El Seven Seas y el Regatta, que trasportan 700 y 600 pasajeros respectivamente, comunicaron este miércoles que desistirán de los amarres en las Islas Malvinas previstos para los primeros días de Argentina por las acciones que se llevan adelante en nuestro país contra ese tipo de cruceros, informó el sitio mercopress.com.
La noticia de que el grupo Prestige Cruise haya "cedido a la presión argentina" es extremadamente decepcionante, y ha demostrado "una preocupante falta de columna vertebral por los funcionarios de la empresa en cuestión", señaló el presidente del consejo de Turismo de las Islas y miembro de la asamblea, Mike Summers.
Summers indicó que la cancelación representa un daño a la economía local, y agregó: "Este tipo de acoso por parte de un vecino agresivo grande contra un inocente comunidad pequeña es despreciable, y merece atraer la condena mundial", declaró.
En los últimos días otros dos cruceros había adoptado la misma medida: el Aída Cara y el Veendam. Los argumentos de éstos habían estado relacionados a las condiciones climáticas, aunque el hecho de que lo anunciaran luego de que el grupo Quebracho atacara oficinas de una empresa que vende viajes de ese tipo en Buenos Aires despertó dudas sobre las razones.
El anuncio del Seven Seas y el Regatta ocurre un día después de que otro crucero con bandera de conveniencia birtánica, el Seabourn Sojourn, estuviera demorado durante horas en el puerto de Buenos Aires.
A ese buque, que trasportaba a unas 700 personas, le fue negado el remolcador que debe llevarlo a aguas abiertas a la hora que debía partir. Finalmente desamarró pasadas las 22:30.
Manifestantes del colectivo Resistencia Malvinas exigían ayer que las autoridades del barco firmen un compromiso de que no visitarían las islas. Argumentaban que, de hacerlo, violaría la Ley Gaucho Rivero, sancionada por cinco provincias argentinas, que establece la prohibición del amarre, la permanencia, el abastecimiento u operaciones de logística a naves que realicen tareas de exploración, perforación y explotación de recursos naturales.
El Seabourn Sojourn dejó esta tarde Montevideo para dirigirse a Puerto Madryn (el mismo destino que agregaron el Aída Cara y el Veendam al cancelar la visita a Malvinas), pese a que el próximo punto de su periplo era Puerto Argentino. No obstante, no hubo confirmación oficial sobre si había desistido de ir al archipiélago.
La medida de fuerza de la que fue objeto ese crucero ayer se produjo luego de que la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, fuera convocada por la diplomacia británica para que brinde explicaciones sobre el violento ataque de Quebracho.
La aclaración del SOMU
El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que ayer demoró la disposición del remolcador al Seabourn Sojourn, emitió un comunicado hoy en el que se despegó del acto llevado adelante por Quebracho.
“Reiteramos nuestro firme rechazo al amarre y operación en los puertos de nuestro país de buques que porten banderas de conveniencia británica tales como Islas Marshall, Caimán, Bermuda”, dice la nota. “Tenemos motivos más que sobrados para apoyar incondicionalmente la aplicación de las leyes tales como la denominada Gaucho Rivero”, añade.
“Tan seguros estamos de la justicia y legalidad de nuestras convicciones, que descartamos y rechazamos cualquier acción violenta contra bienes y personas. No recurrimos a los recursos de los necios, porque estamos convencidos de que la razón está de nuestro lado, que es el lado del gran pueblo argentino”, concluye el texto del gremio que dirige Omar Suárez.
Fuente: Infobae.
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