Más de cincuenta miembros de la tripulación del portaaviones USS Ronald Reagan han denunciado sufrir diferentes tipos de cáncer como el resultado directo de su participación en la operación Tomodachi, la misión de rescate tras la catástrofe de Fukushima en marzo de 2011.
A los tripulantes, muchos de los cuales tienen tan solo unos 20 años, les han diagnosticado diferentes tumores malignos, incluido cáncer de tiroides, leucemia y tumores cerebrales. No obstante, el Departamento de Defensa asegura que la Armada tomó todas las medidas preventivas para ''mitigar los niveles de contaminación radioactiva".
Charles Bonner, abogado de los afectados, dijo en una entrevista a 'Nuclear Hotseat Podcast' que durante su misión los miembros de la tripulación no solamente tuvieron que estar en el agua contaminada rescatando a las personas, sino que bebían agua de mar desalinizada, que también usaban para preparar la comida, hasta que finalmente el capitán del USS Ronald Reagan informó al equipo de que estaban expuestos a altos niveles de radiación.
De acuerdo con Bonner, la tripulación no fue informada sobre la estancia en la zona afectada hasta después de pasar un mes a unos kilómetros de la costa contaminada.
Actualmente los miembros del equipo de USS Ronald Reagan exigen a Tokyo Electric Power (Tepco), empresa operadora de Fukushima, una indemnización de 40 millones de dólares por persona y 1.000 millones de dólares para crear un fondo de gastos médicos para el tratamiento del cáncer.
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