El gobierno kirchnerista acaba de firmar un acuerdo de explotación petrolera con la multinacional Chevron. El pacto les asegura a los pulpos la libertad de exportar una parte del gas extraído, así como la de dejar sus divisas afuera del país.
Gracias a este acuerdo, los precios del petroleo, el gas y las naftas en Argentina se arrimarán a los internacionales. O sea que tendremos nuestros tarifazos en los combustibles.
A los aumentos que ya se produjeron en las naftas - de casi 40% en el último año - sobrevendrán otros. Estamos ante el retorno a la política petrolera del menemismo. Durante toda esta década, el kirchnerismo permitió que los privatizadores que puso el ex- presidente argentino Carlos S. Menem vaciaran el patrimonio petrolero, comenzando por la petrolera argentina YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales)
A la depredación que ejecutaban la española Repsol y otros pulpos internacionales, se sumaron los empresarios K. La intervención a YPF no ha significado el fin del saqueo, sino una re-privatización: sale Repsol, entra Chevron.
Los Kirchner, que avalaron la privatización de YPF en los 90´s - cuando Nestor Kirchner era gobernador de la provincia de Santa Cruz -, vuelven a las andanzas y para completar el retorno a esos nefastos años que destruyeron el aparato productivo argentino, dejando a cientos de miles de argentinos sin empleo o o con un empleo precario, nombraron a un general del Proceso al frente del Ejercito y del espionaje gubernamental.*
¿Que critican los opositores, desde el Unen a Massa? Quieren que el acuerdo con Chevron se extienda a toda la industria petrolera. Sencillamente, piden que el "noventismo" sea consagrado por ley y en forma definitiva. En su desabarranque, el "modelo" oficial está cada vez más cerca de lo que reclaman sus reaccionarios opositores.
La lucha por la nacionalización integral de la industria petrolera, bajo la dirección y gestión de sus trabajadores, es una materia pendiente en una Argentina corrompida por grandes negociados de oficialistas y empresarios sin partido, que negocian de forma espuria a espaldas del pueblo. Lo vivimos a diario: en el discurso oficialista de la Presidenta Cristina Fernandez, dice una cosa y en la practica hace una completamente diferente: los pulpos de las multinacionales y las políticas neo-liberales, que en realidad nunca se han ido, buscan - bajo el aval del gobierno actual - echar raíces que permitan profundizar las políticas del Consenso de Washington y los acuerdos de Bretton Woods (1945) que establecieron los cimientos para la regulación financiera y las pautas del comercio internacional.
¿Cual es el precio que deben pagar los pueblos por políticas privatizadoras y neo-liberales?
El precio que está pagando y que siguen pagando los pueblos alrededor del mundo por estas políticas dictadas desde los escritorios de los tecnocratas y magnates, es realmente terrorífico, para ponerle algún calificativo, y por terrorífico me refiero al costo elevadísimo en deuda externa que toman las grandes empresas privadas extranjeras y nacionales para la explotación de recursos, o simplemente para la fuga de ese dinero, siendo a la larga un gran robo al país, al convertirse en deuda pública la deuda que tomaron las mismas trans-nacionales, cuyos dueños son grandes accionistas y dueños de la banca internacional privada, utilizando este eufemismo, para no decir "la pesada deuda que es para el pueblo".
Deuda que toma el propio Estado garante y corrupto, que luego recorta de su propio presupuesto "gastos" en educación, salud y que perjudica en muchos otros derechos que tenemos los trabajadores, sobre todo el derecho a la vida y al alimento, derechos que hoy en día están bajo una creíble amenaza.
* El general en cuestión se llama César Milani y fue teniente del Ejercito durante la última dictadura militar (1976 - 1983), se desempeño en la provincia argentina de Tucumán, bajo su mando se desempeñaba el conscripto Alberto A. Ledo, desaparecido y acusado de desertor, algo que nunca se pudo probar y que el entonces teniente Milani terminó por enterrar.