En el día de ayer asumió el primer presidente libertario de la historia, Javier Milei (La Libertad Avanza), convirtiendose en el primer mandatario de corte liberal en asumir en varias décadas, en la República Argentina.
Más allá de todos los problemas económicos y financieros que hereda y deberá enfrentar el libertario, -tanto en el frente interno como el externo-, Milei parece querer agregar otros problemas más al país, alineandose con el eje Washington-UE-Israel y poniendo en riesgo su historica política exterior de ser neutral en los problemas ajenos. El actual primer mandatario, mostró todo su apoyo a Israel contra Hezbollah y Hamas, y también a Ucrania en su temeraria guerra contra Rusia, dejando de lado su natural neutralidad, que mantenía a la Argentina fuera de estos gruesos problemas geopoliticos que involucran guerras y disputas territoriales, ajenas a los intereses nacionales.
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| Arriba Volodomir Zelenski felicitando a Javier Milei en su asunción como presidente de Argentina. Abajo, Vladimir Putin nada contento por el viraje que pueda tener la relación entre Moscú y Buenos Aires. |
La Argentina historicamente se ha mostrado neutral en los conflictos en medio oriente y en otras latitides del mundo, pero el recientemente asumido presidente argentino ha cambiado la histórica postura pacifista, apoyando explicitamente a Volodomir Zelenski, cuando este mismo domingo, el líder ucraniano viajó de incógnito, -por motivos de seguridad-, a Buenos Aires para la asunción del mandatario sudamericano. Foto de por medio, Zelenski se reunió con Milei por más de una hora, -en la única y primera reunión bilateral que tuvo el libertario-, para buscar apoyo de Latinoamérica en su conflicto bélico contra la Rusia de Vladimir Putin.
¿Acaso este acercamiento de la Casa rosada con el primer mandatario ucraniano molestará realmente a Putin? Esto lo sabremos con el correr de los días.
¿Argentina vuelve a su política de los 90s?
No es la primera vez en la historia que un mandatario argentino se alinea automaticamente con los Estados Unidos de América. Ya lo hizo en la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999), asi como también se alineó con Tel Aviv, en un histórico acercamiento a Israel.
En aquella década, la Argentina vendió todos sus activos estatales a capitales extranjeros, -algo similar a lo que sucedió en Rusia después de la caida del comunismo y la cortina de hierro-, desprendiendose de todas sus empresas de gestión estatal, en un contexto de una grave hiperinflación en la segunda mitad de la década de los 80's.
Para buscar la solución a semejante problema inflacionario, en el año 1991 adoptó la convertibilidad, luego de una asfixiante crisis economica y de un tremendo descontrol en los precios, convirtiendo su devaluado peso y atandolo a una paridad con el dólar estadounidense. En ese entonces, un peso argentino pasó a valer un dólar. Esta estabilidad cambiaria se pudo mantener por una década, hasta que hizo ecloción la peor crisis economica que tendría el país sudamericano en toda su historia y que venía arrastrando desde 1998. El resultado fue la confiscación de miles de millones de dolares/pesos de los ahorristas argentinos, que confiaron en los bancos y en su endeble sistema financiero, y que los mismos no pudieron responder ante la fuga de dólares.
Pero volviendo a la histórica política exterior Argentina, dificil es olvidar aquella década de viraje de su tradicional neutralismo pacifista, -como las que llevó a cabo durante las dos guerras mundiales-, cuando Buenos Aires decidió mandar una parte de su armada, a la primer guerra del golfo (1991), por pedido de los EE.UU.. Un año después sufriría su primer atentado terrorista, por su postura a favor de los intereses de Israel en medio oriente. Este tuvo lugar en el año 1992, contra la embajada israelí en la capital argentina y un segundo, dos años después, contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Ambos atentados fueron atribuidos a Hezbollah y se cobró a decenas de víctimas inocentes, entre muertos y heridos.
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