Según información
confidencial, a la que tuvo acceso el diario estadounidense The Washington
Post, los servicios secretos hallaron que la reserva de armas químicas de Al
Assad es mucho más grande y está más dispersa de lo que se creía.
Asimismo, señala que ese armamento fue
movilizado al menos a 20 puntos del país, aunque no se descarta que haya zonas
desconocidas.
El colapso del régimen en
varias provincias sirias permitió a EE.UU. y sus aliados un mayor escrutinio de
los depósitos. También aceleró los preparativos para asegurar los sitios, le
indicaron fuentes de inteligencia estadounidense al rotativo.
A partir de eso, los investigadores creen que
el arsenal sirio contiene varios cientos de toneladas de armas químicas y
precursores, entre ellos cantidades considerables de gas sarín, clasificado
como un agente nervioso mortal, listo para ser utilizado.
Varios funcionarios y ex funcionarios
reconocieron a The Washington Post que existe una “extrema dificultad para
llegar a los depósitos mientras perdure el conflicto en Siria, ante la posibilidad
de una feroz resistencia de las fuerzas sirias a una incursión
extranjera”.
Además, indicaron que la
situación en ese país podría tener un escenario similar al de Libia, donde tras
la caída de Muammar Gaddafi, buena parte del arsenal del Ejército libio cayó en
manos de organizaciones extremistas en la Franja de Gaza, en la península del
Sinaí y de otros países africanos.
En
julio pasado el ministro de Exteriores sirio, Jihad Makdissi, dijo que su
Gobierno nunca usaría armas químicas contra su pueblo, pero advirtió que
recurriría a ellas en caso de una incursión militar extranjera. En respuesta, EE.UU. y sus aliados
occidentales advirtieron al régimen de Al Assad que cualquier despliegue de su
armamento no convencional, justificaría la intervención militar en ese país
árabe.
Fuente RT
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