La constante influencia de los mass media (medios masivos) en la gente es una practica habitual de las corporaciones mediáticas en las masas. En realidad fue y es utilizada como un arma de propaganda política para enfocar el centro de atención en conflictos bélicos y reparticiones imperialistas con la cual la gente no se siente identificada. Ellos, a través de los lideres de opinión, parecieran dictar a los ciudadanos que cosa está bien aceptar y que cosa no. Así como la obediencia a la agenda que impone el sionismo, que está pautada de antemano y que se hace cumplir con admirable detalle.
Hay varias puntos que se utilizan a la hora de lavar las mentes, -algunos intelectuales dirán que son moldeadas para que no suene tan chocante-, con la imposición, por parte de los medios, de como debe ser abordado un tema o como debe impactar en la opinión pública, que por otro lado, ya viene manipulada a través del materialismo-consumismo de cada día y la manipulación de la cultura que el mismo público produce y consume.
El espíritu de sacrificio resulta en muchos casos conmovedor. Al extremo de hacer que la mismísima guerra pueda parecer admirable. La receta consiste en:
1- encontrar un héroe joven y simpático, poniéndolo como ejemplo de la vida real.
2- exaltar su sentido del sacrificio y su muerte altruista.
3- decir que murió defendiendo a los buenos contra los malos.
4- ocultar las barbaridades que cometió.
Una receta vieja pero que sigue funcionando en pleno siglo XXI. He aquí varios ejemplos de medios creados para informar en perspectivas de sus intereses nacionales, religiosos o ideológicos. Otros se guían meramente en intereses económicos disfrazados en levantamientos patrióticos contra un enemigo en común, como en su momento fue para los EE.UU. los atentados del 2001 contra el WTC y un iconico enemigo invisible como lo fue Osama Bin Laden.
En fin, tenemos una larga lista de medios internacionales y estos son solo los más importantes en algunas zonas calientes del mundo. La que se lleva todos los galardones por ser un hervidero de luchas religiosas, políticas y de intereses económicos es la región del Medio Oriente.
Televisioras satelitales, como Al-Arabiya, Al-Jazeera, BBC, CNN, Fox, France24, Future TV y MTV –ya es sabido que desde 1998 oficiales de la United States Army’s Psychological Operations Unit (PSYOP) han sido incorporados a la redacción de la CNN, práctica que la OTAN extendió después a otras estaciones televisivas de importancia estratégica. Estos oficiales redactaron de antemano una serie de noticias falsas, en función de una historia falsa concebida por el equipo de Ben Rhodes, -Asesor Adjunto de Seguridad Nacional-, en la Casa Blanca. Todo se llevaría a cabo en una operación militar en la república Árabe de Siria, para acabar con el presidente Bashar Al Assad, con el aval del entonces presidente norteamericano Barack Obama.
La operación que intentó (sin éxito) derrocar al régimen sirio de Al Assad en el 2012.
Se realizó el siguiente modus operandi: se estableció un procedimiento de validación recíproca en el que cada medio debe citar las mentiras de los demás para darles credibilidad a los ojos de los telespectadores. Los participantes decidieron además no limitarse a requisicionar únicamente los canales de la CIA para Siria y el Líbano (Barada, Future TV, MTV, Orient News, Syria Chaab, Syria Alghad), sino también unos 40 canales religiosos wahabitas que exhortarán a desatar masacres confesionales bajo la consigna «¡Los cristianos a Beirut, los alauitas a la tumba!»
En una segunda reunión participaron ingenieros y realizadores encargados de planificar la fabricación de imágenes de ficción, en las que se mezclan secuencias rodadas en estudios a cielo abierto con imágenes generadas por computadora. En las últimas semanas a la infructuosa operación, se han montado en Arabia Saudita varios estudios que imitan los dos palacios presidenciales sirios y las principales plazas de Damasco, de Alepo y de Homs. Ya existían ese tipo de estudios en Doha, pero resultaban insuficientes dada la envergadura de la operación planteada.
En una tercera y última reunión participaron el general James B. Smith, embajador de Estados Unidos; un representante del Reino Unido y el príncipe saudita Bandar Bin Sultan, el mismo a quien el presidente George Bush (padre) designaba como su hijo adoptivo, al extremo que la prensa estadounidense comenzó a llamarlo «Bandar Bush».
El objetivo de esta reunión fue coordinar la acción de los medios con la acción del «Ejército Sirio Libre», conformado esencialmente con mercenarios a sueldo pagados del bolsillo del príncipe Bandar.
La operación ya venía gestándose desde hace meses, pero el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos decidió acelerarla después de que el presidente ruso Vladimir Putin notificó a la Casa Blanca que Rusia se opondrá por la fuerza a todo intento ilegal de intervención de la OTAN contra Siria.
Esta operación comprende dos etapas simultáneas: por un lado, inundar los medios de noticias falsas, y por el otro, censurar o bloquear toda posibilidad de respuesta.
El hecho de prohibir las televisiones satelitales para desencadenar y dirigir una guerra no es nada nuevo. Bajo la presión de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea han prohibido sucesivamente canales de televisión libaneses, palestinos, iraquíes, libios e iraníes. Ningún tipo de censura se ha impuesto contra canales vía satélite provenientes de otras regiones del mundo.
La difusión de noticias falsas, o como en los círculos de las agencias de inteligencia la llaman, desinformación, tampoco es nada nuevo. Cuatro pasos significativos en el arte de la propaganda se han dado por vez primera durante los últimos 25 años.
- En 1994, una estación de música pop, la Radio Libre de Mille Collines (RTML) dio la señal que desencadenó el genocidio ruandés al exhortar a «¡Matar a las cucarachas!».
- En 2001, la OTAN utilizó los medios de prensa para imponer una interpretación de los atentados del 11 de septiembre y justificar los ataques contra Afganistán e Irak. Ya en aquella época fue Ben Rhodes el encargado de redactar, por orden de la administración Bush, el informe de la Comisión Kean Hamilton sobre los atentados.
- En 2002, la CIA utilizó 5 canales de televisión (Televen, Globovisión, Meridiano, ValeTV y CMT), para hacer creer que enormes manifestaciones habían obligado al presidente democráticamente electo de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a renunciar a su cargo, cuando en realidad estaba siendo víctima de un golpe de Estado militar, del que salió airoso.
|
La cadena Fox y su "rival" CNN son dos de las cadenas internacionales más belicosas y de propaganda nacionalista en el mundo. |
- En 2011, France24 desempeñaba de facto el papel de ministerio de Información de Consejo Nacional Libio, al que incluso estaba vinculada por contrato. Durante la batalla de Trípoli, la OTAN hizo filmar en estudio y difundir a través de Al-Jazeera y de Al-Arabiya imágenes que mostraban a los rebeldes libios entrando en la plaza principal de la capital cuando en realidad se encontraban aún lejos de la ciudad, de manera que los habitantes, convencidos de que la guerra estaba perdida, cesaron toda resistencia.
Los medios de prensa ya no se conforman con apoyar la guerra. Ahora la hacen.
Este dispositivo viola los principios básicos del derecho internacional, empezando por el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que estipula el derecho a «recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Y lo más importante es que viola las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, adoptadas al término de la Segunda Guerra Mundial para prevenir las guerras.
Las resoluciones 110, 381 y 819 prohíben «los obstáculos al libre intercambio de informaciones e ideas». O sea, como sucedió en la guerra de los EE.UU. e Israel contra el pequeño estado sirio, en el cual bloquearon todos los medios oficiales de información con los que disponía el gobierno para informar a su desmembrada población, y lo que también está expresamente prohibido es «la propaganda tendiente a provocar o estimular cualquier tipo de amenaza contra la paz, de ruptura de la paz o todo acto de agresión».
En definitiva, a la luz del derecho, la propaganda a favor de la guerra es un crimen contra la paz. Es incluso el más grave de los crímenes, ya que hace posibles los crímenes de guerra y el genocidio.
Referencias:
https://www.voltairenet.org/ - Thierry Meyssan ("La OTAN prepara la mayor operación de intoxicación de la Historia") y Manlio Dinucci ("La conquista de las mentes")