Esto ha provocado que una creciente audiencia acuda a
fuentes de información alternativa
Varios medios de comunicación estadounidenses
se ven sometidos al control de algunos grupos empresariales que, les hacen
manipular la información que emiten, maniobras mediáticas con peligrosas
consecuencias.
En 1991 la cadena CNN se
convirtió en la primera en informar desde Irak sobre los bombardeos iniciales
de la Guerra del Golfo Pérsico. Este éxito disparó sus audiencias
convirtiéndola en una referencia mediática internacional. Sin embargo, hoy día
este éxito no es más que un recuerdo.
Según recientes estudios, en
mayo pasado la audiencia del horario
estelar de CNN marcó su nivel más bajo en dos décadas. Peter Hart, uno de los
responsable de grupo de monitoreo mediático FAIR, destaca que un creciente
número de estadounidenses optan por fuentes de información alternativas.
“Una vez que la gente cambia y dice “CNN no es para mí; FOX no es para mí; MSNBC no está haciendo lo que yo espero que hagan, es muy difícil recuperarlos. Como convences a alguien de que tu sistema mediático funciona, cuando la experiencia dice que no lo hace”, explica Hart.
Así, muchos ciudadanos de
Estados Unidos critican a las importantes cadenas por haber ignorado el
nacimiento y desarrollo del movimiento Ocupa,
una noticia de indudable relevancia internacional, y se limitaron a preguntarse
“¿contra qué están protestando? Parece que nadie lo sabe”.
Aunque la lucha de los
activistas continúa creciendo, es más fácil encontrar las imágenes de sus
manifestaciones multitudinarias en los depósitos de video virtuales que en las
pantallas de las grandes cadenas de televisión estadounidenses.
Los principales medios de
comunicación en EE. UU. están controlados por tan sólo varios conglomerados
gigantescos. Los críticos destacan que eso pone en un gran peligro la propia
idea de la libertad de expresión y el periodismo libre.
“La primera enmienda está
perdiendo rápidamente su importancia, mientras un puñado de compañías a las que
no les preocupa mucho el periodismo, no les interesa mucho la democracia, han
tomado el control y eso es muy peligroso”, asevera Jett Cohen, escritor y analista
de medios.
Los peligros de una libre
expresión ya los ha enfrentado uno de los más prestigiosos periodistas
estadounidenses, Dan Rather. Él se vio
obligado a dejar su cargo en CBS en 2004, tras compartir con sus televidentes que
el entonces presidente George W. Bush fue apartado del servicio militar por no
obedecer las órdenes de sus jefes. Recientemente, Dan Rather volvió a defender
la autenticidad de sus revelaciones.
“No estoy más con CBS porque
mi equipo y yo reportamos una historia verdadera. Era una historia difícil,
algo que muchos no querían creer y fue sometida a una lluvia de propaganda para
desacreditarla”, afirma el ex periodista de CBS.
Mientras los medios
importantes luchan por elevar sus audiencias decaídas, sus dirigentes deberían
recordar que el mando sigue en las manos de los espectadores. Y son
precisamente ellos quienes finalmente deciden si cambiar o no de cadena.
Fuente RT.
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