El
gobierno de Bashar Al-Assad recuperó todo Damasco.
El Ejército sirio hizo huir a los rebeldes de la última zona de Damasco que ocupaban. Según informan medios occidentales, basándose en los testimonios de un general sirio, toda la capital está en manos de las tropas gubernamentales.
Según los datos de las autoridades sirias, el último bastión de los insurgentes en Damasco era la región de Tadamun, que es limítrofe con un campo de refugiados sirios: allí viven tanto sirios como palestinos.
El retroceso de los insurgentes ha sido confirmado también por los activistas antigubernamentales que declaran, a su vez, que los rebeldes siguen realizando ataques selectivos contra el Ejército.
Los combates en Damasco empezaron el 15 de julio, cuando los insurgentes ocuparon varias regiones de la ciudad. Miles de ciudadanos locales se vieron obligados a huir de sus casas. Mientras tanto, siguen los crueles enfrentamientos en otra ciudad siria, Alepo. Ayer por la mañana los insurgentes declararon que tomaron bajo control la mayor parte de la urbe.
Este mismo sábado las autoridades sirias confirmaron que en el territorio del país fueron secuestrados 48 ciudadanos de Irán. Se trata de un grupo de peregrinos musulmanes que llegaron para visitar un lugar sagrado local, el templo construido en honor de la nieta del profeta Mahoma, Zeinab.
De momento ningún grupo opositor asumió responsabilidad por el caso. El secuestro de los iraníes no es el primer crimen de este tipo realizado durante el conflicto sirio. En enero y febrero de 2012, 29 ciudadanos de la república islámica fueron llevados por los insurgentes en dirección desconocida. Dos personas de este grupo todavía siguen desaparecidos, otros fueron liberados con la intermediación de Turquía.
Además de los iraníes, la oposición siria tiene detenidos a once peregrinos del Líbano, secuestrados el 22 de mayo. Las negociaciones para su liberación continúan hasta hoy día.
El viernes la Asamblea General de la ONU aprobó con la mayoría de los votos la resolución propuesta por la Liga Árabe. El documento exige que el Gobierno retire las tropas y la maquinaria bélica, pero no plantea la misma demanda a los sublevados armados. El analista Ruben Lara califica a las Naciones Unidas en este asunto como un títere que sólo vela por los intereses de Occidente.
Fuente RT
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