sábado, 5 de enero de 2013

180 años de usurpación territorial a la República Argentina por parte del raquítico imperio británico.

 Ciento ochenta años después que fuerzas británicas interrumpieran el ejercicio claro y pacífico de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, la usurpación de esos territorios ultramarinos persiste incluso con agravantes.

 El 3 de enero de 1833 Argentina fue despojada por la fuerza de esos territorios, distantes a unos 14 mil kilómetros del Reino Unido, en un acto beligerante y colonial agravado en los últimos tiempos por la potencia usurpadora con la permanente realización de actos ilegales unilaterales.

 En una carta enviada al primer ministro británico, David Cameron, a propósito de la efeméride, la presidenta Cristina Fernández recordó la víspera que desde 1965 la Asamblea General de la ONU reconoció el tema de las Malvinas como un caso de colonialismo.

 El máximo organismo internacional invitó también desde entonces a los dos países a negociar una solución sobre la disputa de soberanía, algo a lo cual se ha rehusado insistentemente la nación europea, impidiendo el restablecimiento de la completa integridad territorial argentina.

 A la denuncia sobre esta anacrónica situación colonial se suman ahora otras referidas a la creciente militarización del Atlántico Sur, llevada adelante por el gobierno británico a través sus bases y ejercicios militares en las usurpadas Islas Malvinas.

 En octubre pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU incorporó como documento oficial una carta enviada por el canciller argentino, Héctor Timerman, denunciando "las actividades militares unilaterales que lleva adelante el Reino Unido" e incluyen el lanzamiento de misiles desde las Islas Malvinas.

 Con estas maniobras, subrayaba el texto, se genera una tensión innecesaria que constituye una afrenta a todos los países de la región que poseen una plena y efectiva vocación pacifista.

 A ello se suma también la expoliación, contraria al derecho internacional, de los recursos naturales renovables y no renovables del área, emprendida por el Reino Unido mediante la realización de ilegítimas actividades de pesca y exploración hidrocarburífera en la zona en disputa.

 Este año, además, se prevé la realización en Malvinas de un referéndum sobre su soberanía que -según el propio Cameron- permitirá a los "kelpers" (descendientes de los británicos que usurparon la isla) hablar "fuerte y claro y que Argentina escuche".

 Mas, por si todo eso resultara insuficiente para agravar las tensiones, en diciembre pasado el canciller británico, William Hague, anunció la decisión de bautizar un área de más de 400 mil kilómetros cuadrados del territorio de la Antártida con el nombre de "Tierra de la Reina Isabel".

 La acción generó una inmediata protesta de Argentina, que manifestó su "categórico rechazo a toda pretensión territorial británica en la Antártida y reafirmó sus derechos de soberanía en el Sector Antártico Argentino".

 La Cancilleria argentina sostiene que ese gesto del Reino Unido demuestra, una vez más, las anacrónicas ambiciones imperialistas de ese país, lo que remonta a antiguas prácticas ya superadas y no se condice con el espíritu de paz y cooperación que caracteriza al Sistema del Tratado Antártico.

Fuente: Telesur

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