Durante décadas se ha hablado sobre que podría causar un mayor impacto de mortalidad en la población mundial, si una guerra química, una biológica -con virus y bacterias como armas letales-, una nuclear o una convencional. Creo que este concepto de separar las guerras por tipo y magnitud ya no tiene sentido en nuestros días.
En la época actual, -cuando los intereses geo-políticos y económicos son más ambicionados y mezquinos que en el pasado, habiéndose dado por hecho que la Teoría de Malthus (1) sería como una profecía que se cumpliría en nuestra época, al superarse las expectativas en la carencia de alimentos para la población mundial, la idea de una guerra bacteriológica sin limites tendría una relevancia despiadada y fría por parte de la élite económica y de pensamiento en occidente, para imponer la voluntad de unos pocos.
Esta idea busca hacer de este mundo un lugar con una población sustancialmente menor, tecnológicamente igualitaria y superior a la que se conoce actualmente, pero esclava de sus dueños tecnocratas, o sea, una prolongación y punto final de la actual sociedad de consumo auto-destructiva.
Podría ser que una guerra bacteriológica o viral este a punto de ocurrir en algún lugar del Planeta, dado el hecho de que las noticias por el rebrote de alguna cepa peligrosa esta siempre latente, la causa, si es intencional o no, ya no deja la más mínima duda por el lado de la intención.
Algunos especialistas sostienen con fundamento, que estos virus fueron creados en laboratorios del primer mundo o que simplemente aparecieron por las condiciones de hacinamiento y marginalidad en los países sub-desarrollados, -países afectados-, estudiándose los casos encontrados en África para crear dicho virus como un arma y perfeccionarlos en laboratorios militares o civiles.
Todo vale a la hora de matar al enemigo, y por enemigo entendemos a uno involuntario, -entiéndase la mencionada teoría malthusiana que veía con gran preocupación la geométrica multiplicación de la población mundial-, dicho predicamento para una mezquina élite de pensamiento, se manifiesta, -según ellos-, contra la voluntad de la razón y predominio del más apto, convirtiendo a los más poderosos en verdugos de la humanidad y en bestias despiadadas, por el hecho de que juegan a ser dioses.
Reactivaron el virus del Ébola: el virus más letal de la Tierra.
Tiene una tasa de mortalidad de 90%, causa mucho dolor y aun no se ha descubierto la cura. Estas son algunas de las características del virus más mortal de la tierra, el Ébola.
Esta enfermedad hace referencia a varias cepas de un mismo virus que se identificó por vez primera en seres humanos en 1976, en Sudán y en la República Democrática del Congo (RDC), en el río Ébola.
Los virus del Ébola son una enfermedad devastadora con una tasa de mortalidad muy alta. El Ébola produce fiebres hemorrágicas que provocan sangrado interno y externo, similares a la fiebre de Marburg, causada por un virus afín. No existe ningún tratamiento ni vacuna.
Esta semana se ha conocido que unas 66 personas han fallecido por esta enfermedad. La ONG Plan Internacional destacó que 59 de las muertes se han producido en la región forestal de Guinea, situada cerca de la frontera con Liberia y Sierra Leona. El resto de muertes se han producido en el Estado de Liberia y en Sierra Leona, además hay unos 20 casos más sospechosos.
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Virus del Ébola en su cepa mortal. |
“Esta enfermedad se caracteriza por producir un cuadro de fiebre alta, malestar general, dolor muscular y sagrado por los ojos y nariz. El periodo de incubación es de 5 a 7 días aunque a veces tarda unos 15 días en aparecer los primeros síntomas. La transmisión es por contacto de fluido, no se ha demostrado que se pueda contagiar por el aire”, cuenta el jefe de la Sección de Medicina Tropical y del Viajero, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III, Sabino Puente.
Este experto señala que lo más curioso de esta enfermedad es que tiene brotes epidémicos y de buenas a primeras desaparece. “El virus es un poco tonto porque no hace como otros patógenos que se quedan en las personas. El virus desaparece porque mata a la mayoría de la gente por lo que termina la epidemia. Es tan mortal que acaba hasta consigo mismo”, apunta.
En la última epidemia de Ébola, a finales del verano de 2012, murieron docenas de personas en Uganda y en la RDC. Aunque el virus es muy peligro sigue siendo poco frecuente. Desde que se descubriera en 1976 se han registrado aproximadamente 2.200 casos; de los cuales, 1.500 fueron mortales.
“Hay cinco tipos de Ébola y no todos son tan agresivos. El que se está viviendo en Guinea es el virus Zaire que es uno de los más agresivos, en este caso la mortalidad sí que llega hasta el 90%. Actualmente hay tratamientos de soporte que nos pueden ayudar a reducir la enfermedad, pero no existe un tratamiento específico. Esto dificulta que la enfermedad se pueda curar”, explica la médico de la Unidad de emergencias de MSF, Olimpia de la Rosa.
Los cinco tipos del virus son: Ébola-Zaire, Ébola-Sudán, Ébola-Costa de Marfil y Ébola-Bundibugyo. El quinto serotipo, el Ébola-Reston, ha causado la enfermedad en los primates pero no en humanos.
Esta experta señala que hay algunos aspectos desconocidos del virus. “Lo que no se sabe es que pasa con el virus cuando no hay epidemias, se cree que está en la naturaleza. Sabemos que hay algunos monos y murciélagos que pueden tener y trasmitir la enfermedad, pero no se sabe qué pasa con el virus cuando no hay brotes”, apunta.
Olimpia de la Rosa explica que el Ébola ha llegado alguna vez a Europa por importación. “Una persona ha estado en unos de estos países de riesgo y se ha contagiado y luego ha viajado a Europa. La enfermedad se contagia con personas enfermas, pero en el momento que se detecta el brote se ponen medidas para detenerlo, es mas difícil que haya expansión. Cuando hay brotes grandes como en Uganda o el Congo no ha habido expansión a Europa y entre las fronteras entre los países limítrofes ha sido menor que por ejemplo pasa con la gripe. Como no está demostrado que se transmita por el aire su transiciones más complicadas, se necesita un contacto directo con una persona que tenga los síntomas y como se les aísla muy rápido se paraliza el contagio”, cuenta la médico de la Unidad de emergencias de MSF.
El virus de Marburg igualmente mortal
La enfermedad de la fiebre hemorrágica de Marburg (MHF) se originó en África central y oriental, e infecta a los primates humanos y no humanos. El virus de Marburgo se encuentra en la misma familia taxonómica como el Ébola, y ambos son idénticos estructuralmente a pesar de que produzcan anticuerpos diferentes.
Muchos de los síntomas de la fiebre hemorrágica de Marburgo son similares a los de las cepas de virus del Ébola y al igual que este, no existe una terapia específica anti-viral.
Se han dado brotes en Sudán, Zaire, Costa de Marfil, Gabón.
La cepa Ébola-Zaire fue una de las primeras descubiertas. Con un índice de mortalidad del 90% es la más mortífera de las cepas conocidas. Asimismo, ha sido la que más epidemias ha causado, produciéndose la primera en 1976 en la ciudad de Yambuku, en el norte de Zaire.
En noviembre de 1989, con motivo de la importación de un grupo de unos cien macacos procedente de las Islas Filipinas, se descubrió en Reston, una localidad de Virginia, Estados Unidos, una nueva cepa del virus Ébola, derivada del Ébola-Zaire. Sin embargo, esta especie solo afectó a los primates y no a los humanos.
La revista Science publicó un trabajo que demuestra que el virus Ébola es la principal causa de la mortandad de las poblaciones de grandes simios, principalmente gorilas y chimpancés, en la reserva natural de fauna de Lossi, situado en el noroeste de la República del Congo-Brazzaville, y en sus alrededores. De un censo de nidos que cubría una extensión de 5.000 km 2 se deduce que el virus Ébola ha matado un total de 5.000 gorilas.
Del autor del blog
Fuente: Yahoo!
(1) Se lo conoció como Ensayo sobre el principio de la población. Fue publicado en 1803 y escrito por el economista y clérigo protestante inglés Thomas Malthus. Según él, el mundo tendría un desenfrenado crecimiento en su población, que generaría conflictos, hambre y enfermedades. La teoría malthusiana sostenía que mientras el crecimiento de la población en el mundo se daba en forma geométrica, la producción de alimentos aumentaba en progresión aritmética. Ante esto, Malthus proponía como solución aplicar un control de la natalidad y confiaba en que los factores de regulación natural (guerras y epidemias) retardarían la llegada de una crisis total de alimentación. Pese a los avances que hubo en la medicina, que prolongaron la expectativa de vida, la teoría malthusiana quedó superada por los hechos. Hoy la producción de alimentos, ayudada por la tecnología, crece mucho más rápido que la población.