El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció a través de su cuenta de Twitter que su país "se suma al clamor mundial de evitar la guerra", ya que "sólo con un mundo de respeto y paz podremos vivir en humanidad".
"Hacemos votos por la paz en el mundo. La amenaza en la península coreana debe resolverse con sabiduría y diplomacia. La humanidad pide paz", asegura Maduro en su mensaje.
En esta misma línea se expresó la cancillería chilena, que insta a Pyongyang a "deponer su actitud beligerante", "retornar a la moderación y al diálogo" y "detener su programa de ensayos nucleares y de sus misiles balísticos".
El vice-ministro de Relaciones Exteriores e Integración Política de Ecuador, Marco Albuja, hizo un llamamiento al diálogo y la paz a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter en el que exige ''responsabilidad mundial para detener una escalada que puede ser irreversible en la península coreana''.
El gobierno de El Salvador también condenó la declaración de Corea del Norte, considerando que "pone en riesgo la paz en la península coreana", al tiempo que exhortó a la comunidad internacional a "tomar acciones en el campo diplomático que contribuyan a la distensión y a buscar una solución pacífica a esta peligrosa situación" en Corea.
Por su parte, Rafael Roncagliolo, el canciller peruano, decidió no exponer por el momento la posición de su país, que es socio estratégico integral de Corea del Sur, y destacó que Perú —que ostenta la presidencia del bloque suramericano UNASUR— ha iniciado consultas con las cancillerías de los países miembros a fin de emitir un pronunciamiento conjunto.
Corea del Norte ha declarado este sábado que sus relaciones con Corea del Sur entraron en fase de guerra y advirtió que resolverá todos los asuntos pendientes entre las dos Coreas como en tiempos de guerra. "Las situaciones en la península coreana que ni son de paz ni de guerra han tocado a su fin", reza el comunicado difundido por la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA, que asegura "esta guerra no durará ni tres días, sino que será una guerra relámpago".
A pesar de este clima prebélico, en Pyongyang, la capital norcoreana, la gente hace su vida con normalidad en las calles, donde no se ven fuerzas militares adicionales. Las embajadas extranjeras y sedes de organizaciones humanitarias internacionales tampoco vieron necesario reforzar su seguridad. En Corea del Sur tampoco se registran señales de pánico.
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