En respuesta a la anexión de Crimea a Rusia, Estados Unidos inició la creación de una zona de inestabilidad alrededor de Moscú. Washington ha dirigido su atención a las posibles fuentes de conflictos en algunos países de la antigua Unión Soviética.
Este 30 de marzo, la subsecretaria de Estado estadounidense a cargo de asuntos europeos y euroasiáticos, Victoria Nuland, visitó Moldavia. Según ella, durante las negociaciones en Chisinau se trataron tanto las relaciones bilaterales, como la situación en la región en general, informa el portal svpressa.ru.
"La situación en la región se está desarrollando de una manera difícil. Así que decidimos, además de la suma prometida anteriormente, dar a Moldavia otros 10 millones de dólares para fortalecer la seguridad fronteriza", afirmó Nuland en una conferencia de prensa. Cabe mencionar que la secretaria de Estado, en este viaje estuvo acompañada por el jefe de planificación de las fuerzas estadounidenses en Europa, el General de brigada Randy Kee. Además, al día siguiente Chisinau recibió la visita del ministro rumano de Exteriores, Tito Corlatean, y su homólogo canadiense, John Baird.
Basándose en esta lista de visitantes y en el hecho de que los 10 millones de dólares no bastarían para fortalecer las fronteras, ya que el Ejército de Moldavia se encuentra en peores condiciones que el ucraniano, el sitio web supone que las actividades de EE.UU. están dirigidas a organizar un bloqueo completo de la República Moldava de Transnistria. Al recordar que entre Chisinau y Bucarest hay un acuerdo de asistencia militar, este bloqueo podría llevarse a cabo con la ayuda de los rumanos, escribe portal.
Como resultado, Rusia tendría un importante problema en Transnistria. Así, este 29 de marzo, Vladímir Putin por primera vez después de la imposición de las sanciones, llamó a Barack Obama y después a Angela Merkel, subrayando la necesidad de adoptar medidas eficaces para levantar el bloqueo externo de la región de Transnistria. Ahora, resulta que este bloqueo podrá intensificarse.
Planes de EE.UU. en Asia Central
Mientras tanto, Washington pasó a actuar en otros países ex-soviéticos. Casi simultáneamente con Nuland, el 31 de marzo otra subsecretaria de Estado de EE.UU., Nisha Desai Bisval, llegó a Asia Central con el fin de confirmar el interés de Washington en cooperar con Kazajistán y Kirguistán. Sería lógico suponer que los objetivos del Departamento de Estado en estos dos países se asimilan a los de Moldavia, especifica el portal. Particularmente prometedor, en términos de creación de zonas de inestabilidad, parece ser Kirguistán, ya que algunos de sus opositores 'estaban de prácticas' en Maidán y luego abiertamente declararon que tienen la intención de adaptar la experiencia ucraniana en la república asiática.
Hablando del espacio post-soviético, en Moldavia y Kirguistán sería más fácil organizar el tan mentado 'caos controlado': Biskek está sumergida en una crisis parlamentaria lenta y en Chisinau para este otoño están previstas las elecciones parlamentarias. Asimismo, en ambas repúblicas hay líneas de conflictos internos. El referéndum en Gagauzia (región autónoma de Moldavia) demostró que sus residentes están en contra del curso de Chisinau hacia la integración europea. En Kirguistán, a su vez, existen problemas con las regiones del sur que se encuentran en la crisis fronteriza con Tayikistán y Uzbekistán y están inundadas por narcotraficantes e islamistas radicales.
En otras palabras, EE.UU. no tiene que esforzarse mucho para convertir estos dos puntos, —Transnistria y Kirguizistán—, en zonas de tensión, las que, añadiéndose a la situación en Ucrania, dispensarían los esfuerzos de Rusia para restablecer la estabilidad.
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