Por su parte el país sudamericano reitera el malestar por la vigilancia efectuada desde el país norteamericano.
¡Espía! Así llamaron a John Kerry un grupo de manifestantes que se congregó ante el edificio del Ministerio de Exteriores de Brasil, donde este se reunía con su homólogo brasileño. La multitud protestó junto a la sede diplomática por la vigilancia de EE.UU. sobre las comunicaciones en el país.
En la reunión, el canciller sudamericano reprochó al político estadounidense el monitoreo sobre Brasil revelado por Snowden, alegando que esto es un desafío para los vínculos entre ambos estados.
Kerry por su parte pidió comprensión, y evitó un compromiso respecto al tema. Se limitó a decir que lo que se haga en materia de espionaje tratará de hacerse con respeto hacia sus socios.
El analista Carlos Affonso Pereira de Souza cree que ahora se vive un momento propicio para poner límite a los programas de espionaje de EE.UU. y además revisar algunos programas conjuntos en temas militares. "Me parece que acá tenemos una solidaridad entre países de Latinoamérica, y en Brasil en especial sabemos que Brasil fue uno de los países más monitoreados".
Refiriéndose al posible impacto del espionaje estadounidense en las relaciones bilaterales, el analista recalcó que algunos planes de adquisiciones de aeronaves a EE.UU. podrían ser revisados.
"Ahora tenemos una reacción más práctica en la gestión de la compra de aviones de EE.UU. que se traduce en que Brasil está en un momento de reflexión acerca de la posibilidad de comprar estos aviones estadounidenses", recalcó.
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