La compañía Terrafugia viene trabajando en este tipo de coches desde 2006, y ya presentó hace dos años el prototipo del modelo Transition, un vehículo que requiere una pista de 762 metros de longitud para elevarse. Otras empresas también han desarrollado otros tipos de aparatos, pero con características no muy parecidas a las de un coche, por lo que el TF-X se convierte en el primer aparato volador que en realidad será tan fácil de conducir como un coche.
Se trata de un vehículo de los llamados VTOL, siglas en inglés que indican que el coche puede despegar y aterrizar en vertical, sin necesidad de una pista.
Según Terrafugia, será muy fácil de conducir, ya que, a pesar de que se necesitará una licencia de piloto, con cinco horas de aprendizaje se podrá manejar el vehículo. La firma estima que habrá que esperar entre 8 y 12 años para ver el desarrollo completo del TF-X.
El coche volador, que costará alrededor de 300.000 dólares, contará con un sistema de propulsión eléctrico de 600 CV y un motor adicional de combustión de 300 CV, lo que le permitirá alcanzar una velocidad máxima de 320 km/h. Además, ofrecerá una autonomía de 800 kilómetros y, sin contar la plaza del conductor, tendrá espacio para tres pasajeros.
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