martes, 14 de agosto de 2012

Capitulo I: El Pentágono y la CIA y su genocidio contra los pueblos (1970 - 2012)




Breve reseña de la intervención imperialista de los EE.UU. en la década de los 80´s en el Salvador y Afganistán.


  Los mexicanos tienen un dicho: “cuando Jalisco pierde, arrebata” y esto se puede aplicar a los “halcones” del Pentágono y a los gobiernos de Estados Unidos en esa su política expan-sionista y de dominación en diferentes regiones del mundo. Cuando por segunda vez en su historia de brutales intervenciones sucumbieron en Vietnam (primero fue en Corea), hicieron todo lo posible por revertir la tragedia creando fuerzas políticas y militares de desestabilización en los países vecinos e, incluso, con actos de sabotaje al interior de tan digno país.

 Con Venezuela ahora hacen lo mismo: no soportan la dignidad e independencia de los pueblos, sobre todo cuando estos en su legítimo y soberano derecho reivindican el dominio de sus recursos y proclaman libremente su soberanía y autodeterminación. A los gobiernos imperialistas no les interesa la democracia, en su real esencia, tampoco el ser humano, les interesa el poder de dirigir, el dominio político y la hegemonía, además de tener carta abierta para explotar los recursos naturales de los países dominados. Con el presidente Hugo Chávez, al igual que con Fidel Castro, en Cuba, y Evo Morales, en Bolivia, el tiro les ha salido por la culata y por ello buscan otros métodos para desestabilizar esos gobiernos. Ahora continuamos con la reseña histórica de las intervenciones.

Afganistán 1979-1992

La brutal represión de las mujeres en Afganistán llevada a cabo por los fundamentalistas islámicos del Talibán es bien conocida. Mucho menos publicitado es el hecho de que a fines de la década del 70 y durante la mayoría de los años 80 Afganistán tuvo un gobierno comprometido con llevar a ese increíblemente subdesarrollado país hacia el siglo XX (ni se preocupe con el XXI), incluyendo conceder a las mujeres la igualdad de derechos. Los Estados Unidos, sin embargo, gastaron millones de dólares en librar una terrible guerra contra ese gobierno simplemente porque estaba apoyado por la Unión Soviética. Ayudando a la oposición fundamentalista, Washington, consciente y deliberadamente, incrementó la posibilidad de una intervención soviética. Y cuando eso ocurrió, la CIA se convirtió en el gran orquestador, conminando a los países del Medio Oriente a que dieran un enorme apoyo financiero además del de Washington, presionando y sobornando al vecino Pakistán para que alquilase el país como área de estacionamiento militar y santuario, suministrando un gran arsenal de armamentos, y entrenamiento militar.

 Al final, los Estados Unidos y el Talibán “ganaron” y las mujeres y el resto de Afganistán perdieron. Más de un millón de muertos, tres millones de discapacitados, cinco millones de refugiados; en total, alrededor de la mitad de la población.

El Salvador 1980-1992

Los disidentes de El Salvador trataron de trabajar dentro del sistema, pero con el apoyo de los Estados Unidos, el gobierno lo hizo imposible, usando repetidamente el fraude electoral y asesinando a cientos de manifestantes y huelguistas. En 1980, los disidentes tomaron las armas y el camino de la guerra civil. Washington respondió de inmediato.

 Oficialmente, la presencia militar de los Estados Unidos en El Salvador estaba limitada a su actividad de asesoramiento. En realidad, el personal militar y de la CIA desempeñó un papel más activo de manera continuada. Cerca de veinte norteamericanos fueron muertos o heridos en atentados, accidentes de helicópteros y aviones mientras realizan vuelos de reconocimiento y otras misiones sobre áreas de combate, y también apareció una considerable evidencia del papel de los Estados Unidos en los combates en tierra. La guerra llegó a su terminación oficial en 1992 con estos resultados: 75 mil civiles muertos; el Tesoro de los EE.UU., empleó seis mil millones de dólares; cambios sociales significativos frustrados; una minoría de capitalistas son dueños todavía del país; los pobres permanecen como siempre; los opositores aún tienen que temer a los escuadrones de la muerte derechistas; mientras permanezcan los gobiernos de Arena en el poder, no habrá cambios sociales profundos. *


Asesinato de las monjas en El Salvador

 El 2 de diciembre de 1980, al inicio de la guerra civil salvadoreña, fueron violadas y asesinadas las religiosas Ita Ford, Maura Clarke y Dorothy Kazel y la misionera laica Jean Donovan, aberrante suceso que fue llevado a cabo por cinco miembros de la Guardia Nacional.

 Las monjas y la seglar pertenecían a las congregaciones de las Hermanas de Maryknoll y las Hermanas Ursulinas de Nueva York. Habían sufrido violación antes de asesinarlas disparándoles, sólo por haber defendido a los salvadoreños del terror desatado por su gobierno.


 Por el crimen de las cuatro religiosas de nacionalidad norteamericana, en 1984 fueron condenados a treinta años de cárcel los cinco agentes de la Guardia Nacional. De ellos, tres fueron dejados en libertad cuatro años después. La violación y asesinato de las monjas por sicarios y militares provocó que el gobierno norteamericano suspendiera la ayuda militar al gobierno salvadoreño… por un mes.

 El Comité de Abogados para los Derechos Humanos de Nueva York inició en el dos mil una demanda penal por homicidio contra dos generales salvadoreños, a quienes acusaron de ordenar la muerte de las religiosas.

El crimen, denunciado por el New York Times, indujo a que la embajadora en Naciones Unidas Jean Kirkpatrick acusase a las monjas de actividades subversivas. Ella y su sucesor, Vernon Walters, el homicida subdirector de la CIA que organizó los grupos de carniceros de la Operación Cóndor, negaron la veracidad de estos hechos. Los generales acusados son Eugenio Vildes Casanova, y José Guillermo García.

 Cuando ocurrió la masacre, el primero era el jefe de la Guardia Nacional y el segundo Ministro de Defensa. Los dos viven en Florida, Estados Unidos. Fueron declarados inocentes de cualquier responsabilidad en el secuestro, violación y asesinato de las religiosas en una Corte Federal de Florida.

 Dos años después, por otro caso, condenados por la misma Corte a pagar 54,6 millones de dólares a tres víctimas de torturas durante la guerra civil salvadoreña.

 En septiembre de 1981, la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), informó que un total de 32,000 civiles fueron asesinados por fuerzas gubernamentales y escuadrones de la muerte vinculados al Ejército, desde que la primera junta asumió el poder en el país. Ese mismo mes, D’Aubuisson anunció la fundación del partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, y posteriormente, su postulación como candidato presidencial.

 Las Fuerzas Armadas salvadoreñas se involucraron directamente en la represión indiscriminada, siendo el más notorio de estos incidentes la denominada Masacre de El Mozote entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981 contra la población civil cometido por el Batallón Atlacatl de la Fuerza Armada salvadoreña durante un operativo de contrainsurgencia en las aldeas de El Mozote, La Joya y Los Toriles, en el norte del departamento de Morazán.

 Según la Comisión de la Verdad, organismo de la ONU creado para investigar los hechos, aproximadamente novecientos campesinos fueron asesinados allí y en los cantones aledaños. No sólo es el mayor acto de violencia contra población civil cometida por agentes gubernamentales durante la Guerra Civil de El Salvador, sino también la peor masacre en el Hemisferio Occidental en tiempos modernos.

 Hoy los salvadoreños, como nosotros todos, se ven amenazados por la Cuarta Flota y el Comando Sur que amplían sus enclaves en Colombia, mientras el narco-presidente Uribe visita nuestros países para que el atropello sea consumado. ¿Más de lo mismo? **

* Fuente: el-salvador.blogspot.com.ar

Por Adriana Vega ** (2009)
** Fuente: moncadalectores.blogspot.com.ar

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