miércoles, 23 de octubre de 2013

Cómo el 'padre de la guerra química' también dio de comer a la humanidad.

 Según los últimos pronósticos de la ONU, la población de nuestro planeta alanzará los 11.000 millones en 2100, una cifra que tal vez no podría lograrse sin algunos descubrimientos y avances de la humanidad.

 Si casi la mitad de los actuales 7.000 millones habitantes del planeta puede alimentarse se debe en gran parte a los descubrimientos del científico alemán Fritz Haber, a pesar de que su papel en el desarrollo de la humanidad es contradictorio. 

 La contribución de Fritz Haber es por una parte creadora y por otra destructiva. Fritz Haber, Premio Nobel de Química 1918, inventó en 1908 el proceso de síntesis del amoniaco, el llamado 'Haber-Bosch', la base para los fertilizantes basados en nitrógeno, sin los cuales la agricultura intensiva sería imposible.


 Actualmente el 80% del amoniaco producido a través del proceso Haber-Bosch es utilizado como fertilizante agrícola. Según varios estudios, en 1908 cada hectárea de terreno cultivable alimentaba a 1,9 personas y en 2008, a 4,3. A finales del siglo XX, el 48% de la población mundial dependía de los fertilizantes para producir su alimento. 

 El uso de esta sustancia tiene efectos adversos ya que el 17% del amoniaco utilizado como fertilizante es consumido por los humanos con la comida. Otra parte va a la tierra o al aire, afectando al medio-ambiente.  

 Pero la aplicación bélica del amoniaco despertó en los industriales alemanes un interés mucho mayor que su uso como fertilizante. No se debe olvidar que Haber también es conocido como el 'padre de la guerra química' por su trabajo sobre el desarrollo y despliegue del gas di-cloro y otros gases venenosos durante la Primera Guerra Mundial. 

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