Kiev afirma que Moscú lanzó su primer misil intercontinental en la guerra, y el presidente ruso revela que fue un proyectil balístico hipersónico. El Pentágono asegura que el misil disparado es una versión modificada del RS-26 Rubezh.
Ucrania informó ayer de que Rusia había lanzado su primer misil intercontinental contra su territorio, identificado como el RS-26 Rubezh, con un alcance de hasta 6.000 kilómetros. Por la tarde, Vladimir Putin dijo que en realidad fue un misil balístico hipersónico de alcance medio llamado Oreshnik 9M729, que podría ser el mismo Rubezh modificado. Se trató de una prueba "exitosa", dijo el dirigente ruso, que justificó este lanzamiento como respuesta al uso de misiles occidentales contra Rusia. Según el propio Putin, el Oreshnik es de alcance medio pero con características de misil intercontinental. El mandatario ruso dijo exactamente: “Los misiles atacan un objetivo a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los sistemas de defensa antiaérea modernos y los sistemas de defensa antimisiles creados por los estadounidenses en Europa no los interceptan”. Además agregó que el misil hipersónico lanzado contra Ucrania fue "un mensaje" para Occidente y que el Pentágono lo ha entendido.
Esta mañana, la principal agencia de espionaje ucraniana reveló que el misil balístico experimental ruso alcanzó una velocidad máxima superior a Mach 11. Una velocidad de Mach 11, es decir más de 13.500 km/h, clasificaría al nuevo misil como más rápido que el hipersónico, que va de 5 a 10 Mach. "El tiempo de vuelo de este misil ruso desde el momento de su lanzamiento en la región de Astracán hasta su impacto en la ciudad de Dnipro fue de 15 minutos", dijo la Dirección General de Inteligencia ucraniana en un comunicado, añadiendo que el arma probablemente era del complejo de misiles Kedr. “El misil estaba equipado con seis ojivas, cada una de ellas con seis submuniciones. La velocidad en la parte final de la trayectoria era superior a Mach 11”.
Kiev identificó el proyectil como un RS-26. Este tipo de proyectil -cuyo desarrollo comenzó en 2008 en el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú- mide casi 12 metros de largo y tiene un diámetro de poco menos de dos metros. Funciona con combustible sólido y algunos expertos lo describen como un misil derivado más pequeño del ICBM RS-24 Yars. Por regla general, estas armas se consideran estratégicas y se utilizan para transportar cargas nucleares, razón por la cual las superpotencias no suelen utilizarlas. Mark Cancian, asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo a la BBC que Estados Unidos habría detectado el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte del ejército ruso.
El Kremlin, en cambio, ha hablado de un misil balístico hipersónico Oreshnik 9M729, no intercontinental. El propio Putin puede haber dado otros datos para intentar crear la ilusión de que existe un misil nuevo desarrollado con capacidades desconocidas. Esta es una táctica para infundir miedo en Occidente, aprovechando la ambigüedad para exagerar los avances tecnológicos de Rusia. Este discurso alimenta lo que se conoce como "ambigüedad estratégica". "Es un intento deliberado por confundir a los adversarios sobre las verdaderas capacidades de una nación. Al hacerlo, Putin pretende explotar esta ambigüedad como arma psicológica para intimidar y chantajear al mundo civilizado", escribe la experta Svetlana Shcherbak en Defense Express. De momento, esto es lo que sabemos del misil al que se refirió Putin.
Características del misil Oreshnik
Según el autócrata Putin, se trata de un misil balístico hipersónico, con una velocidad diez veces superior a la del sonido, lo cual lo haría prácticamente imposible de interceptar por los sistemas de defensa aérea actuales. De acuerdo con fuentes rusas, su alcance es de 5.000 kilómetros, lo que lo posiciona como una amenaza directa a gran parte de Europa y a la costa oeste de Estados Unidos.
El Oreshnik también incorpora tecnología avanzada de reentrada múltiple, es decir, puede transportar varias ojivas que se separan en vuelo para atacar objetivos de manera independiente. Según el experto militar ruso Anatoly Matviychuk, el misil podría transportar entre seis y ocho ojivas, ya sean nucleares o convencionales. Yuri Podolyaka, un bloguero prorruso nacido en Ucrania, comentó que esta arma podría estar en servicio activo desde hace algún tiempo.
La reacción en Ucrania no se hizo esperar
La fuerza aérea ucraniana afirmó que Rusia disparó un misil balístico intercontinental contra Dnipro, aunque el Pentágono desmintió esta afirmación, aclarando que el misil utilizado por Rusia fue una versión modificada del RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental (ICBM). Aunque el misil lanzado no cumple con el alcance de un ICBM convencional (que se define a partir de los 5.500 km), el ataque es visto como una grave amenaza para Ucrania y una provocación a escala global.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenskiy, denunció el uso de esta nueva arma como una "escalada clara y grave", llamando a la condena internacional ante la continua intensificación del conflicto por parte de Rusia.
El misil RS-26 y el impacto del Tratado INF
El Oreshnik sería, por tanto una versión derivada del misil balístico RS-26, que comenzó a desarrollarse en Rusia en 2008. Este misil portátil fue diseñado inicialmente con características que cumplieran las limitaciones del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), que Estados Unidos y Rusia firmaron en 1987 para restringir el uso de misiles con alcances entre 500 y 5.500 kilómetros.
Sin embargo, en 2019, Estados Unidos se retiró del Tratado INF alegando que Rusia estaba violando los términos del acuerdo, lo que Moscú negó. Con la salida del INF, ambos países han tenido la libertad de desarrollar y desplegar misiles como el RS-26 sin restricciones, generando preocupación en la comunidad internacional sobre el potencial de una nueva carrera armamentista.
La amenaza de un conflicto global
Con el lanzamiento del misil "Oreshnik" y la advertencia de Putin sobre la expansión del conflicto, el mundo observa con preocupación una escalada que podría extenderse más allá de las fronteras de Ucrania. La tecnología avanzada de este nuevo misil y la aparente disposición de Rusia a utilizarlo como medida de respuesta a las acciones de Occidente aumentan las tensiones y el riesgo de una confrontación más amplia, llegando incluso a una gran guerra global. La primera de un mundo hiperconectado y en pleno desarrollo de tecnologías como la IA (inteligencia artificial)
Fuente: larazon.es