En el transcurso de doscientos años las antiguas colonias han aprendido a utilizar con habilidad los instrumentos para combatir la crisis, mientras que los ex-colonizadores europeos sólo agravan la situación económica.
Así lo creen economistas como Carlos A. Vegh, de la Universidad Johns Hopkins, y Guillermo Vuletin, de la Institución Brookings, que investigaron cómo la región ha ido superando las dificultades económicas del pasado. Para ello estudiaron una serie de colapsos económicos: su duración media e intensidad.
Los científicos percibieron una característica interesante: a partir de 1998 las crisis en América Latina se han vuelto notablemente más cortas y dañan cada vez menos a la economía. Particularmente, este efecto resultó más evidente en Brasil, Chile y México.
Tras analizar las políticas monetarias y fiscales, los economistas llegaron a la conclusión de que la reacción de los gobiernos y bancos centrales para las crisis cambió activamente los últimos 30-40 años.
América Latina, a la vanguardia económica
Al principio las autoridades no tomaban medidas activas, quedando a merced de los ciclos económicos. Sin embargo, a partir de 1998 muchos estados cambiaron su enfoque de respuesta a la crisis y comenzaron a tomar medidas para estimular la economía. Por ejemplo, Brasil, Chile, Colombia y Perú redujeron las tasas de interés en respuesta a la reciente crisis financiera mundial.
Los científicos destacan que América Latina ha aprendido a reaccionar ante la crisis con más eficacia que en épocas anteriores, y sostienen que los países de la región serán capaces de superar con seguridad la próxima finalización de la política de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal de EE.UU.
Esto es algo que no se puede decir sobre Europa, que experimenta actualmente grandes dificultades financieras. En el primer trimestre de 2013 la recesión seguía patente en siete países de la eurozona, tanto que su declive no puede equipararse ni a los países de América Latina en tiempos de Simón Bolívar: el PIB de Grecia se ha reducido en un 24% desde que arrancó la crisis.
Tras el análisis de los costes presupuestarios de los gobiernos europeos, los científicos han llegado a la conclusión de que, en respuesta a la crisis, los europeos de todo el mundo comenzaron a aplicar políticas procíclicas. En otras palabras, comenzaron a ahorrar y, en consecuencia, la crisis ha empeorado.
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