Las sanciones internacionales impuestas a Irán y que ahora serán atenuadas tras el acuerdo histórico alcanzado con el Sexteto causaron graves daños a la economía iraní.
Las estadísticas muestran que indicadores económicos como la inflación y el paro alcanzaron niveles récord del 30 y el 20 por ciento, respectivamente, mientras que los ingresos por el petróleo se redujeron drásticamente.
Por culpa de las sanciones, las ventas de petróleo, que representan el 80% de los ingresos del Gobierno, se han reducido a la mitad. Mientras el ex-presidente Ahmadineyad afirmaba que Irán contaba con 100.000 millones de dólares en reservas de divisas, el total se había reducido a 80.000 millones a mediados de 2013, según un nuevo estudio de la firma de investigación Roubini Global Economics, un grupo de Washington que aboga por imponer fuertes sanciones contra Irán.
Según 'The New York Times', incluso esa cantidad de dinero disponible resulta exagerada, ya que tres cuartas partes de los 80.000 millones se amarraron en las cuentas de depósito en garantía en los países que compraban petróleo iraní, en virtud de una ley de EE.UU. derivada de las sanciones, según la cual el dinero puede ser gastado sólo para comprar productos de estos países.
Incluso el acceso a los restantes 20.000 millones de dólares era complicado, ya que tenía que ser trasladado físicamente en efectivo debido a la expulsión de Irán de la red bancaria mundial conocido por sus siglas Swift, que habría permitido que el dinero fuera transferido electrónicamente.
"Ellos no pueden repatriar a Irán el dinero", recalca Mark Dubowitz, director ejecutivo de la Fundación para la Defensa de las Democracias citado por 'The New York Times'. "Este es el dilema de Irán", subraya.
Las sanciones plantearon asimismo otros problemas, ya que, incapaces de organizar la financiación simple para los negocios, los ejecutivos se vieron obligados a transferir las maletas de dinero en efectivo a través de cambistas callejeros a turbios banqueros en el exterior.
Esto no solo resultó costoso, con intermediarios que exigían honorarios a cada paso, sino también peligroso, convirtiendo el dinero en un blanco tentador para los ladrones. Además, en menos de un año el rial iraní se devaluó en casi un 100% frente al dólar, lo que repercutió fuertemente en la vida de los ciudadanos.
En poco más de dos meses, la cesta de la compra en Irán se puso por las nubes. Productos de primera necesidad como el pollo, la leche o los huevos duplicaron su valor. El momento más tenso por la depreciación del dólar se dio a principios de octubre.
Tras el acuerdo alcanzado entre Irán y el Sexteto, la tasa de la moneda iraní aumentó en un 3% frente al dólar, mientras que las autoridades de EE.UU. descongelaron los activos iraníes por valor de 8.000 millones de dólares.
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