escuadra de Doria, La Sultana arremetió su espolón contra La Real, empotrándose hasta la cuarta fila de remos. La situación se volvió dificilísima para los cristianos en una lucha cuerpo a cuerpo. Espada en mano, Don Juan debió entrar en combate, siendo herido levemente. Fue en ese momento límite, cuando apareció la reserva, el non plus ultra con las banderas desplegadas de la Inmaculada Concepción, dando la victoria definitiva.

 Ni bien los españoles se apoderaron de La Sultana, hicieron izar en el mástil el estandarte de la Santa Liga, arriando el del profeta. Para Alí Pachá fue el fin, algunos dicen que se suicidó, otros que murió en combate. La galera de los músicos con sus hijos fue capturada, la escuadra de Uluj Alí huyó despavorida con 50 galeras, pero el Marqués de Santa Cruz y Doria se lanzaron a su persecución, logrando hundirle la mitad de los barcos.

 La victoria cristiana fue aplastante: de las 230 galeras turcas, solo 30 volvieron a Constantinopla, 155 fueron capturadas y el resto quedó hundido bajo las aguas. Unos 30.000 musulmanes murieron en combate y 5.000 terminaron prisioneros. Mientras que 15.000 galeotes cristianos fueron liberados, en medio de una alegría inimaginable.

 Don Juan por su parte, debió lamentar la pérdida de 15 galeras, 8.000 caídos y más de 21.000 heridos que llevaron orgullosos la cicatriz de su victoria. Tal fue el caso del autor del Quijote de la Mancha, conocido también como “el manco de Lepanto” por haber quedado inmovilizado de brazo, mientras 40 compañeros y el propio capitán de su galera, perdieron la vida. El sacrificio heroico de tantos había valido la pena. El mar, enrojecido de sangre, era de nuevo ¡cristiano!


Non nobis… 

 Terminemos con unas palabras para quien fuera el alma de la cruzada: San Pío V. Un hijo de pobres -su familia había sido saqueada por las incursiones islámicas-, convertido luego en dominico. Viajaba siempre de a pie con sus alforjas al hombro y ya siendo Papa, continuó con la costumbre. Durante la preparación y el desarrollo de la batalla hizo doblegar los rezos con las Cuarenta Horas, multiplicando procesiones presididas por él, donde siempre se lo vio descalzo. Como buen hijo de Santo Domingo, no dejó de desgranar su Rosario, popularizándolo entre los cristianos de Roma y del mundo entero.

 Gracias a la familiaridad que tenía con el mundo sobrenatural, fue favorecido por una visión milagrosa de la victoria en el mismo instante en que se daba en Lepanto ¡A unos 1.000 km. del Vaticano! Aquel 7 de octubre, mientras examinaba unas cuentas con varios prelados: “De repente, -cuanta su tesorero Busotti- como movido por un impulso invencible, se levantó, se acercó a una ventana, la abrió y miró hacia el Oriente… quedándose en contemplación. Después se volvió hacia sus visitantes y, con los ojos todavía brillantes por el éxtasis, dijo: ‘No nos ocupemos más de estos negocios, vayamos a dar gracias a Dios. La armada cristiana acaba de conseguir la victoria’”. Despidiéndolos rápido, se dirigió a su oratorio privado para sumirse en profunda acción de gracias en medio de una emoción indescriptible.

San Pio V y la visión de la Victoria. Basílica de Maria Auxiliadora, Turín.

Diecisiete días después, el 24 de octubre, un correo nocturno llegó a Roma, enviado por el dogo de Venecia, uno de los primeros en recibir la buena nueva. Como bello símbolo del anuncio, el mensajero desembarcó de la galera Arcángel Gabriel. Y a pesar de la hora inoportuna, se lo condujo ante el Papa para confirmar en la tierra lo que el cielo ya le había adelantado.

 De inmediato el Santo Padre ordenó despertar a todos los huéspedes del Vaticano para convocarlos en la capilla a fin de glorificar a Dios: “El señor ha escuchado la súplica de los humildes y no ha desdeñado su petición. ¡Qué estos hechos sean escritos para la posteridad y que los pueblos que han de venir alaben al Señor!”, exclamó mirando a lo alto. Al día siguiente, Roma despertó con alegría al repique de todas las campanadas, mientras se entonaban los Te Deum.

 Fiel al Rosario, San Pío V atribuyó el éxito de Lepanto a la intercesión de la Virgen María, añadiendo a las letanías lauretanas otra invocación: Auxilium Christianorum, ora pro nobis! Además, estableció, el 7 de octubre como fiesta en honor de Nuestra Señora de la Victoria que luego se extendió a toda la Iglesia con el nombre de Nuestra Señora del Santo Rosario, quedando así para la posteridad.

 A su vez, los cristianos en medio de la batalla también habían interpretado el repentino cambio del viento como un hecho sobrenatural, un guiño milagroso del Cielo a su favor, dado por el rezo del Rosario. Fue por ello que el Senado de Venecia hizo grabar en la famosa pintura de Lepanto encargada para el salón de sesiones: “Non virtus, non arma, non duces, sed Maria Rosarii victores nos fecit”, “No fue el valor, ni las armas, ni los jefes, sino María del Rosario la que nos hizo victoriosos”.

San Pio V y la visión de la Victoria. Basílica de Maria Auxiliadora, Turín

 Santo Cristo de Lepanto que presidió la Nave Capitana. (Catedral de Barcelona). Se dice que en plena batalla, esquivó una bala de cañón y a eso se debe la inclinación de su cuerpo.

La gloria

 Comenta el historiador Braudel “Esta victoria aparece como el fin de una miseria, el fin de un verdadero complejo de inferioridad de la Cristiandad y de una primacía turca (…) El peso inmediato de la jornada, fue enorme”. Las fiestas en acción de gracias se sucedieron incesantemente por doquier, ya que “La Cristiandad no cabía en sí de gozo”.

Tumba de Don Juan de Austria en el Escorial, muerto a los 33 años. Con la inscripción en mármol: “Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Joannes” (Jn, I, 6)

 Por su parte, Jean Dumont hace un sentido y vergonzoso mea culpa de su patria: “A nosotros los franceses, nos queda el dolor por no haber participado, como estado, en este salvataje glorioso de la Cristiandad. E incluso por haber hecho todo lo posible -nuestros reyes, políticos y obispos-, para impedirlo”.

 Para España, Venecia y la Iglesia, Lepanto fue la gloria. El Mediterráneo volvió a recuperar la paz y tranquilidad por un largo tiempo. La flota turca dejó de ser una fuerza de asalto y conquista, y quedó a la defensiva. Los otomanos de Constantinopla entraron en pánico, incluso se temió la llegada de la armada española a las puertas de la capital turca.

 En fin, habría mucho más para decir, pero terminemos con la lección que un 7 de octubre nos dejó san Pío X, al afirmar rotundamente: “Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”. Hoy más que nunca, desde las costas francesas, necesitamos de “un ejército de santos y una nube de oraciones…” que salven por una segunda vez lo poco que queda de Cristiandad. 


Fuente: quenotelacuenten.org

miércoles, 17 de abril de 2019

E-mails de ex-astronauta a John Podesta: «Vaticano sabe de extraterrestres y la guerra espacial es inminente»

 John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton, ha abordado la posibilidad de que el Vaticano tuviera conocimiento de la existencia de vida extraterrestre, según una correspondencia mantenida en 2015 con un reconocido astronauta estadounidense. 

 «Los extraterrestres quieren ayudar a la humanidad, pero temen las tendencias violentas de los humanos», dicen los correos electrónicos del jefe de campaña de Hillary Clinton publicados por WikiLeaks. «La carrera espacial se está calentando (…) Estamos sin duda más cerca que nunca de una guerra en el espacio, la mayoría de los satélites que orbitan la Tierra pertenecen a EE.UU., China y Rusia y las recientes pruebas de armas anti-satélites no alivian el factor miedo», escribió en el 2015 el fallecido astronauta estadounidense Edgar Mitchell, en uno de sus correos electrónicos dirigidos al jefe de campaña demócrata, John Podesta.

 Según Mitchell, "la inteligencia extraterrestre no violenta es procedente de un universo contiguo que está tratando de compartir energía del punto cero con nuestro planeta", pero no “tolerará cualquier forma de violencia militar en la Tierra o en el espacio».

 El ex-astronauta de la NASA también sugiere que el Vaticano es consciente de la existencia de inteligencia extraterrestre y urge a Podesta una reunión para tratar la divulgación de este asunto. A principios de este año, el jefe de campaña de la aspirante demócrata afirmó que había convencido a Clinton para desclasificar archivos sobre ovnis en caso de que ganara las presidenciales de Estados Unidos.

 En este link de WikiLeaks podrás encontrar los e-mail del reconocido astronauta norteamericano Edgard Mitchell: https://www.wikileaks.com/podesta-emails/emailid/1802

Fuente: Codigooculto.com

viernes, 12 de abril de 2019

Sacrificios rituales y una red de pedofilia en el Vaticano.

 El Vaticano abrirá por primera vez una investigación para esclarecer la extraña desaparición de Emanuela Orlandi, la hija de un funcionario vaticano cuyo rastro se perdió en junio de 1983, según confirmó la abogada de la familia, Laura Sgrò.

 La Secretaría de Estado de la Santa Sede ha autorizado la apertura de la investigación respondiendo a una petición de la familia. El Vaticano no ha especificado si accederán a todas las demandas de la familia Orlandi, entre ellas a la solicitud de la apertura de una sepultura en el cementerio teutónico vaticano, en el interior del Estado pontificio, donde sospechan que podrían hallarse los restos de la joven.

 "Pedimos que se investigue una de las tumbas del cementerio teutónico, alrededor de la cual circulan rumores en el Vaticano desde hace años. Pero no quiero que la abran para hacerme un favor, quiero que la verdad salga a la luz", ha explicado a medios locales el hermano de la joven desaparecida, Pietro Orlandi.

 El año pasado la familia recibió una carta anónima con una foto de una sepultura y una frase escrita: "Busque donde indica el ángel". En el cementerio teutónico próximo a la Plaza de San Pedro, se encuentra una estatua de un ángel que sostiene una sábana con el texto en latín 'Requiescat in pace' (Descanse en paz), mientras que en la lápida hay una inscripción dedicada a la princesa Sofía y al príncipe Gustavo von Hohenlohe, que en 1857 fue nombrado arzobispo por el papa Pío IX. La carta también fue enviada a la abogada de la familia.

El hermano de la joven ha explicado que además de pedir la apertura de la sepultura, la familia ha solicitado a la Santa Sede documentos relativos al caso y la posibilidad de "escuchar a algunos cardenales" y al magistrado encargado de investigar la desaparición de Emanuela, Giancarlo Capaldo, "que en 2012, después de ser contactado por el Vaticano, se encontró con un prelado en una especie de 'negociación' sobre el caso".

 Emanuela Orlandi tenía 15 años cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro a la salida de una clase de música en la Plaza de San Apolinar, en el centro de Roma. Algunas hipótesis que no llegaron a ser confirmadas por la Justicia italiana apuntaban a que la joven podía haber sido secuestrada por un grupo extremista turco para pedir la liberación de Ali Agca, el terrorista encarcelado entonces por haber atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981. Otras teorías sugerían que Orlandi fue víctima de una red pedófila detrás de la cual se encontrarían altos jerarcas de la Iglesia. La Fiscalía de Roma investigó también la presunta relación del caso con la Banda de la Magliana, la organización criminal que sembró el terror en la capital italiana durante los años del plomo.

 El hallazgo el pasado mes de octubre de varios fragmentos de huesos humanos, durante los trabajos de renovación de los sótanos de la Embajada de la Santa Sede en Roma, dio nuevas esperanzas a la familia de poder conocer finalmente el paradero de la joven. Pero el estudio de los restos óseos localizados confirmaron que tenían más de 100 años, por lo que no podían pertenecer a Orlandi.

 "Después de 35 años de falta de colaboración, el inicio de una investigación es un cambio importante", asegura Pietro Orlandi. "Esperemos que llegue el momento de la verdad y de la justicia para Emanuela". *

 ¿Por que el Vaticano tardó 36 años en reaccionar y acceder a la investigación en sus propios aposentos?

 Algo es palpable en estos últimos años en la Santa Sede y es que el Papa argentino Bergoglio, Francisco I, no tendrá ningún tipo de piedad contra la pedofilia en la Iglesia. Ahora una pregunta que muchos se hacen es: si salen a la luz casos de pedofilia en la mismísima sede vaticana, ¿El Papa estaría dispuesto a investigar esto seriamente? La respuesta pareciera ser que si, dado que muchos señalan a Francisco como un Papa dispuesto a luchar contra esta horrible práctica sexual, aunque nada haya cambiado desde hace unos 6 años desde que asumió como sucesor de Pedro.
Mirella Gregori, también victima de la red de pedofilia
 del Vaticano ese mismo año.
 Aquí en una foto con Juan Pablo II.

 El famoso caso de Emanuela, el cual todavía sigue impune, es un caso emblemático que puede llevar a la Santa Sede a una verdadera revolución dentro de sus muros. Como todos sabemos, en este mundo hay gente buena y gente mala en todas partes y el Vaticano no escapa a esa realidad. En algunos blogs o paginas que cuentan el trágico caso de Emanuela, hablan de un famoso capo de la mafia, allegado a la Iglesia, que pudo haber perpetrado una horripilante violación contra Emanuela, causándole terribles torturas y luego su muerte. Se habla de un crimen ritual, como probablemente haya habido muchos otros en la Iglesia, perpetrado en los sótanos y catacumbas del Vaticano, - que alguna vez fueron útiles para esconderse de los enemigos que atacaban a Roma, poniendo a salvo al Papa y que ahora utilizarían en momentos determinados para hacer rituales, sacrificios de niños, actos de pederastia, violaciones para iniciar a adolescentes en la prostitución, misas negras, etc. Es mucho el ruido que trae este caso en particular y que no hay dudas que tal practica existe habitualmente en los círculos de poder que practican el satanismo, no solo en Roma, sino en todo el mundo.

 La Santa Sede eligió el silencio desde décadas y lamentablemente fueron muchos los años que esperó para que se decida que habrá una investigación en su propio estado. Extra oficialmente se supo de que Emanuela Orlandi vivía con su familia en Roma y que su padre trabajaba en la Santa Sede, que desapareció repentinamente cuando iba a una clase de musica y que no fueron pocos los llamados para despistar a la familia y a los investigadores. La versión que habla de que este fue un crimen en un ritual satánico, perpetrado casualmente o no contra la familia Orlandi y también contra la Santa Iglesia fue el que ha cobrado mayor fuerza desde que no se tiene certeza donde esta el cuerpo de Emanuela. Se dijo que el cuerpo de muchacha fue enterrado junto al de un capo mafioso involucrado en el escandaloso quiebre del Banco Ambrosiano (el banco que prestaba servicio para el Vaticano), en el cual estaba involucrado la mafia y que no casualmente este crimen y el de Mirella Gregori (16), que ambos tuvieron lugar en en año 1983, ocurrieron un año después de que dicho escándalo inundara las redacciones de todos los diarios del mundo, salpicando a la Iglesia por sus oscuros manejos financieros.

 Estos casos ya no pueden ser escondidos por la Iglesia, que durante estos últimos años se vio envuelta en miles de casos de pedofilia en todo el mundo y que involucran principalmente a sacerdotes y obispos de numerosas diosesis. Miles de victimas fueron acalladas con dinero, pero miles mas no vendieron su silencio y decidieron dar a conocer sus casos, que hacen tambalear los cimientos de la Iglesia de Roma y que ponen en peligro la continuidad de la misma.





* Fuente: www.elmundo.es

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Qué intereses del Vaticano impulsaron al Papa Francisco a hacer la reunión secreta con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kirill?

 La famosa reunión entre los lideres de la Iglesia Católica romana y la ortodoxa rusa tuvo lugar en la capital cubana de La Habana. Hecho que podemos catalogar de histórico por la cantidad de años transcurridos sin que los lideres de ambas iglesias se reunieran, al menos oficialmente. Tuvieron que transcurrir más de 960 años para que esto ocurriese y no por motivos de pura simpatía cristiana, sino por hechos que hacen a la seguridad del mismísimo Vaticano.

 Reza la frase: "Cuando el rió suena, es porque algo trae". En esta famosa reunión, que no se tenía antecedentes desde el año 1054 por un gran cisma que obligó a ambas partes excomulgarse entre si, se hablaron cosas muy confidenciales y catalogadas de estrictamente secretas, según una fuente de la CIA.

 No son pocas las voces que dicen que se hablaron algunos puntos secretos entre el Papa Francisco y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kirill (Cirilo). Entre los puntos (los no tan secretos), se discutió sobre la delicada situación que pasa el mundo, con un sistema inicuo controlando y gobernando al mundo. También se hizo hincapié en los refugiados por persecuciones religiosas, sobre todo de la situación de los cristianos sirios y de la guerra que ha traído muerte y destrucción al que supo ser uno de los bastiones del cristianismo durante los primeros siglos de esta era.

 Lo interesante de estos puntos es que tienen que ver mucho con la delicada situación por la que esta pasando la humanidad y el mundo en estos tiempos. Se hablan de guerras y de rumores de guerra como está escrito en la Sagrada Biblia. Las potencias mundiales estarían por enfrentarse en poco tiempo en un gran campo de batalla, nuestro planeta Tierra.


 Francisco estaría intermediando entre el Vaticano y la iglesia ortodoxa rusa, - poderosa aliada del gobierno del mandatario ruso Vladimir Putin -, para pedir su protección en caso de que estalle una gran conflagración mundial. Francisco habría firmado un memorando de entendimiento y algún tipo de pacto entre ambas partes, por si las moscas.

 Francisco insistió con su preocupación por los tiempos que se avecinan y manifestó en privado y con absoluta reserva al Patriarca ruso Kirill, la intención del Vaticano de estar unidos en estos tiempos que se avecinan, que traducido en otras palabras dice así: "firmemos un memorando o pacto de protección entre el Vaticano y Moscú ante una eventual tremenda conflagración mundial".

 O sea, cuando el rió suena... mejor ponerse a salvo y proteger a las viejas instituciones que siguen manejando y manipulando al hombre como un dócil borrego, para que nada cambie. 

 Si estalla otra gran guerra en el mundo, el NWO (Nuevo Orden mundial) planeado por la élite Illumiantti desde hace décadas, entrara en vigor para reemplazar al actual orden mundial. Ellos decidieron que los tiempos van a cambiar y lo vienen haciendo infiltrándose en la cultura, erosionando y destruyendo a la familia y las buenas costumbres. Quieren reducir drasticamente la población mundial en un 70% o más, posiblemente lo concreten cuando den el próximo salto tecnológico, que no tendrá precedentes. Así podrán crear un gobierno único mundial, con una sola moneda y una sola religión para todos sus habitantes. Con esas metas cumplidas, recien alli podrian adoctrinar a una nueva población y fundar una nueva civilización en una especie de gobierno del terror, gobernando con mano de hierro de ser necesario, entre otras cosas. O sea, un verdadero régimen autoritario como en la época de la gran depresión y de los nazis en los años 30´s y 40´s.

 Tanto Francisco, como muchos de los lideres religiosos y políticos más influyentes del mundo, saben de los planes de los poderosos banqueros sionistas, como por ejemplo los Rothschild (financistas del Vaticano) y sus socios Illuminatti. Nadie hace nada para denunciarlo porque simplemente no le creerían o lo tratarían de loco. Cambiar o frenar sus planes seria prácticamente infructuoso porque están en una etapa muy avanzada. Todos estos personajes parecen acomodarse a una nueva silla que pueda tocarles en un futuro sombrío para la gran mayoría, pero no para ellos. Este siniestro plan consta de varias fases y métodos de amenaza para dejar arrodillada a la población humana: grandes hambrunas, sequías, pestes, guerras, etc. La muerte para nuestra civilización parece estar rondando cerca y el Vaticano parece querer salvar su pellejo y su status quo planetario. 

 Una curiosidad en esta reunión fue el símbolo que había detrás de ambos lideres religiosos. En la foto, entre los dos lideres religiosos, en la parte inferior de un crucifijo que esta detrás de ellos, hay tallada una calavera con dos huesos cruzados, - como el símbolo de los Skulls and bones (calaveras y huesos) -, que llama mucho la atención por lo que simboliza la calavera. Se sabe ciertamente que algunos lideres norteamericanos pertenecen o pertenecieron a los Skulls and bones (ver el articulo relacionado en el siguiente link: http://www.gorgojocritico.blogspot.com.ar/2014/04/skull-and-bones-la-elite-del-imperio.html), llegados principalmente de la universidad de Yale. Entre los más conocidos están los Bush (padre e hijo), John Kerry, Bill Clinton y otros multimillonarios importantes que pertenecieron a esta fraternidad universitaria incluida en la alta masonería con sus propios ritos secretos. Sobre los "skulls and bones" puede interiorizarse uno a través del cine, mirando la famosa pelicula "El buen pastor" (2006) dirigida por el aclamado Robert de Niro y protagonizada por Matt Demon. Busquen en wikipedia y vean nomas el gran elenco de eximios actores que se juntan, nada mas y nada menos para hacer una película sobre una logia secreta, que resalta especialmente lo que hay detrás de los Skull and bones y algunos ritos para iniciados.

 Llama mucho la atención ver este símbolo en una iglesia cristiana, la calavera es propia de otros ámbitos, siendo un símbolo muy antiguo que se utilizó durante siglos en sectas paganas y satánicas. Muy utilizada por los druidas celtas y que popularmente es conocido ser el símbolo de los piratas y corsarios ingleses que saquearon el mundo desde hace muchas décadas.

 Sobre aquel polémico símbolo en una cruz cristiana de madera, voceros del Vaticano no hicieron demasiados comentarios al respecto. 

jueves, 9 de julio de 2015

El poder dentro del poder: los G-suitas/Illuminatti y sus nexos con la Santa Iglesia Católica.

 Desde su fundación, a los Illuminatti se los conoce como un pequeño grupo de familias nobles y no nobles del siglo XVIII, que ayudó a la Orden G-suita en sus planes para vengarse de la Iglesia Católica por su separación en julio de 1773, por el Papa Clemente XIV y el orden Dominus ac Redemptor.

 Las familias Illuminati fueron fundamentales en la asistencia a los G-suitas en el robo tanto de las reservas de oro de la Iglesia Católica y el Estado francés, a través de la promoción de la Revolución Francesa y Napoleón. También la certeza de que los Jesuitas obtuvieron en su poder una serie de documentos muy importantes y comprometedores de los Archivos Secretos del Vaticano durante la captura de Roma por las fuerzas de Napoleón.

 Tras el establecimiento de los términos, la Sociedad fue restaurada en el mundo por la carta papal "Solicitudine Omnium Ecclesiarum", el 14 de agosto de 1814. En reconocimiento por sus esfuerzos, las familias "Illuminati" fueron recompensadas ​​por su apoyo, a través de varios medios, incluyendo títulos nobiliarios, fincas y el control de la riqueza (en nombre de la sociedad)

 Tres de las familias más famosas y los beneficiarios de los favores de los G-suitas, por su asistencia, son la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, los Rothschild y el Lafayette.

 La Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha fue recompensada con la corona de Inglaterra y se mantiene a la familia líder principal de los Illuminati firmemente leal a los G-suitas.

Eventos de fondo

 El término "Illuminati", y su estructura fueron planificadas por el abogado G-suita Adam Weishaupt SJ (1748-1830), en Baviera.

 En 1773, Weishaupt se convirtió en profesor de derecho canónico, siendo un jesuita que se dedicó a apoyar a sus hermanos de la orden para esconderse de la persecución. Después de haberse sumado a una serie de sociedades secretas, como la masonería Lodge en Múnich, con el fin de ver cómo operaban, Weishaupt finalizó un nuevo modelo de funcionamiento de los G-suitas en el exilio por el año 1776.

 Con la ayuda de los partidarios ricos, entre ellos Adolf Freiherr Knigge, el 1 de mayo de 1776, Weishaupt formó la "Orden de Perfectibilists", que más tarde fue conocida como los Illuminati. Adoptó el nombre de "Hermano Spartacus" dentro de la orden.


 La misión principal de los Illuminati, bajo Weishaupt, era establecer un Nuevo Orden Mundial a través del uso de la ciencia, la tecnología (ver http://gorgojocritico.blogspot.com.ar/2014/12/la-sociedad-lunar-y-la-conspiracion-de.html) y los negocios (la pronta llegada del capitalismo individualista anglosajón aplicado a las ideas darwinianas), mientras que la supresión de todos los gobiernos monárquicos y el Vaticano por su apoyo de la destrucción de la Compañía de Jesús.

 Adolf Freiherr Knigge introdujo a Weishaupt a varios nobles incluyendo el duque Ernest II de Sajonia-Gotha-Altenburg (1745-1804), que simpatizaba con la causa de los G-suitas y se comprometió a enviar los planes Illuminati de Weishaupt al Vicario General Estanislao Czerniewicz en el exilio en Rusia. Sin embargo, fue su sucesor G-suita Gabriel Lenkiewicz (1785-1798) quien reconoció el valor de la obra de Weishaupt y rápidamente promulgó el nuevo modelo oficial y la estructura de esta orden en 1785.


 El modelo de célula secreta Illuminati de Weishaupt se acredita con el ahorro de muchos cientos de G-suitas en toda Europa y se utilizó para un efecto extremo en la planificación de la Revolución Francesa, algunos años más tarde. Él es el primero en concebir el modelo "célula terrorista perfecta", ya utilizado por muchas facciones político-militares en la actualidad.

 En virtud de la seguridad y el cuidado del duque Ernest II de Sajonia-Gotha-Altenburg, Weishaupt vivió en Gotha y continuó escribiendo, incluyendo La historia completa de las persecuciones de los Illuminati de Baviera (1785), Una foto de iluminismo (1786), Una disculpa para los Illuminati (1786), y Un sistema mejorado de iluminismo (1787).

Restauración de los G-suitas y la supremacía de los Illuminati.

 Tras la victoria de los G-suitas sobre el Papado y la restauración de la orden por la letra papal "Solicitudine Omnium Ecclesiarum" el 14 de agosto de 1814, se estableció un nuevo orden de poder, con los Illuminati en una posición importante dentro de la Santa Sede.

 El Superior General de los G-suitas ostentaba en ese entonces la posición más poderosa en el mundo, seguido de su aparato sustancial, incluyendo otros G-suitas, sus bancos, empresas, fabricantes militares, entre otros.

 El Pontífice romano se encontraba justo por debajo del más alto rango del poder, reportando a los funcionarios del Superior General de los G-suitas y luego a las familias Illuminati. Las viejas familias monárquicas, que habían apoyado previamente al Pontífice romano, se redujeron a menos importancia que la Santa Sede.

 Por último, la Santa Sede (Sedes Sacrorum) conocida como la SS, se convirtió en un instrumento jurídico fundamental utilizado por los G-suitas para establecer un marco jurídico mundial y proteger tanto el Death Cult romano primero y luego a los mismos G-suitas como "técnicamente" una orden subsidiaria de todo posible procesamiento legal. Ellos se encontraban por arriba de todo procesamiento y tribunal de justicia.


Fuente: www.one-evil.org

domingo, 29 de diciembre de 2013

Analizamos los acontecimientos más importantes del 2013.

 La guerra en Siria, Edward Snowden, la muerte de Hugo Chávez y Nelson Mandela, las elecciones en varios países, las protestas multitudinarias y la renuncia del papa: estos y otros acontecimientos han marcado el año 2013. 

 Cada año que pasa, parece ser peor que el precedente, y los sucesos que van ocurriendo y la tendencia a un mundo apocalíptico fundamentan esta insoslayable verdad.

 El mundo parece estar colapsando y un cambio drástico en nuestra ordinaria forma de vida parece inminente.

 La bravura de las aguas políticas parecen estar agitándose como un tsunami perfecto, pero las cosas no son tan simples como se muestran en televisión o en Internet. Podríamos estar pasando, - definitivamente -, de un viejo orden político y económico a uno totalmente nuevo. 

 Estos cambios, - que aún no son definitivos -, están marcados por las revoluciones sociales, que de la mano del Internet y del auge de las redes sociales, buscan un cambio positivo en un planeta que parece desmoronarse por el cambio climático, las catástrofes naturales y económicas, - ambas relacionadas al mismísimo cambio en el clima -, todas estas amenazas fueron creadas por una humanidad cada vez más populosa y consumista. 


 De las barricadas de Ucrania, la amenaza nuclear de Irán, los bombardeos en Oriente Medio, la amenaza del terrorismo sectario, la elección del primer papa americano y las posteriores reformas en el Vaticano. Todos estos importantes sucesos, - de gran trascendencia para este año -, son solamente algunas de las manifestaciones "más livianas" de lo que pudiera estar por venir en todo el mundo, durante el resto de esta próxima década.

El año en que murieron dos grandes humanistas.

 Han muerto dos importantes figuras de la política internacional como lo fueron Hugo Chávez y Nelson Mandela, - ambos luchadores por los derechos de los ciudadanos y de su raza -, esta última palabra no es malintencionada, sino que busca ser activa por sus añejos reclamos. Mandela peleó contra el imperialismo y la esclavitud y venció en la África de los patrones y del sur colonial. Chávez hizo lo propio en América del sur, reclamando a viva voz los derechos de los indígenas y de su raza mestiza, que fue duramente castigada por el inescrupuloso blanco durante siglos.      

Snowden: el héroe de las filtraciones yanquis.

 El escándalo de las filtraciones en la NSA (National Security Agency) - órgano dependiente de la despiadada CIA -,  tuvo y tiene su protagonista, y ese se llama: Edward Snowden.

 Snowden, un ex-empleado de la NSA, - una agencia de inteligencia y espionaje que ahora es duramente cuestionada por toda la comunidad internacional, debido a su brutal y despiadada guerra de espionaje contra todo actor y oponente en este mundo hiper-globalizado -, logró encontrar asilo político en Rusia, después de estar realmente amenazada su vida por la imperdonable traición al Tío Sam.  A merced de los chacales* pagados por la CIA, o sea , sus antiguos jefes, es que decidieron darle asilo político al héroe de la NSA.  

 Primera renuncia de un Papa en más de 600 años y uno del nuevo mundo llega por primera vez para "cambiar" al Vaticano.

 A sus 85 años, Benedicto XVI, anunció su inesperada renuncia al pontificado en febrero. Aproximadamente un mes más tarde, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa al segundo día del cónclave donde participaron 115 miembros del Colegio Cardenalicio.

 El nuevo sumo pontífice, que eligió el nombre papal de 'Francisco' en honor al 'santo de los pobres', San Francisco de Asís, es el primer papa originario del continente americano. 

 Desde su elección, el papa Francisco ha tenido numerosos gestos orientados a acabar con la imagen de opulencia que dio la Iglesia en otras épocas. Uno de los gestos más fuertes del papa argentino fue el de meterse con los oscuros negociados del Banco Vaticano y literalmente encerrar y encarcelar a sus dirigentes corruptos, varios de estos pertenecientes o con relación directa a la curia romana.


El auge y el ascenso imparable de China continua su rumbo.

 Este año fue muy positivo para una potencia mundial en particular: la República Popular de China.

 Los años anteriores ya marcaban la tendencia de China en la arena internacional: los altos precios de los comodities - que mostraron un inmejorable escenario para los negocios con América Latina y el vertiginosos crecimiento de la industria en el país asiático, convirtieron al 2013 en el "año del dragón".


 Las amenazas de guerra directa con otra potencia como Japón, son los puntos más negativos del año y que prometen continuar en el 2014, pero a la larga, demostraron la fortaleza china en la región y sirvió también para mostrar y medir su musculo ante el aliado incondicional de los nipones: los EE.UU.

 Las dos potencias asiáticas se disputan la soberanía de un archipiélago que China le reclama históricamente al Japón.

Balance 2013:

 Este año, tuvo en general un balance positivo, porque los sucesos ya nombrados en los párrafos anteriores buscaron concientizar a una población cada vez más informada y  manipulada por medios "independientes" y corporativos.

 Cada año se multiplica la cantidad de información que se maneja, y eso, - puesto en las manos del pueblo -, es un arma de doble filo para las todas las naciones.

 Cuando en estos precisos momentos sale a la luz una información importante, - que antes se mantenía tapada por los implacables medios de comunicación, debido a la  gran repercusión mundial que esta podía generar -, la misma gente inmediatamente recurre a las "armas comunicacionales" ya conocidas como el Facebook o el Twiter.

 Esta hiper-conectividad amenaza tanto a la estabilidad mundial, como la de los obsoletos y viejos esquemas de poder y sometimiento, que muestran las fortalezas y debilidades de los involucrados en un mundo cada vez más pequeño y más densamente poblado. 

 En definitiva, el 2014 vendrá cargado de acontecimientos importantes, algunos nos sorprenderán y otros simplemente seguirán su curso como lo hace el planeta Tierra al girar sobre su propio eje.



* Chacales: asesinos despiadados pagados directamente por la CIA o el gobierno de los EE.UU. para matar a los enemigos de Washington.


Del Autor del blog.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La sucesión en el trono de San Pedro: los candidatos "papables" a suceder a Benedicto XVI.

 ROMA.- El nuevo Papa será elegido en un próximo cónclave entre 117 cardenales y ya crece la expectativa por los aspirantes a suceder a  Benedicto XVI.

 Entre los candidatos americanos con más posibilidades están los brasileños João Braz de Avis, de 65 años, y, sobre todo, Odilo Pedro Scherer, de 63 años y arzobispo de São Paulo. Este último es un hombre conservador pero con un notable conocimiento de los problemas locales. Brasil es uno de los países con mayor concentración de católicos.

 En la Argentina, se ubican Leonardo Sandri, de 69 años, y Jorge Bergoglio, de 76 años. Sandri fue sustituto del secretario de Estado vaticano entre 2000 y 2007, es decir, el número tres de la curia. Primero con Ángelo Sodano y luego con su sucesor, Tarsicio Bertone.

 Según lo que publica Infonews, las miradas también se perfilan para el continente africano. En este caso, el ghanés Peter Turkson, de 64 años, sería el elegido; dirige la Oficina Vaticana para la Justicia y Paz, y es portavoz de la Iglesia en asuntos sociales. Sería un importante rearme del catolicismo en África, donde avanza el islam.

 Estados Unidos tampoco queda fuera: entre los más citados está el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, de 62 años. Dolan es un hombre de su tiempo, con cuenta en Twitter y un estilo directo. Pero, con 62 años, puede resultar un poco demasiado joven (Karol Wojtyla fue elegido a los 58 años y su pontificado resultó larguísimo). Por otro lado, a Dolan no le favorece haber nacido en Estados Unidos, un país que acumula demasiado poder en el mundo y en el que los católicos son minoría.

 Todos los cardenales menores de 80 años pueden votar en el cónclave, una reunión secreta que se celebra en la Capilla Sixtina.

 De acuerdo a la tradición, las papeletas se queman después de cada ronda de votación, por lo que el humo negro que sale de la chimenea significa que no se pudo elegir un Papa. Cuando emerge humo blanco, el Vaticano indica que ha sido elegido un nuevo Papa.

 Los Papas pueden renunciar, según lo contempla la ley eclesiástica, que sólo especifica que la renuncia se deberá "hacer libremente y manifestarse adecuadamente". Pero sólo unos cuantos Papas lo han hecho. 

 Una de las razones por las que no es algo común es que la existencia de dos Papas puede generar divisiones e inestabilidad en la Iglesia.

 El anuncio de Benedicto XVI podría sentar un precedente que presione a futuros papas a renunciar ante el menor indicio de enfermedad. El propio Benedicto XVI planteó esa posibilidad cuando fue entrevistado para el libro "Luz del Mundo", cuando habló de dimitir en 2010 si él era demasiado viejo o estaba demasiado enfermo para continuar.


Fuente: www.elintransigente.com