Los
tecnócratas al comando de los drones
Barack Obama dirige
personalmente la mas reciente de las guerras norteamericanas, una que no ha
sido declarada y se libra en los territorios de Yemen, Somalía y Paquistán. No
combaten en ella soldados estadounidenses de carne y hueso, su lugar lo ocupan
unos pájaros metálicos con licencia para matar llamados drones. Son los
Predator y Reaper, fabricados por General Atomics en California, y van armados
con misiles Hellfire, producidos por Lockheed Martin en Alabama.
El representante de los
tecnocratas y los plutocratas, Obama, había sido galardonado en el 2009 con el premio Nobel por su labor "conciliadora" y por "la paz". |
Los ataques norteamericanos
con aviones no tripulados por un ser humano se han multiplicado en los meses de
abril y mayo, confirmando el entusiasmo creciente de Obama por esta forma de
combate, la primera verdaderamente propia del siglo XXI. Es un combate sin
cuartel, en el que bando más poderoso no arriesga a su gente, remplazada por
letales robots teledirigidos.
Objetivo de esos ataques son
supuestos dirigentes y militantes de Al Qaeda y grupos yihadistas asociados. Se
trata de exterminarlos físicamente antes de que actúen, así que la guerra de
los drones de Obama combina el carácter “preventivo” de las aventuras bélicas
de George W. Bush con el derecho que siempre se ha otorgado Israel a efectuar
ejecuciones extrajudiciales en cualquier parte del mundo.
Esta semana, Jo Becker y Scott
Shane han publicado en The New York Times una extraordinaria información que
detalla cómo Obama autoriza en persona quiénes serán los blancos de las
acciones de los drones en Yemen, Somalia y Paquistán. Eso ocurre en unas
reuniones del equipo antiterrorista de la Casa Blanca que se celebran
semanalmente en la sala de crisis (Situation Room). En ellas se le presenta al
presidente la lista de los condenados a muerte (Kill List) que han sido
localizados, y éste, tras estudiarla caso por caso, da o no su luz verde.
Drone norteamericano en vuelo y al acecho. |
Diseñados originalmente para
el espionaje, la vigilancia y el reconocimiento, los drones comenzaron a ser
usados masivamente por Estados Unidos para identificar y matar objetivos
humanos tras el 11-S (las guerras yugoslavas les habían servido de prueba). Los
Predator y sus sucesores, los aún más mortíferos Reaper, fueron ganando
protagonismo en las guerras de Afganistán e Irak y en las operaciones contra Al
Qaeda en Yemen y Somalia. A partir de 2008 comenzaron a actuar también en
Paquistán.
Los drones vienen a costar
unos 13 millones de dólares por unidad y, según Becker y Shane, “se han
convertido en un símbolo provocativo del poder de Estados Unidos”. El Pentágono
cuenta con unos 19.000 para tareas de espionaje o de combate, pero la CIA
también dispone de su propia flota. De hecho, es este servicio de espionaje,
cada vez más convertido en una organización paramilitar, el que conduce la
actual guerra secreta de Obama.
Fuente cuba debate.
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