miércoles, 19 de febrero de 2025

¿Fin del envejecimiento?

 La idea de la inmortalidad ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, pero hasta hace poco parecía un sueño inalcanzable. Sin embargo, el futurista e ingeniero José Luis Cordeiro afirma que estamos más cerca de lo que creemos de poner fin al envejecimiento. En su charla en TEDxBosqueLaHerrería, el experto presentó esta premisa: el envejecimiento no es un destino inevitable, sino una enfermedad que la ciencia está a punto de curar.

El ingeniero José Luis Cordeiro en una conferencia TEX.

Según Cordeiro, la humanidad está en un punto de inflexión y, en unas pocas décadas, seremos capaces de revertir el envejecimiento y alcanzar la longevidad indefinida. Su predicción sitúa este hito entre 2030 y 2045, una fecha que podría marcar el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad.

El envejecimiento como enfermedad

 La clave para erradicarlo. Para Cordeiro, el envejecimiento no es un proceso natural e irreversible, sino un trastorno biológico que puede y debe tratarse como cualquier otra enfermedad. Este enfoque ha ganado fuerza en la comunidad científica, impulsado por descubrimientos en campos como la biotecnología, la nanotecnología y la inteligencia artificial.

 El futurista sostiene que la combinación de cuatro tecnologías clave permitirá no solo frenar el envejecimiento, sino incluso revertirlo. Estas son:

1.  Biotecnología: facilitará la reprogramación genética y el alargamiento de los telómeros.

2. Inteligencia artificial y Big Data: acelerarán la identificación de tratamientos eficaces.

3. Neurociencia avanzada: ayudará a mejorar la conexión entre el cerebro y la tecnología.

Casos reales

 Los avances en este campo no son solo especulación. Experimentos recientes han demostrado que el envejecimiento puede ser ralentizado e incluso revertido en modelos animales. La Fundación Matusalén, dirigida por el científico Aubrey de Grey, ha logrado triplicar la esperanza de vida en ratones y aumentar seis veces la longevidad de ciertos gusanos.

 Además, científicos como María Blasco, en España, han investigado el papel de los telómeros (las “capuchas” protectoras del ADN) en el envejecimiento celular, logrando rejuvenecer tejidos en ratones.

 Uno de los casos más impactantes es el de Liz Parrish, empresaria biotecnológica que se sometió a una terapia experimental para reducir su edad biológica. Los primeros resultados sugieren que su organismo ha mostrado signos de rejuvenecimiento, lo que podría marcar el inicio de una revolución en la longevidad humana.

Liz Parrish antes y después del someterse al tratamiento genético.

 El papel de las grandes tecnológicas 

 No solo los científicos están interesados en la idea de vencer la muerte. Gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y Amazon están invirtiendo miles de millones en la investigación sobre la longevidad.

 Google, a través de su empresa Calico, está explorando la manera de ralentizar o incluso detener el envejecimiento a nivel celular. Mark Zuckerberg ha anunciado donaciones millonarias para erradicar enfermedades, incluyendo las relacionadas con la edad, mientras que Microsoft ha declarado que la inteligencia artificial será clave en la lucha contra el cáncer y otras enfermedades degenerativas en los próximos 10 años.

 ¿Estamos preparados para un mundo sin envejecimiento? Cordeiro sostiene que, como ocurrió con otras innovaciones tecnológicas, estos avances serán primero accesibles para unos pocos, pero con el tiempo se democratizarán y estarán al alcance de la mayoría. “Igual que hoy casi todo el mundo tiene un teléfono móvil, en el futuro la longevidad será accesible para todos”, asegura el futurista.

La criopreservación

 Para quienes no puedan beneficiarse de estas terapias antes de su desarrollo completo, existe una alternativa: la criopreservación. Esta técnica permite conservar el cuerpo a temperaturas ultrabajas con la esperanza de reanimarlo en el futuro, cuando la ciencia haya avanzado lo suficiente.

 Cordeiro fue responsable de la primera criopreservación realizada en la península ibérica, destacando que esta opción es una forma de “esperar” hasta que la tecnología pueda devolver la vida sin envejecimiento. 


Fuente: lavanguardia.com