jueves, 28 de marzo de 2013

Mafiocracia en Rusia: proliferación de bandas mafiosas y luchas por el poder desde la caída de la Unión Soviética.

 Boris Berezovski se ha creado, en los medios de prensa occidentales, la imagen de un hombre de negocios liberal perseguido por el autoritario Vladimir Putin. Su fortuna no se debe, sin embargo, a sus capacidades como empresario. Lo que hizo, junto a una docena de oligarcas y con la ayuda de Estados Unidos, fue apropiarse de los recursos de la extinta URSS. No ha creado riquezas en su país sino que ha extraído de él capitales transfiriéndolos a Occidente. Para asegurarse la mejor tajada, no vaciló en aliarse con la Hermandad de Solntsevo, una organización mafiosa rusa, y con pandillas chechenas, lo que lo ha llevado a sabotear el restablecimiento de la paz en Chechenia.

 El derrumbe de la URSS desencadena una violenta lucha de influencias entre los diversos componentes de la antigua nomenclatura soviética, esencialmente los nuevos hombres de negocios engendrados por la perestroika de Gorbatchov. Con el pretexto del paso a la propiedad individual y la «privatización», Boris Yeltsin liquidó a bajo precio las riquezas económicas del país a trece individuos, los oligarcas, y se llevó de paso su propia tajada.

 Para Washington, la descomposición de la Federación Rusa debe seguir a la desaparición de la URSS para que el predominio estadounidense sea total. Pero, uno de los Primeros ministros, Vladimir V. Putin, con el apoyo de las antiguas redes del KGB, saca progresivamente a Yeltsin del poder prometiéndole impunidad. El nuevo amo del Kremlin se da entonces a la tarea de recuperar los bienes robados por los oligarcas afrontándolos, en la medida de lo posible, uno por uno.

 Boris Berezovski es uno de los trece oligarcas y, seguramente, el más notorio. Después de haber participado en múltiples operaciones financieras que dieron lugar a la fuga al extranjero de la mayor parte de los haberes rusos, Berezovski se presenta hoy como un demócrata liberal, opuesto a la administración y gestión gubernamental del presidente ruso democráticamente electo Vladimir V. Putin, sobre el conjunto de la economía y los medios de difusión.

 Paul Klebnikov, periodista de la revista estadounidense Forbes, le dedicó un libro publicado en el año 2000. Su título: Padrino del Kremlin - Boris Berezovski y el saqueo de Rusia [1].

La entrada al mundo de los «negocios»

 La historia de Boris Berezovski en la Rusia post-soviética es un ejemplo casi caricaturesco de la nueva generación de hombres de negocios rusos, que mezclan cotidianamente política, economía y crimen organizado. Nacido en 1946 en una «familia judía de la intelectualidad soviética», Beresovski recibe una excelente educación en las mejores escuelas de Moscú.

 Hace sus estudios superiores en la facultad de electrónica e informática del Instituto Forestal, establecimiento científico secreto encargado, en realidad, del programa espacial soviético. Berezovski no pertenece por tanto a la esfera política, sino más bien a la elite científica del país, hasta 1989.

 Es admitido en la Academia de Ciencias donde trabaja en el proceso de decisión y, más tarde, a la cabeza de un laboratorio del Instituto de Administración donde se especializa en «los problemas de automatización y los sistemas informáticos destinados a las empresas industriales». Eso le permite, en 1989, entrar en contacto con los dirigentes de AvtoVaz, el principal fabricante automotor de Rusia, para crear una sociedad privada encargada de informatizar la fábrica.

 En esa época, las leyes promulgadas por Gorbatchov autorizan la creación de dos tipos de sociedades privadas: «las cooperativas y las empresas mixtas (o joint-ventures) con socios extranjeros». Berezovski, que desea invertir en el extranjero una parte de sus ganancias aprovechando a la vez las grandes ventajas fiscales que se le ofrecen en Rusia, escoge la segunda solución. El presidente de AvtoVaz le propone un socio extranjero, Logo systems, especialista italiano en automatización implantado en Turín.

 Se funda así LogoVaz, con Berezovski como director general. Sin embargo, en vez de automatizar la producción, LogoVaz se encarga de comercializar los autos que produce AvtoVaz.

 Boris Berezovski escoge este camino a sabiendas de que está entrando en un mercado tradicionalmente ocupado por las bandas mafiosas. La caída de la URSS permitió la liberación de todos los reclusos de los campos de trabajos forzados, la mayoría de los cuales son prisioneros comunes que vuelven rápidamente a sus actividades criminales. A las filas de estos delincuentes se suman ex-militares soviéticos que, a su regreso de los países del Bloque Socialista en los que se encontraban desplegados, encuentran en la economía criminal una forma de reciclar sus habilidades de manera productiva.

 Muchos ex-soldados, e incluso ex-agentes del KGB, se lanzan entonces a realizar tareas de inteligencia, o simple trabajo de matones, por cuenta de sociedades privadas ligadas a intereses mafiosos. Entre 1993 y 1994, Moscú se convierte en campo de violentas luchas entre pandillas. Las dos bandas más importantes son las de los eslavos (rusos) y los chechenos.

Chechenia: de la independencia al gangsterismo

 Chechenia se convierte en república autónoma rusa a finales de 1991, en el momento del derrumbe de la URSS: «formalmente, seguía formando parte de Rusia y gozaba de subvenciones del gobierno y de su participación en el sistema financiero ruso. Al mismo tiempo, estaba fuera del control de la aduana y de los órganos rusos encargados de mantener el orden público». 

Chechenia atraviesa una crisis moral y social más importante que otras repúblicas rusas en la medida en que no logra ofrecer trabajo a los soldados desmovilizados, aunque había sido siempre una reserva tradicional del Ejército Rojo.


Izquierda: el general ruso Lebed (en blanco) y 
el jefe independentista checheno Maskhadov 
en esa época, actualmente convertido en 
terrorista, firmando la paz. Derecha: 
El general Alexander Lebed.

 El presidente Dudaiev proclama unilateralmente la independencia de la República. De nuevo, esto conlleva la liberación de numerosos presos comunes que convierten Chechenia en centro del crimen organizado en la región. El aeropuerto de Grozny, la capital chechena, se convierte en punto de tránsito obligado para el tráfico mundial de heroína, el lavado de dinero y otras actividades criminales. Algunos se van a Moscú para instalar allí nuevas redes gangsteriles. Su extrema violencia y los fuertes lazos que unen a los miembros de esta comunidad la convierten rápidamente en un temible adversario para los «ladrones dentro de la ley» rusos.

 Berezovski tiene un importante contacto dentro del hampa en la persona de Badri Patarkatsichvilin, un georgiano cofundador de LogoVaz, lo que le permite montar operaciones con los eslavos de la Hermandad de Solntsevo, especie de cúpula de la mafia rusa, al mismo tiempo que con los chechenos, pero sobre todo con estos últimos, que se convierten en interlocutores privilegiados. Sin embargo estuvo varias a veces a punto de pagar los platos rotos de la guerra entre las dos organizaciones.

 Valeri Dlugatch, alias «el Globo», protector de Trinity Motors, principal distribuidor de autos extranjeros después de LogoVaz, es asesinado en 1993, probablemente por una banda chechena. En represalia, varios atentados tienen lugar contra los intereses de LogoVaz, varios concesionarios son objeto de ataques con granadas y hasta la sede de la sociedad es blanco de ataques.

 Berezovski pasa entonces el invierno de 1993 en Occidente. En noviembre se va a Tel Aviv, donde obtiene la ciudadanía israelí. «Según informes rusos, Berezovski estuvo también en Estados Unidos en la misma época y obtuvo una «Green Card», el permiso de trabajo norteamericano para los extranjeros». Con sus nuevas «cartas» extranjeras, regresa a Rusia en 1993.

 La guerra entre pandillas está en su apogeo. Los principales jefes eslavos son abatidos y, el 7 de junio, Berezovski sufre un atentado dinamitero que decapita a su chofer y deja a su guardaespaldas gravemente herido. El hombre de negocios escapa con vida aunque con quemaduras que exigen largos meses de cuidados en una clínica suiza. El responsable intelectual del crimen no es descubierto pero, meses después, Berezovski acusa al magnate de la televisión Vladimir Gussinski y a su «jefe» político, Yuri Luchkov, el alcalde de Moscú.

 Poco después, «Sylvester», jefe de la Hermandad de Solntsevo, muere en un atentado dinamitero. Las sospechas recaen por un tiempo en Berezovski, que acaba de regresar a Moscú, pero a falta de pruebas el asunto no tiene mayores consecuencias. Poco a poco, la violencia disminuye y las diferentes bandas llegan a un acuerdo sobre la repartición del mercado del crimen. Lo que se observa en este período, especialmente violento, es que Berezovski es «el único entre los grandes hombres de negocios, llamados más tarde «oligarcas», que estuvo personalmente implicado en la guerra entre las pandillas chechenas y eslavas.»

Redistribución de las cartas políticas.

 Los hombres de negocios al estilo de Berezovski tenían mucho que ganar con la perestroika de Gorbatchov. Pero las cosas se van a acelerar. Con el fracaso del golpe militar de 1991, Boris Yeltsin se hace completamente del poder a la cabeza de la Federación Rusa y establece un equipo joven, completamente volcado hacia el mundo de los negocios, que organizará lo que elinvestigador y escritor Paul Klebnikov llama el «saqueo de Rusia».

Los libros «Padrino del Kremblin y el saqueo
de Rusia» (izquierda) del Paul Klebnikov,
periodista de la revista estadounidense Forbes.
 Derecha, el libro autobiográfico de Boris Yelsin.
 Berezovski puede estar satisfecho en la medida en que se trata de personalidades con las que tiene relaciones. Entre sus conocidos están el Primer ministro interino Igor Gaidar [2], Anatoli Sobtchak, Anatoli Choubais así como el joven economista Piotr Aven, un amigo personal, que se convierte en el nuevo ministro de Comercio Exterior de Yeltsin, y Mijail Kodorkovski, viceministro del Petróleo y la Energía, que se transformará rápidamente en un socio para los negocios.

  La época es fastuosa para esta joven generación que va a apropiarse del sector petrolero por tres centavos, en detrimento del país. 

 Mijail Kodorkovski, fundador del banco Menatep, se apodera del 45% del capital de Yukos, un «holding que reúne al productor de petróleo Samaraneftgaz y la refinería de Samara», todo por la módica suma de 159 millones de dólares [3].

 Boris Berezovski establece una alianza con Roman Abromovich para adquirir el 51% de Sibneft por 100 millones de dólares. Como se ve en la tabla anterior, son sumas que no tienen nada que ver con el precio real de las empresas determinado en el momento de su entrada a la bolsa.

 Berezovski amplía también su lista de amistades políticas. Su amistad con Alexander Korjakov, jefe de la seguridad del presidente Yeltsin, le abre las puertas de la cúpula del poder ruso. Se encarga de financiar la publicación de una biografía autorizada de Boris Yeltsin, titulada Sobre el filo de la navaja.

El oligarca ruso Mijail Kodorkovski, actualmente
en prisión por no haber pagado al
estado millones de dólares en impuestos.
 Después de haber malversado buena parte de lo que reportaron las ventas, Berezovski acabó por devolverle su dinero al jefe de Estado y se convirtió incluso en uno de sus principales financistas. Berezovski comprende también la importancia del poder mediático. Invierte en la televisión, primeramente en el mercado publicitario de la cadena más importante del país, ORT: «el plan consistía en comprar los programas a la cadena y obtener beneficios a partir de las ganancias publicitarias. (La sociedad creada por Berezovski) Publicidad-Holding revendería a los anunciantes el tiempo de transmisión cobrando una comisión». 

 Más tarde, el hombre de negocios presiona a Korjakov y Yeltsin para que le «vendan» la cadena, lo cual obtendrá en 1994.

 Berezovski no es el único interesado en el mercado de la televisión. Vladimir Gussinski, propietario del Banco Most, posee tambiénla televisión NTV, la primera red televisiva independiente de toda Rusia, creada en 1993 por un decreto especial de Boris Yeltsin. Gussinski es además enemigo personal de Boris Berezovski, desde la guerra de las bandas moscovitas de 1993-1994. Amigo de Estados Unidos, y de Ted Turner dueño de la CNN. 

 Gussinski había creado, al igual que su rival, un joint-venture con socios extranjeros (estadounidenses), puesto en marcha uno de los periódicos más importantes del país -Segodnia- (Hoy) y fundado un importante establecimiento bancario.

Valor de las empresas rusas
en bonos de privatización
en relación con su valor de
mercado (en millones de dólares).

 Contaba además con la protección de Yuri Luchkov, el alcalde de Moscú. La ayuda del presidente ruso hacia Berezovski es tal que este último logra que Gussinski se vea obligado a exilarse, el 2 de diciembre de 1994. La Nezavissimaia Gazeta, periódico perteneciente a Berezovski, contará el episodio posteriormente en un artículo que afirma que Yeltsin tomó la decisión después de leer un informe sobre las ambiciones políticas de Gussinski y el apoyo político con que contaba este, o sea Yuri Luchkov.

 Poco tiempo después, Berezovski fue objeto de una investigación policial a causa del asesinato del presentador estelar de la televisión rusa, Vlad Listiev. Este último había participado en el proyecto de privatización de la ORT, pero había manifestado su inquietud ante la tala radical de la cadena emprendida por el hombre de negocios. Como otros casos, este se perderá finalmente en los meandros de la justicia rusa.

 Las maniobras de Berezovski para apoderarse de los medios de difusión son un éxito. En pocas semanas, se asegura el control del canal 1 de la televisión rusa, compra el canal 6 -privatizado con la participación de Ted Turner, y adquiere la revista Ogoniok y el diario Nezavissimaia Gazeta convirtiéndose en uno de los hombres más influyentes del universo mediático ruso.

 «Se transforma así en uno de los arquitectos de la política rusa. El servicio informativo de ORT se convirtió en la caja de resonancia de los intereses de Berezovski en momentos cruciales de la vida política, cantando loas sobre Yeltsin durante la elección de 1996, celebrando los méritos de Lebed después que este llegara a un arreglo con el Kremlin con vistas a esa elección, denunciando al mismo Lebed meses después a causa de su disputa con Berezovski (...)» 

 Berezovski se aprovecha de su nueva situación para financiar la campaña electoral de Yeltsin, en 1996, y regresa al gobierno después de su reelección.

 Los problemas de salud del presidente ruso dan lugar a un vacío de poder, que llenan diferentes miembros de su equipo, en primer lugar Anatoli Chubais, el arquitecto de las «privatizaciones». Es el triunfo de los oligarcas: el banco de Vladimir Potanin se encarga de administrar nuevas cuentas gubernamentales, la estación televisiva de Vladimir Gussinski -NTV- es autorizada a comprar el canal 4, el banco Stolitchnyi -perteneciente a Alexander Smolenski y Berezovski- duplica su envergadura al absorber al banco público Agroprom...

 De pronto, Berezovski se ve atacado por todos lados. El general Korjakov revela que el hombre de negocios le pidió que asesinara a Gussinski. El diario Novaia Gazeta publica el video en el que Berezovski acusa a Gussinski de haber tratado de atribuirle el asesinato de Listiev. En esta coyuntura, particularmente cargada, el magnate se incorpora a la administración del país asumiendo el puesto de Secretario Adjunto del Consejo de Seguridad, encargado de coordinar la política de seguridad y de defensa del país.

 Para ello, Berezovski se ve obligado a renunciar a su pasaporte israelí. En su nuevo puesto, se encarga de las negociaciones con Chechenia, en el momento en que el general Lebed logra poner fin al conflicto. Según este último, Berezovski hizo hecho todo lo posible por hacer fracasar las conversaciones de paz: «Después de la firma de los acuerdos de paz de Khassaviurt [...] Berezovski vino a verme y trató de intimidarme. Cuando se dio cuenta que no era posible meterme miedo, simplemente me dijo: "usted ha echado a perder tremendo negocio. Todo iba tan bien. ¿Se estaban matando entre ellos? ¿Y qué? Siempre lo han hecho y lo seguirán haciendo"».

 Después del restablecimiento de la paz, logró sin embargo valerse de sus antiguas relaciones con las pandillas chechenas de Moscú para ganarse la simpatía de los dirigentes de Grozny. Salam Raduiev, uno de los jefes armados, llegará a saludar a Berezovski como un «hombre honorable». «Está personalmente interesado en ese petróleo [el oleoducto Bakú-Novorossisk», observa.

 Las cosas cambian con la llegada de Vladimir Putin al poder. Aunque contó al principio con el apoyo de los oligarcas contra Evgueni Primakov, Putin da un giro total a la política aplicada hasta entonces y trata de reconstruir el país. En ese empeño, choca fatalmente con los intereses privados de los oligarcas, que se han apoderado de una parte considerable de la economía rusa.

 Putin la emprende entonces contra ese imperio, bajo todas sus manifestaciones, ya sea el imperio mediático que han construido, las empresas que han creado o los partidos políticos que han apoyado. Los medios de comunicación rusos bajo control de estos oligarcas, pero también una amplia prensa internacional, presenta una versión de los hechos -que dieron lugar al exilio de los antiguos cuadros del país-, como la manifestación de un régimen autoritario con tendencias dictatoriales.

 Kodorkovski es presentado como una víctima de los enemigos de la democracia, mientras que Berezovski no para de hablar en la prensa occidental de la amenaza que Putin representa, según él, para la sociedad civil rusa. Parece, sin embargo, que no había otra alternativa. Fuera de su propio enriquecimiento personal, la política de los oligarcas no tenía más consecuencias que la destrucción económica del país, el saqueo de sus recursos naturales y una espantosa caída del nivel de vida en Rusia.

 En el contexto geopolítico que siguió al derrumbe de la URSS, se sospechó durante mucho tiempo que Estados Unidos esperaba que el país fuese totalmente devastado en el plano económico antes de aportarle alguna ayuda. A fin de cuentas, este período sirvió a los intereses de muchos, pero no a los del pueblo ruso. Muchos países pudieron conseguir así, a bajo precio, las materias primas rusas, mientras que el crimen organizado debilitaba el poder del Estado, indispensable en un país tan grande.

 La guerra de Chechenia ayudó a distraer a Moscú en un frente costoso en hombres y en dinero, lo cual contribuyó al retraso en materia de geopolítica, que desde entonces ha acumulado Rusia en el «Juego Grande» del reparto del Asia central, pero la primera fase era la desestabilización de ésta.

BORIS BEREZOVSKI VUELVE A VISITAR GEORGIA IMPUNEMENTE

Tbilisi, 5 de abril, Agencia RIA Novosti. El oligarca ruso Boris Berezovski, buscado por la Justicia de Rusia, visitó a Georgia el sábado pasado. Las autoridades fronterizas georgianas afirman que no han tenido el mínimo pretexto para detenerlo.

 «Berezovski visitó a Georgia el 2 de abril por invitación del presidente del Comité Olímpico de Georgia, Badri Patarkatsishvili -precisó el portavoz del servicio fronterizo georgiano-. Tenía el pasaporte expedido a nombre de Platon Yelenin y, según sabemos, en la lista de las personas buscadas por la Interpol ese nombre no figura».

 Esta ha sido la segunda visita de Berezovski a Georgia. La anterior la había hecho el 3 de diciembre de 2003, y tenía el mismo pasaporte a nombre de Platon Yelenin.

 En aquella ocasión, el director del Departamento de vigilancia de fronteras de Georgia, Valeri Chjeidze, había explicado que sus subordinados no le informaron a tiempo de la visita de Berezovski.

 «Pero si vuelve a Georgia será inmediatamente detenido y entregado a los órganos policiales que lo buscan», había prometido Chjeidze.

 El lunes, Badri Patarkatsishvili había comentado la visita de Berezovski y declaró a periodistas que el viaje había sido concordado con las autoridades georgianas.

 El sábado, Berezovskiy había viajado a Tbilisi procedente de Londres y acompañado de su esposa. Vino en avión propio y después de entrevistarse con Patarkatsishvili enseguida volvió a Londres.

  Vale notar que la búsqueda y captura de Berezovski habían sido declaradas a nivel internacional. El 6 de agosto de 2002, la Fiscalía General de Rusia había incoado un expediente penal contra el oligarca y dos ex dirigentes de la compañía «Logovaz», Badri Patarkatsishvili y Yuli Dubov. El 15 de octubre de 2002, el juzgado los declaró culpables del delito de estafa en grandes dimensiones.

 Patarkatsishvili también es buscado por la justicia internacional. Berezovski recibió asilo en Gran Bretaña en septiembre pasado. Vive en ese país desde 2000.

Fuente: Red Voltaire.





[1] Parrain du Kremlin -Boris Berezovski et le pillage de la Russie, (Padrino del Kremblin y el saqueo de Rusia), libro de Paul Klenikov, Ediciones Robert Laffont, 2001, Francia.

[2] Igor Gaidar fue nombrado consejero para las privatizaciones de L. Paul Bremmer III en Irak, cf «Buts de guerre et bilan stratégique de l’attaque en Irak» (Objetivos de guerra y conclusión estratégica del ataque a Irak), texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire, 6 de noviembre de 2003.

[3] «Des compagnies acquises par une bouchée de pain», (Empresas adquiridas por nada), texto en francés, La Tribune, 26 de junio de 2002.

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