La cofradía de la Hermandad
Musulmana y sus ramificaciones están utilizando este escándalo para redorar su imagen
ante la opinión, limitándose a declaraciones verbales. La Hermandad Musulmana
de Egipto, que había convocado a una manifestación, acabó retractándose. El
presidente Mohamed Morsi, proveniente de esa organización, trató de adoptar una
imagen de dirigente hostil a las políticas estadounidenses y a las decisiones
que impone Washington, cuando en realidad sus posiciones son claramente
resultado de las garantías que ha ofrecido a Estados Unidos. En el tema de
Siria, Morsi apoya sin ambages la guerra de Occidente contra el último país
árabe que todavía es independiente en el plano político. En Gaza, sigue
aplicando la política de su predecesor mediante la imposición de un bloqueo a
ese territorio palestino. Morsi ha ido incluso más lejos que Hosni Mubarak, destruyendo
decenas de túneles a través de los cuales llegaban a ese asediado territorio
los productos de primera necesidad.
Libia no se queda atrás. Las
nuevas autoridades han dado un gran paso hacia la normalización de las
relaciones con Israel y se preparan para dar luz verde a la instalación de
bases estadounidenses, so pretexto de la lucha contra el terrorismo.
La situación no es mucho mejor
en Yemen y en Túnez. La presencia multiforme de Estados Unidos nunca había
alcanzado en esos dos países proporciones tan grandes como las de hoy en día.
En ese panorama aparece, sin
embargo, un factor difícil de controlar: la opinión pública en materia de
religión, que sigue siendo refractaria a las presiones estadounidenses y que ha
dejado estallar su cólera contra Estados Unidos e Israel.
El film que lleva la firma de
«Sam Bacile» es una clara ofensa al profeta Mahoma. Su principal objetivo es
sembrar la discordia entre cristianos y musulmanes, sobre todo a la luz de las
informaciones que circulan sobre la presencia de varios coptos residentes en
Estados Unidos entre los productores y financistas del largometraje. La
voluntad de provocar enfrentamientos entre musulmanes y cristianos aparece
después del fracaso del plan tendiente a encender la discordia entre sunnitas y
chiitas, sobre todo en momentos en que los acontecimientos en Siria no marchan
en ese sentido a pesar de todo lo que se hace para lograrlo, al igual que en
Líbano, donde el fuego de la fitna acaban extinguiéndose cada vez que los
provocadores tratan de encenderlo.
La difusión de este film,
precisamente en este momento, también busca hacer fracasar la visita del Papa
Benedicto XVI al Líbano, cuyo objetivo es promover y fortalecer en el Oriente
la idea de la convivencia y la asociación entre cristianos y musulmanes. Un
objetivo que, evidentemente, no figura en la lógica de los Estados religiosos
(judíos y salafistas) que cuentan con la bendición y el respaldo de Israel, de
las petromonarquías del Golfo y de su mentor estadounidense.
Fuente: Red Voltaire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario