El nuevo Papa, que adoptó el nombre de Francisco, podría introducir en el Vaticano las ideas de esta comunidad fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola bajo la aprobación del papa Pablo III, que en Latinoamérica siempre ha abogado por la justicia y la caridad, pero que en ocasiones ha estado en discordancia con la Santa Sede.
Desde su llegada en 1549 a las costas de Brasil y sus misiones posteriores a Uruguay, Paraguay, Argentina, México y Centroamérica, la congregación siempre ratificó su compromiso con los oprimidos, siendo los primeros en ofrecer ayuda a los indígenas que eran víctimas de la opresión.
Por cuestionar a la autoridad, entre 1767 y 1771, fueron castigados con el destierro, pero los jesuitas no dieron su brazo a torcer y retornaron en múltiples ocasiones a tierras americanas.
Con la Teología de la Liberación que surgió en América Latina después del concilio Vaticano II (1962-1965) se impulsó 'la opción preferencial por los pobres', que acompañó los procesos sociales que buscaban la liberación de las clases oprimidas.
En esa lucha por los pobres, solo en El Salvador entre 1977 y 1989 fueron asesinados más de una docena de sacerdotes de la Compañía de Jesús.
Choques con el Vaticano.
En su momento, Pablo VI (1963-78) dijo en una carta que los jesuitas "miran con excesiva simpatía a movimientos políticos radicales enemigos de la Iglesia". Juan Pablo I antes de terminar su breve pontificado de 33 días en 1978 envió otra carta en la que les acusaba de generar "confusión y desorientación" entre los fieles.
Mucho después del fin de la guerra civil salvadoreña el jesuita español Jon Sobrino fue sancionado, en marzo de 2007, en una resolución aprobada por Benedicto XVI que le prohibía enseñar en instituciones católicas.
En Nicaragua, el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, educado por los jesuitas y destacada figura de la Teología de la Liberación, fue censurado ante las cámaras de televisión en marzo de 1982 por el papa Juan Pablo II.
Los jesuitas han ejercido también un papel central en el continente americano en la formación intelectual de las élites dirigentes.
En la actualidad mantienen la denominada Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina (AUSJAL), con casas de estudio en diferentes países como Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, México, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Fuente RT
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