Adiós Humala
Para el economista e investigador
peruano Oscar Ugarteche el nuevo presidente peruano ha dado un
inesperado viraje político de 180°, decepcionando así a todos los que
votaron y creyeron en su programa político. Con técnicas y sistemas mafiosos,
con manifestaciones reprimidas a balazos, Humala también a «limpiado» su
gobierno de funcionarios progresistas y desafía de esta manera al pueblo que
votó por él. A continuación presentamos el análisis del investigador Ugarteche.
Este personaje llegó al poder gracias
al apoyo masivo de las clases populares y fuerzas progresistas, ahora envia a
la policía a reprimir en sangre a los mineros que protestan.
Tras la «masacre política» de
diciembre del 2011, Ollanta Humala ha decidido convencer al mundo de que no
solo es un militar sin palabra, sino un político con ideología neoconservadora.
Este convencimiento se lo hizo primero a los venezolanos que lo apoyaron en la
campaña del 2006 y luego a los brasileños que lo apoyaron en el 2011, y ahora
lo viene llevando a la calle. No ha bastado «limpiar» a su gobierno de
funcionarios progresistas, ahora es fundamental declarar la lucha de clases a
la antigua, a balazo limpio.
Cinismo: su cara lo dice todo, una vez en el poder,el engaño y la mentira de Humala, al pueblo peruano, se descubriría al alinearse con los sectores neo-liberales de ese país. |
Humala pretendió ser el
caudillo progresista esperado en dos décadas. Participante del Foro de Sao
Paulo, los partidos políticos de la izquierda latinoamericana lo acogieron y
apoyaron en sus campañas diversas desde el 2005. La derecha lo acusó por todo
esto de ser primero el candidato de Chávez y la señora Heredia fue perseguida
por una parte de la prensa peruana a partir de las elecciones del 2006 por sus
vínculos con Venezuela.
Por esto tuvo de portavoces de
campaña a Mocha García Naranjo y a Nicolás Lynch que venían de las izquierdas.
Luego de su salto a la esfera
de influencia de Brasil para la campaña del 2011, creando una mejor imagen de
amigo de Lula da Silva y con posiciones más moderadas, la misma prensa lo
persiguió por tener un asesor que representaba los intereses empresariales
brasileños. El día del triunfo electoral, en junio del 2011, los titulares
limeños no lo dieron por ganador sino por empate y anunciaron la necesidad de
una concertación política.
La derecha decía que éste no
podría gobernar sin ella. De allí salió la baraja conservadora dentro del
gabinete nombrado el 28 de julio del 2011.
Sin embargo ni entonces ni
después hubo concertación. La que hizo la derecha fue un asalto al poder. Lo
que hay es una vuelta de la tortilla. Una revolución en su sentido cabal.
Ganaron los que perdieron y perdieron los que ganaron como ya se dijo hasta la
saciedad.
Una cosa es la prensa limeña
conservadora y otra la realidad política en el campo. Cuando en Espinar el 76%
de la población que ha votado por el candidato ve como ya de presidente los
agarra a balazos, la cosa está complicada. Peor si encima mete a la cárcel a la
gente de la Vicaría de la Solidaridad de Sicuani por terrorismo que fue a ver
qué pasa. Y aún peor, cuando además presiona al presidente de la Corte Suprema
a hacer cosas reñidas con la independencia de poderes y lo consigue,
permitiendo así el secuestro de autoridades electas para su juicio en otras
jurisdicciones. Lo que hay en el Perú, a un año de electo el nuevo gobierno, es
un régimen mafioso y matonesco no muy distinto al de Fujimori.
Cuando el peruano perpetraba el engaño: Humala junto con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. |
Queda la interrogante de si
Ollanta Humala piensa algo. Cualquier cosa. Y si tiene alguna línea. Cualquier
línea. Reflejos políticos claramente no tiene.
Descartado el verbo «pensar»,
¿Creerá que va a terminar su gobierno?
¿Cómo lo va a hacer? Que Washington
piense que esto se arregla a balazos en el nombre del control del terrorismo es
un tema relacionado al negocio de la venta de armas. Lo que a los peruanos nos
concierne es nuestro país y adónde va. Cada vez hay menos ciudadanos dispuestos
a que los atropellen en todo el país. Ese es el único complot. Hay más
ciudadanía. Y los jóvenes de ahora son más ciudadanos que lo que han sido en
mucho tiempo al margen de la geografía. Medio Oriente nos muestra que la calle
pesa en el mundo y el Perú no es una excepción, aunque esa calle sea de tierra
en un pueblo con un río contaminado al lado.
Venimos de una dinámica de
desintegración nacional que comenzó en la década del 80, cortesía de Sendero y
García, a través de las masacres, la hiperinflación y el colapso económico de
los años 80. Se intentó recuperar el sentido nacional mediante la estabilización
económica de los años 90, las investigaciones sobre corrupción de Fujimori y
sus secuaces, y la formación de Comisión de la Verdad en la primera parte del
siglo XXI.
Tras la elección de Humala en
simultáneo tenemos como siempre a la cruz y la espada actuando juntas. El
Primer Ministro nombrado en diciembre resulta una expresión del fujimorismo
castigado en junio del 2011 por el voto presidencial. Este ha tomado partido en
un tema muerto y acabado, como es la sentencia de la Corte Interamericana sobre
la Embajada del Japón (1997).
Al mismo tiempo, el cardenal
echó al padre Gastón Garatea S.S.C.C., ex Comisionado de la Verdad, de la
práctica religiosa en Lima. El tema de los militares en los años aciagos ha
revivido de la mano de cruz y la espada. Días más tarde se violentaron las
protestas sociales anti mineras mientras la policía secuestraba a los alcaldes
para enjuiciarlos fuera de su jurisdicción legal. En el Perú, los derechos
humanos de los alcaldes son una cojudez total, parafraseando.
La hija de Fuyimori, Keiko, al parecer con mucha afinidad hacia el que se creía progresista, el general nacionalista peruano Ollanta Humala. |
Y la Coordinadora de Derechos
Humanos el mismo lunes 4 de junio ha pedido la renuncia del Premier Valdés. Si
los jóvenes tomaran conciencia de su poder, esto podría devenir en marchas de
renuncia del Presidente de parte de organizaciones crecientes de la población
afectada no solo por la minería sino por el engaño electoral del 2011.
Mientras tanto faltan cuatro
años de gobierno.
Perú: la gran transformación.
El complemento directo de
«Adiós Humala» es «bienvenidos fujimoristas». Con las técnicas y sistemas
mafiosos, el gobierno de Humala ha dado el gran viraje. La llamada hoja de ruta
dibuja una trayectoria de 180 grados que se ha dado constantemente desde el
inicio del gobierno. Es la ruta del viraje en la política exterior ya
mencionada, en la política de género, en la política ambiental y en la
Política.
Lo demás no tiene viraje
alguno, es el piloto automático hacia la derecha natural de todo gobierno, al
que se refiere Patricia del Río en su columna en un diario limeño.
Cuando dispararon contra los
que protestaban en Espinar, votantes de Humala en su gran mayoría, ya estaba
cumplida la hoja de ruta. El viraje ya es de 180 grados y está el partido y su
jefe enfrentado a sus aliados y miembros. En la calle esto tiene como resultado
el aumento de las protestas y quizás -en un efecto de bola de nieve- reproducir
lo que Santos, presidente de la región Cajamarca, dijo con tanta certeza hace
pocos días: procesos sociales análogos a los de Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez
en Ecuador y Sánchez de Losada y Carlos Mesa en Bolivia.
Perú es uno de los países del continente con mayor pobreza, con las necesidades básicas insatisfechas y con una brecha entre ricos y pobres cada ves mayor. |
Ya efectuada la correctamente
llamada «gran transformación» (Ayer con la gente, hoy contra la gente) la hoja
de ruta ha colocado al congreso de la república en un disparadero. Está el
partido de gobierno a 180 grados de su punto de inicio lo que lo coloca como
aliado natural de sus adversarios y opositor de su bancada. De esta forma debe
de entenderse el inicio de las renuncias de sus partidarios y aliados a la
bancada. Esto le va a quitar la escueta mayoría simple que obtuvo.
Lo que le debería de seguir es
la alianza con los fujimoristas para poder elegir un presidente del congreso
dentro de un mes. Esta es la ocasión perfecta para que Kenji Fujimori llegue a
la presidencia del congreso. Parece que él trabaja un poco más que su hermana
que no va nunca. Esa alianza reforzaría tanto los aspectos siniestros
montesinistas del régimen (e.g. cambio de leyes en la noche, sembrado de armas,
encarcelamiento de defensores de derechos humanos) que ya se ven, como los
propiamente dictatoriales-fujimoristas, que sobra mencionar.
¿Otra vez teléfonos
interceptados y amenazas telefónicas de muerte?
Si algunos congresistas y
diplomáticos políticos no están renunciando aún, es por razones de trabajo
e ingresos. Pero otros sin duda seguirán los pasos ya dados por Verónica
Mendoza, y seguido por otros. Mendoza es fundadora del Partido Nacionalista por
cierto.
Humala no puede gobernar los
próximos cuatro años sin tener mayoría en el congreso y eso solo se lo da una
alianza con el Fujimorismo. En realidad en el ejecutivo solo le falta
re-balancear la cancillería y poco más. Los ministros actuales hubieran estado
en los años 90 encantados como tecnócratas «asépticos». Francisco Tudela, ex
canciller de Fujimori aceptaría encantado la cancillería. Por otro lado, la
cancillería no ha pintado en el viraje de la política exterior peruana. Esa
gran transformación vino de Palacio.
Un engaño organizado: el mentiroso de Humala con el ex-presidente Alan García. |
Es un recurso barato usado por
la prensa escrita y televisiva adicta al Fujimorismo (que aún pervive) para
generar miedo nacional a las protestas en la asociación
«terrorismo=senderismo». Con eso cree que produce desafección popular a las
protestas. Todos los peruanos terminamos pagando la cuenta de esta tontería.
Los analistas políticos peruanos deberían estar alimentando a la prensa, de
proyecciones de los efectos de estos movimientos a diez años plazo y
advirtiendo a la prensa de dejarse de frivolidades.
¿Alguien ha pensado cómo se
haría si cayera Humala? Faltan cuatro años de gobierno y el partido gobernante
está perdiendo la mayoría simple en el congreso. «Es el marxismo que tiende sus
brazos para destrozar el progreso logrado» dirá algún editorial de esos
periódicos que no sirven ni para envolver pescado.
Ahora está claro que debería
de existir una fórmula constitucional para pedir la vacancia de la presidencia
de la república, de la misma manera que la hay para alcaldes y presidentes
regionales. Incumplir con las promesas electorales es una buena razón.
De Oscar Ugarteche para Red Voltaire.
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