Yara
Saleh, prisionera de los Contras del Ejército «Sirio Libre»
Varios cientos de hombres del
Ejército «Sirio Libre», miembros de diferentes grupos salafistas y takfiristas,
convergieron en la localidad de Al-Tal, el pasado 20 de julio. La mayoría no
eran sirios.
Algunos habitantes del lugar,
partidarios de la democracia, los acogieron creyendo compartir los mismos
objetivos. Los atacantes asaltaron el puesto de policía de Al-Tal y lograron
hacer prisioneros a los policías, varios de los cuales resultaron heridos. Pero
los atacantes sólo aceptaron llevar al hospital a los funcionarios sunnitas y
no permitieron que los demás recibieran atención médica. Rápidamente, el nuevo
Consejo Revolucionario de Al-Tal impuso una ley sectaria. La población huyó
entonces de la localidad, empezando por los mismos que habían acogido al ESL
con los brazos abiertos, cuando aún creían en las promesas occidentales.
Yara Saleh, periodista siria secuestrada por el mal llamado "Ejercito libre" sirio. |
Cuando creían que iban a
lograr allí un Emirato islámico, el Consejo Revolucionario, bajo las órdenes de
un desertor, fue informado de un ataque inminente del ejército nacional. En un
video grabado especialmente, mostro a los periodistas y exigió el retiro de los
puntos de control alrededor de Al-Tal, esperando que ello le permitiría huir de
la localidad. Al no lograr sus demandas, recibió a través de un teléfono
satelital la orden de desplazarse con sus hombres hacia otra localidad.
En la noche del 15 al 16 de
agosto, entre 500 y 700 hombres acompañados de los rehenes que consideraron más
valiosos, atravesaban la campiña en fila india cuando varias bengalas
iluminaron la noche permitiendo al ejército nacional abrir fuego y poner fuera
de combate a más de 200 yihadistas en unos minutos.
Yara Saleh, periodista de
Al-IkhbariyaTV que llevaba 6 días secuestrada, tuvo el reflejo de tirarse al
suelo para protegerse. Los demás rehenes, que seguían prisioneros en Al-Tal,
fueron liberados esa misma mañana.
Les ofrecemos el testimonio de
Yara Saleh, recogido sólo unas horas después de los hechos.
Thierry Meyssan: ¿Cómo fuiste
secuestrada con tu equipo de televisión?
Yara Saleh: Fuimos a Al-Tal a
hacer un reportaje. Yo sabía que era peligroso pero esperaba hacer algo sobre
los civiles, sobre lo que estaban viviendo, lo que pensaban de los combates,
cómo los tratan los grupos armados. Ya estuve antes en ese tipo de lugar muchas
veces y lo que me interesa como periodista es lo que pasa con los civiles. Lo
primero que noté es que no había civiles en la localidad. Sólo vi siete en la
entrada. No más de siete.
Thierry Meyssan: ¿Los demás
eran combatientes?
Thierry Meyssan, periodista francés que entrevistó a Yara, la periodista secuestrada por los mercenarios árabes. |
Thierry Meyssan: ¿Cuántos
combatientes?
Yara Saleh: No sé. Cuando nos
secuestraron nos llevaron a una construcción que iba a ser una escuela pero no
estaba terminada y ellos la ocupaban. Eran unos 700…, 500…, 700… Pude saber que
también ocupaban otros lugares.
Thierry Meyssan: ¿Eran de la
ciudad o venían de afuera?
Yara Saleh: Eran de diferentes
ciudades y diferentes países.
Thierry Meyssan: ¿De
diferentes países?
Yara Saleh: Sí, oí hablar en
libio. Oí hablar gente que nos rodeaba. Sólo vociferaban, gritaban mientras nos
golpeaban. Uno de ellos, cuando nos dejaron, hablaba de sauditas que había
entre ellos. Yo no lograba distinguirlos porque todos se parecían, con una
barba sin bigote.
Thierry Meyssan: ¿Cómo los
salafistas?
Yara Saleh: Sí, como los
salafistas. Uno de ellos incluso se llamaba Salafi, y su grupo era “los
Salafistas”. Todos portaban armas de fuego, kalachnikovs PKS. No conozco los
nombres de las armas pero ellos me lo dijeron.
Detuvieron el auto cuando
entramos en la ciudad. Trabaron las puertas. Seis o siete civiles gritaban:
“¡Por favor, déjenlos irse, déjenlos!”. Le pusieron un arma en la cabeza a una
mujer: “¡Basta, es asunto nuestro!” Nos llevaron con ellos. Eran 10 o 15
hombres armados. Primero nos sacaron del auto. Nos golpearon. A mí me dieron
una bofetada. Yo estaba en el piso. Les amarraron las manos a mis compañeros.
No me hicieron nada porque yo era una mujer sin velo, así que me encontraban
asquerosa.
Nos volvieron a meter en el
carro. Me pusieron la cara contra el piso, a mí, porque mis compañeros estaban
en el piso del carro, entre los asientos. No sé adónde nos llevaron. Vi un
edificio que no estaba terminado, con paredes, un techo pero nada más. Sin
puertas ni ventanas. Nos metieron en un cuarto. Había casi cien personas con
nosotros en aquel cuarto. Quizás 50… 75… no sé…
Thierry Meyssan: ¿Todos
combatientes?
Yara Saleh: Sí, combatientes.
Quizás 75 o 50, no sé cuántos. Pero todos golpeaban a mis compañeros, me
gritaban en la cara, me escupían al rostro diciéndome groserías. “¿De dónde
eres? ¿De qué religión?” Todos, lo que preguntaban era: ¿De dónde eres? ¿De qué
religión? ¿Apoyas a Bachar al-Assad? ¿Apoyas al gobierno? Todas las preguntas
eran sobre eso.
Thierry Meyssan: En un video
que hicieron contigo después dicen que hay civiles muertos por los bombardeos
del ejército.
Yara Saleh: Sí, me obligaron a
decir eso.
Thierry Meyssan: También dicen
que un miembro de tu equipo, al que le pidieron que hiciera un video, fue
muerto por el ejército.
Yara Saleh: No. Al principio,
cuando nos arrestaron y nos secuestraron, nos quitaron los teléfonos celulares,
los revisaron y encontraron un video de un entrenamiento del ejército. Y nos
dijeron: “Ustedes apoyan al ejército, al ejército sirio”. Y entonces se
llevaron al chofer y al asistente que fue asesinado. Se los llevaron a los dos.
Yo oí los disparos y entonces el chofer volvió solo. Le pregunté qué había
pasado con Hatem y me dijo que ellos lo habían matado. Cuando se los llevaban,
yo gritaba que me llevaran a mí y los dejaran a ellos. “Llévenme a mí, el
problema es conmigo! ¡Yo soy la reportera! ¡Soy yo la que hice el reportaje!”
Pero ellos dijeron que me iban a castigar, pero sola. Y se lo llevaron y lo
mataron.
Thierry Meyssan: ¿Cómo te
trataron a ti y a los otros miembros del equipo? ¿Cómo te trataron a ti?
Yara Saleh: Muy mal… muy mal.
Siento tener que decirlo pero uno de ellos quiso violarme.
Thierry Meyssan: Pero son
salafistas…
Yara Saleh: Entre ellos sí.
Rezan, leen el Corán. Pero uno de ellos, que nos vigilaba para que no
escapáramos, ese no rezaba solo, nada más cuando creía que el ejército estaba
cerca y que iba a morir, entonces fue y rezó. Ese fue el que trató de violarme.
Pero yo no lo permití.
Thierry Meyssan: En el texto
que leyeron exigían que el gobierno retirara los puntos de control para que la
gente pudiera regresar a la localidad.
Yara Saleh: Yo sé todo lo que
exigían.
Thierry Meyssan: ¿Qué quería
decir eso, en realidad?
Yara Saleh: En realidad quería
decir que querían más armas, porque en un momento dado no tenían muchas armas.
Thierry Meyssan: Entonces,
¿estaban esperando otro grupo?
Yara Saleh: Sí, tenían
contacto con el exterior. Tenían Internet por satélite.
Thierry Meyssan: Si tenían
Internet por satélite, también tenían teléfono satelital…
Yara Saleh: Eso creo, pero no
en el lugar donde nos metieron porque estuvimos en cuartos muy pequeños en
varios lugares.
Thierry Meyssan: Ellos
recibieron instrucciones desde el exterior, incluyendo el texto que leyeron en
el video. ¿Sabes quién les daba las órdenes?
Yara Saleh: Ellos decían algo
sobre “el Consejo”, pero no sé qué “Consejo” era ese.
Thierry Meyssan: ¿El Consejo?
Yara Saleh: Sí, pero de
afuera. El decía: “Hablé con…”. Pero no decían los verdaderos nombres. Decían,
por ejemplo, Abu Muawya, que no sé quién es. Pero en saudí dijo: “Hablé con mis
amigos en Qatar y me dijeron que…” “Hablé con Turquía y me dijeron que…” Los
oímos hablar por los walkies-talkies y oímos mucho nombres.
Thierry Meyssan: ¿Por qué
apareciste con el velo en aquel video?
Yara Saleh: Ellos dijeron que
tenía que usarlo porque eso era lo que decía el Islam… que tenía que usarlo,
“¡Para cubrirte!”, me gritaron.
Thierry Meyssan: ¿Quieres
decir que el programa político de esa gente es que te pongas un velo?
Primera mentira de la prensa mundial: Los "rebeldes" son sirios. Segunda mentira: pelean por su país. Tercera mentira: son rescatistas. |
Yara Saleh: Lo principal que querían era que me pusiera el velo. Como dije antes, tenían un jeque y el grupo de salafistas, así que yo tenía que ponerme el velo. Incluso tenía que cubrirme los brazos porque lo que tenía puesto era la camisa que se ve en el televisor.
Thierry Meyssan: ¿Hablaste de
política con ellos?
Yara Saleh: Hablé mucho con
ellos, pero sólo con los combatientes normales, no con los jefes. Y no saben
nada.
Thierry Meyssan: ¿Qué quieren
exactamente?
Yara Saleh: Ni siquiera lo
saben. Sólo piensan que basta un arma, un kalachnikov, para luchar contra el
régimen.
Thierry Meyssan: Pero, ¿por
qué quieren luchar contra el régimen?
Yara Saleh: Quieren morir para
ir al Ganna. Quieren ir al cielo, porque si mueren se van al cielo.
Thierry Meyssan: ¿Pero por qué
quieren derrocar el régimen?
Yara Saleh: Porque el líder es
alauita, algunos decían eso.
Thierry Meyssan: ¿Por motivos
religiosos?
Yara Saleh: Algunos decían
eso. Otros decían: “Quiero luchar porque esto es la yihad y yo quiero ir al
cielo”.
Thierry Meyssan: ¿Pero quién
decidió que esto es la yihad?
Yara Saleh: Un jeque.
Thierry Meyssan: ¿Cuál?
Yara Saleh: No sé los nombres.
El primer día no nos dieron
comida hasta la 1 o las 2 de la mañana. Fue entonces que nos trajeron comida.
Era mala y yo no podía comer porque mi compañero acababa de morir y se la di a
un gatito que se durmió conmigo. Tenía sed y le di agua en mi mano.
Thierry Meyssan: ¿Cómo los
liberó el ejército?
Yara Saleh: Creo que el
ejército interceptó sus comunicaciones porque sabía que nos iban a trasladar
para otra ciudad. Teníamos que pasar por una montaña. Íbamos caminando. Había sólo maleza, no había edificios. Caminábamos en fila india y el que estaba
cerca de mí decía que si nos encontrábamos con el ejército iba a ponerme su
arma en la cabeza y amenazar con matarme para que los dejaran ir y todo eso.
“Sobre todo a ti porque eres una mujer y se van a preocupar por ti.” Y cuando
nos llevaban, de pronto hubo una luz. Sin explosión, nada más que luz… y muchos
disparos, desde la cima de la montaña hacia abajo…
Yo vi la luz y mi reflejo fue
tirarme al suelo y quedarme en el suelo hasta que cesaron los disparos. Y
después hubo otra luz. Pero yo ya me había movido porque había visto que los
disparos venían de arriba hacia abajo, así que me moví y me puse detrás de un
montículo hasta que se terminó todo. Ellos trataron de llevarme pero yo me
defendí y entonces hubo otra luz y ellos se escondieron hasta que se terminó la
luz y huyeron.
Yo no sabía qué había pasado
con mis compañeros porque no podía verlos. Todo fue sorpresivo. Yo estaba a un
lado de la fila porque iba caminando y me salí un poco de la fila. Y me pareció
que los disparos venían de detrás, no de frente a ellos. Ellos estaban huyendo
y yo me quedé donde estaba. Mi compañero Abdalla hizo lo mismo. Pero ellos
lograron llevarse al chofer, Hassan. Yo me quedé sin moverme unos 20 minutos,
hasta que terminó todo. No se oían voces. Entonces empecé a gritar, porque yo
sabía que era el ejército sirio, y grité: “¡Soy de Syria News! ¡Al-IkhbariyaTV!
¡El canal sirio!”
Me contestaron: “ ¡Yara,
sabíamos que estabas aquí. Lo sentimos mucho por todo este peligro pero teníamos
que liberarlos! ¡Vengan!”
Y me llevaron con ellos. Y yo
lloraba, al principio, y les decía que los otros se habían llevado a mis
compañeros. Pero ellos me contestaron que no, que Abdallah estaba con nosotros.
O sea que hicimos lo normal, Abdallah y yo, lo que teníamos que hacer. Y era lo
mismo que tenía en mente el ejército. Ellos nos vieron pasar, esperaron a que
estuviéramos en el medio y dispararon desde atrás, no desde el frente. Nosotros
nos quedamos donde estábamos, a cubierto, en vez de retroceder, estábamos sanos
y salvos. Y cuando todo terminó fuimos hacia el ejército.
Thierry Meyssan: Según fuentes
militares, en ese combate hubo unos 200 combatientes muertos y los demás
escaparon. ¿Correcto?
Yara Saleh: ¿Los combatientes
que trataban de escapar? Eran unos 250 o 300. Pero no sé, todos los días ellos
venían y decían que tenían muchos muertos. Los oí hablar de 300 o 400. No sé.
Oíamos cifras, pero no de los líderes. Los líderes no hablan con nosotros. Y
cada 10 minutos venía alguien y nos decía: “Los vamos a matar”, sólo eso. Cinco
minutos después venía otro y nos decía: “Estamos a punto de liberarlos. No se
preocupen.” O sea…
Thierry Meyssan: Una guerra de
nervios…
Yara Saleh: Lo hacían
constantemente. Había uno que nos decía: “Los voy a descuartizar para dar de
comer a los perros.” Le pregunté a uno de ellos lo que iban a hacer si el
gobierno y el ejército aceptaban todos sus exigencias y me respondió:
“Mantenerte aquí para exigir más cosas.” Eso fue lo que me dijo, que iban a
pedir más.
Thierry Meyssan: Ahora que
estás libre, ¿sabes que en Europa mucha gente trató de ayudarlos a ustedes? Le
escribieron al presidente francés Hollande diciéndole: “Sabemos que usted está
en contacto que el Ejército ‘Libre Sirio’. Usted tiene que exigirles que
liberen a Yara. ¿Tienes algo que decirles a todos los trataron de ayudarte
haciendo lo que podían desde Europa?
Yara Saleh: Quiero decirles,
muchas gracias. Finalmente, estoy libre. Por supuesto, el ejército sirio… ellos
son mis héroes, pero ustedes también lo son. Muchísimas gracias. Yo sé que es
gracias al apoyo de ustedes, gracias a sus plegarias, que estoy libre ahora.
Gracias. Es una experiencia que no le deseo a nadie en el mundo, créanme. Fue
tan difícil, extrañaba el sol, extrañaba a mis padres, extrañaba a todos. Pero
finalmente estoy libre, gracias a Dios. Sobre todo las muchachas, espero que
nunca tengan que vivir nada parecido.
Por Thierry
Meyssan.
Fuente: Red Voltaire.
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