miércoles, 19 de marzo de 2014

Siempre en la memoria del pueblo uruguayo y argentino: en el mes del natalicio de Don Alfredo Zitarrosa, una resumida biografía de su vida.

 Hijo natural de Jesusa Blanca Nieve Iribarne que con 19 años lo dio a luz en el Hospital Pereira Rossell, de Montevideo, fue anotado como Alfredo Iribarne.

 A poco de nacer, en circunstancias especiales, su madre lo dio a criar al matrimonio compuesto por Carlos Durán, hombre de varios oficios, y Doraisella Carbajal, por ese entonces empleada en el Consejo del Niño, pasando a ser Alfredo Pocho Durán, viviendo con ellos en diversos barrios de esa ciudad, trasladándose luego, entre 1944 y fines de 1947, al pueblo de Santiago Vázquez, con frecuentes visitas a la campaña cerca de Trinidad, capital del departamento de Flores, de donde era oriunda su madre adoptiva.

Don Alfredo Zitarroza, representante de una generación que alzó la voz contra la opresión social y la tiranía en su país y en el resto de América.

 Se ha señalado que esta experiencia infantil lo marcó para siempre, notándose en su repertorio la inclusión mayoritaria de ritmos y canciones de origen campesino, fundamentalmente milongas.

 Regresó con su familia adoptiva, por breve tiempo, a Montevideo, para luego pasar a vivir, al comienzo de su adolescencia, con su madre biológica y el esposo de esta, quien a la postre le diera su apellido, el argentino Alfredo Nicolás Zitarrosa, y su hermana recién nacida, en lo que hoy es Ciudad del Plata (anteriormente Rincón de la Bolsa), en el km. 29,500 de la vieja ruta a Colonia, departamento de San José. Afincado allí, cursaba el Liceo en Montevideo, adonde finalmente se trasladó en su temprana juventud, viviendo primero con el matrimonio Durán y luego en la pensión de la señora Ema, sita en la calle Colonia esquina Médanos (hoy Barrios Amorín), para ocupar después la famosa buhardilla de la casa que funcionaba también como pensión y era propiedad de Blanca Iribarne, su madre, ubicada en la calle Yaguarón (hoy Aquiles Lanza) 1021, enfrente de la plaza que actualmente lleva su nombre y a la vista del Cementerio Central.

 Trabajó, entre otros menesteres, como vendedor de muebles, de suscripciones a una sociedad médica, de oficinista y en una imprenta. Tiempo después, recordaría con especial afecto al que fuera su primer empleador, un tal Pachelo, que le fue presentado por uno de sus compañeros habituales de viaje en sus traslados diarios a Montevideo, durante la época liceal.

 Se inició en las lides artísticas en 1954, como locutor de radio, incursionando como presentador y animador, libretista e informativista, e incluso como actor de teatro. Fue también escritor, poeta y periodista, destacándose, en esta última actividad, su labor en el semanario Marcha.

 Encontrándose en Perú, forzado por las circunstancias y un poco fortuitamente, debutó profesionalmente como cantor en 1964, exactamente el día 20 de febrero, en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, comenzando así una carrera que nunca se interrumpiría. Zitarrosa relata así su experiencia:

 "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de televisión, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos".

Alfredo Zitarrosa.

 Entre sus canciones más recordadas está "Adagio a mi país", en su letra se resume el sentir de una generación revolucionaria que veía con impotencia, como el autoritarismo de la elite (dueña de los medios de producción), se imponía con gobiernos defactos y anti-democraticos en casi todos los paises de latinoamericanos. Paradojicamente, -o no-, muchos de esos gobiernos eran apoyados politica y economicamente por los Estados Unidos, el supuesto paladín y faro de la democracia mundial.


 Presentación de Alfredo Zitarroza y sus músicos en un importante programa de la televisión española, por la década de los 80's:



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