Si los que llegaran a la Casa Blanca serían importantes estadistas e iluminadas mentes y no multimillonarios que entregan su lujuriosa fortuna a la vanidad de ostentar un poder soberano pero alquilado, no nos haríamos la pregunta de si Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, tendría entre sus oscuros planes pasar con sus tropas la frontera sur con México e invadirlo, para según sus propias palabras, hacer el trabajo que no hacen las autoridades mexicanas con los narcotraficantes y traficantes de personas, esto mas que una posibilidad podría volverse una certeza.
Y dicha certeza se hace más patente cuando analizamos a este multimillonario inquilino de la Casa Blanca cada vez que derrapa en su propio fango. Trump parece de los tipos con poca paciencia para con algunos temas espinosos y delicados, en especial cuando hablamos de la caliente frontera entre México y los Estados Unidos. Este curioso sujeto carece de lo esencial que debe tener un político y es el consensuar entre las distintas partes que rodean al problema. ¿Trump tiene una forma nueva de hacer política como nos quieren vender algunos de sus partidarios? Por supuesto que no, por cierto es una forma bastante vieja de hacer política, y es hacer lo que me plazca sin preguntarle a nadie, como siempre hicieron los tiranos cuando algo les parecía incorrecto, el objetivo debía ser persuadido sea como sea y de ser necesario, por su intransigencia, ser intervenido por la fuerza.
Así responde Trump al grave problema migratorio, al cual él vincula con el narcotráfico, ligándolo indudablemente a la ilegalidad, mientras tanto las caravanas de inmigrantes que anhelan pasar por la frontera México-EE.UU., son cada vez más, símbolo inequívoco de un sistema capitalista que decanta a los pobres de un lado de la frontera y del otro.
Así responde Trump al grave problema migratorio, al cual él vincula con el narcotráfico, ligándolo indudablemente a la ilegalidad, mientras tanto las caravanas de inmigrantes que anhelan pasar por la frontera México-EE.UU., son cada vez más, símbolo inequívoco de un sistema capitalista que decanta a los pobres de un lado de la frontera y del otro.
Sabiendo Trump que Estados Unidos tiene una política estricta con respecto a los derechos humanos, como tantos que pasaron por el salón oval, no dudara en explotar la situación que le sea conveniente para favorecer sus intereses.
Como era de esperar y sin medias tintas, el primer mandatario norteamericano mandó recientemente un contingente de soldados por un episodio desafortunado, en el cual dos militares mexicanos desarmaron a dos guardias fronterizos yanquis dentro de los EE.UU. en un episodio confuso. Interrogados de lo sucedido a ambos militares aztecas, estos alegaron que pensaron que estaban dentro de territorio mexicano y que los agentes norteamericanos estaban invadiendo el territorio azteca, algo que resultó justamente al revés.
Militarización de la frontera sur
Como era de esperar y sin medias tintas, el primer mandatario norteamericano mandó recientemente un contingente de soldados por un episodio desafortunado, en el cual dos militares mexicanos desarmaron a dos guardias fronterizos yanquis dentro de los EE.UU. en un episodio confuso. Interrogados de lo sucedido a ambos militares aztecas, estos alegaron que pensaron que estaban dentro de territorio mexicano y que los agentes norteamericanos estaban invadiendo el territorio azteca, algo que resultó justamente al revés.
En tiempos de campaña por la presidencia, Donald Trump había prometido militarizar la frontera entre su país y México, levantar allí un muro que quería que paguen los mexicanos y limpiar la zona infectada de carteles de droga, entre otras cosas. También llegó a amenazar al gobierno mexicano con una invasión a su territorio, evocando a la vieja guerra de EE.UU.-México (1846-48), algo que parece casi inimaginable en nuestros días, pero concretable para racistas supremacistas anglosajones como Donald Trump y muchos que se reflejan en él.
La solidaridad latinoamericana esta de pie, contra la discriminación.
El norte anglosajón siempre vio al latinoamericano y a su cultura como degradante e inferior y no me sorprendería para nada, que en caso de algún problema fronterizo como el sucedido recientemente con México, Trump recurra a utilizar plenamente sus fuerzas armadas, como alguna vez utilizó esa potencia contra el país azteca, invadiéndolo descaradamente y robandole más de la mitad de su territorio.
Hoy el interés de los Estados Unidos es otro, pues utilizan satélites y otras tecnologías que no están al alcance del gobierno de López Obrador, para humillar a este país soberano, dictándoles cual debe ser la política mexicana contra los carteles de drogas y trata de personas. Buscan la manera de intervenir en México porque piensan que buena parte del estado mexicano es cómplice de los carteles que trafican en los Estados Unidos.
La discriminación hacia las minorías se lleva a cabo para diferenciarse, de lo que llaman los supremacistas, una raza inferior, para lograr en el "distinto" un daño psicológico. Humillar al enemigo es la palabra que mejor describe el accionar de Trump, porque su soberbia lo aleja por completo de como deben ser tratadas las personas, que es con respeto, derecho inalienable de todo ser humano.
Alguna vez despojó de este derecho a una humilde empleada domestica, humillándola cobardemente solo por ser pobre y latina, donde le mostró toda su asquerosa verborragia.
Alguna vez despojó de este derecho a una humilde empleada domestica, humillándola cobardemente solo por ser pobre y latina, donde le mostró toda su asquerosa verborragia.
Para ellos somos los latinos pobres, con una cultura y ciencia menos desarrolladas, pero en realidad la carencia cultural es de ellos y la pobreza mental e intelectual es lo que mejor los define en pleno siglo XXI.
No son pocos los que saben del orgullo que sienten las élites anglosajonas, tanto de Europa como de América, y los grupos mas educados de los estados más desarrollados del viejo y nuevo mundo, sobre su famoso destino manifiesto, - del mismo lugar oscuro de la mente humana salieron pensamientos y hechos como la solución final de Hitler contra los judíos -, que en realidad no son muy distintos a los pensamientos que hoy lavan las mentes de los supremacistas blancos en todo Estados Unidos.
Aquella minoría blanca prefiere un fascista disfrazado de demócrata, que a una mujer o a un latino en la Casa Blanca. Hay cierta similitud de esta época trumpista con la de la Alemania nazi. No es pura coincidencia, ambos estuvieron y están manejados por la avaricia y el mesianismo de creerse salvadores del pueblo ario, que según su pensamiento, merecen el lugar que perdieron.
Es interesante destacar que pese al racismo de este personaje, la familia de Trump proviene de la inmigración. Sus padres emigraron de Alemania y además Trump tiene ascendencia judía por parte de madre, o sea que se considera judío, pero no abiertamente por miedo a perder ese apoyo de la derecha blanca racista de los EE.UU.
El destino manifiesto elitista cae en el vació del engaño, sionistas y supremacistas blancos no se llevan bien, pero el sionismo es uno de sus apoyos en el poder y en cuanto todo vaya saliendo a la luz, todos sus planes se irán al diablo. Trump peca de lo que todo líder político, y es de una sobre-confianza en un mundo muy complejo de manejar. Como tantos ricos, cree que tiene sobrada justificación de estar en el trono del poder, que asimila como propio.
Muro fronterizo entre los EE.UU. y México. |
Su política exterior expansionista lo enfrenta permanentemente con China y Rusia, y en menor medida con Europa, que con un importante tratado, como lo fue el acuerdo climático de París, quedo trunco por obra y gracia de Trump -, podría llevar a su país a una especie de aislacionismo. Dicho tratado, que se considera muy importante para comenzar a reducir las emisiones de CO2 de cientos de miles de fabricas que contaminan el aire diariamente, era vital para aminorar los futuros y presentes efectos que tendrá al cambio climático en todo el planeta.
La solidaridad latinoamericana esta de pie, contra la discriminación
Este gran país supo ser alguna vez un faro de libertad y oportunidades. También un estandarte por su desarrollo económico, técnico y científico. Millones de inmigrantes buscaron ser acobijados en esa prodigiosa tierra y fueron bienvenidos. Alguna vez este gran país del norte supo ser una luz en un mundo oscuro, hoy esta sumido en un mar de confusión. Mas al sur, los sudamericanos estaremos con todo el pueblo mexicano, porque si humillan a uno de nosotros también humillan a toda la patria grande.
El Russia-gate y el asunto migratorio preocupan mucho a los halcones del Pentágono.
Todavía sigue acusado y su caso esta en manos de la justicia federal de su país. Es odiado tanto por propios partidarios como por contrarios, - tanto por algunos republicanos, como los demócratas -. Los periodistas y la opinión pública saben de sus alianzas secretas con el caudillo Putin y no son pocos los agentes de inteligencia que espían permanentemente a Trump por miedo a que se filtren a los rusos secretos de estado, algo que nunca le perdonarían al plutocrata. Esto se conoce en EE.UU. como el Russia-gate.
Pero sin desviarnos demasiado en el foco de atención que es Trump y su política de choque contra México y otros gobiernos, no hay que perder de vista lo que quiere provocar este personaje en el mundo, y eso es miedo. El miedo es el mejor aliado de estos multimillonarios poderosos para llegar a concretar sus deseos y estos deseos no son para nada buenos cuando ostentan poder y odio. Lo que en definitiva define mejor a Trump, una vez que le demostró al mundo que podía llegar a ser presidente y se jactó de ello, es el odio a todo lo que no se ve como él quiere que se vea. Esta es una de las cosas por las cuales Trump utilizaría todo el poder a su alcance para llevarlas a cabo.
Tal vez solamente estemos hablando de un desafortunado malentendido, - vuelvo a repetir, - de unos soldados mexicanos que se confiaron estar en lo correcto cuando desarmaron a estos guardias fronterizos norteamericanos que estaban trabajando legalmente en su territorio. No faltó la oportunidad del primer mandatario para que su twitter explote minutos después del incidente, diciendo que esos solados mexicanos estaban distrayendo al personal norteamericano detenido ilegalmente, para que unos traficantes pasen droga a los Estados Unidos en ese mismo momento. Una excusa que no se tragaría ni su propia sucia conciencia.
Ganas no le faltan a Trump de derrapar con sus fuerzas armadas, cuando este lo crea necesario, en el hermoso territorio azteca, y supongo, la gesta de los mexicanos que pelearon heroicamente en aquella guerra de 1846, no se hará esperar.
Ganas no le faltan a Trump de derrapar con sus fuerzas armadas, cuando este lo crea necesario, en el hermoso territorio azteca, y supongo, la gesta de los mexicanos que pelearon heroicamente en aquella guerra de 1846, no se hará esperar.
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