En la tierra de las oportunidades no solo se valora la capacidad e inteligencia del hombre de ciencia, -como fueron Nikola Tesla y su par americano Tomas Edison-, sino la sagacidad y la capacidad de negociación para crear riqueza. Este último fue el caso de Edison, modelo norteamericano de empresario con muchas luces para incrementar su propio patrimonio y el de sus accionistas.
El caso contrario fue Nikola Tesla, que murió en la más absoluta pobreza y endeudado, siendo más brillante que su colega anglosajón por su enorme inteligencia. Su pecado fue perseguir el sueño de darle electricidad gratis a todo el planeta, a traves de torres y de forma inalámbrica. Tesla sostenía que esto era posible y que los propios átomos que inundaban el espacio, eran una fuente infinita de energía que se podía explotar con un mecanismo que saque del reposo las partículas, pasando de energía del punto cero a una interacción electrostática que permita crear energía de la nada. Tesla siempre solicitó dinero y financiación para sus ideas y proyectos, pero estas eran tildadas de locas o de poco apropiadas para los dueños del dinero, la élite financiera.
El resultado de que personajes como Edison tengan mayor preponderancia que el genio de Tesla, es la profunda postergación de una sociedad exitista, desigual y ultra capitalista, donde lo que importa es el despiadado negocio a costa de dejar postergado al resto del mundo y por debajo de la línea de la pobreza.
En conclución, el capitalismo salvaje de los paises más ricos ha dado grandes saltos de avances tecnológicos y científicos, pero también ha dejado una enorme brecha entre los países pobres y ricos. Tesla no pensaba en esa injusta lógica y quería una ecuación diferente a la que se vive actualmente, - impuesta con la lógica de los sobervios-, de que para que haya riqueza y opulencia (siempre para unos pocos), debe haber muchos pobres que sean sacrificados para esa injusta causa.
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