En julio del año pasado, cuando lo descubrieron viviendo la vida de un simple anciano, a László Csatary (98) lo calificaron como el criminal nazi “más buscado del mundo”. Estaba acusado de haber enviado a Auschwitz a 15.700 judíos y fue encontrado gracias a un equipo de investigación del diario británico The Sun en su casa en Budapest.
A más de un año de ese episodio, Csatary murió sin ser juzgado. Fue el sábado por la mañana “en el hospital donde estaba siendo tratado por problemas de intestino, y finalmente tuvo una neumonía”, precisó el abogado Gabor Horvath, a la agencia de noticias AFP.
Hasta su detención era el presunto criminal de guerra nazi más buscado por el Centro Simon Wiesenthal (CSW) de Jerusalén. La última pista sobre él era de 1997. Fue hallado en un barrio de Budapest, donde vivía sin que nadie sospechara que había sido el jefe de la temible Policía Real de Hungría.
El decrepito Nazi iba a ser juzgado por crimenes de guerra, había sido descubierto por un equipo de investigación del diario britanico "The sun" |
Efraim Zuroff, director del CSW, aseguró hoy estar "profundamente desilusionado" por la muerte de Csatary, ya que así "se salvó de la Justicia" por los juicios pendientes en Hungría y Eslovaquia, informó la agencia EFE.
Nacido el 4 de marzo de 1915 en Mány (al oeste de Budapest), Csatary sirvió como oficial de la Policía Real de Hungría al comenzar la Segunda Guerra Mundial.
Aunque se sabe poco de su vida, según informaciones de la Fiscalía General de ese país europeo en 1942 las autoridades trasladaron a Csatary a la actual Kosice (Eslovaquia), que en aquel entonces pertenecía a Hungría.
Entre mayo y junio de 1944, después de la invasión nazi de Hungría, Csatary "participó activamente" en la deportación de más de 15 mil judíos húngaros a campos de concentración como Auschwitz.
Conocido por su crueldad, “azotaba (a los judíos) con un látigo sin razones especiales y sin considerar el sexo, la edad o la salud de las personas agredidas”, señaló la Fiscalía húngara.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1948 lo condenaron a muerte por crímenes de guerra en la misma ciudad de Kosice, en su ausencia. El oficial no esperó la sentencia y huyó con documentos falsos a Canadá, donde ocultó su pasado.
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