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domingo, 8 de julio de 2012

Uno de los más grandes autores de la prosa latinoamericana y su amor por la Argentina.

CANTO A LA ARGENTINA

¡Argentina! ¡Argentina!
¡Argentina! El sonoro
viento arrebata la gran voz de oro.
Ase la fuerte diestra la bocina,
y el pulmón fuerte, bajo los cristales
del azul, que han vibrado,
lanza el grito: Oíd, mortales,
oíd el grito sagrado.

Rubén Darío
(1867 - 1916)
Oíd el grito que va por la floresta
de mástiles que cubre el ancho estuario,
e invade el mar; sobre la enorme fiesta
de las fábricas trémulas, de vida;
sobre las torres de la urbe henchida;
sobre el extraordinario
tumulto de metales y de lumbres
activos; sobre el cósmico portento
de obra y de pensamiento
que arde en las poliglotas muchedumbres;
sobre el construir, sobre el bregar, sobre el soñar,
sobre la blanca sierra,
sobre la extensa tierra,
sobre la vasta mar.

¡Argentina, región de la aurora!
¡Oh, tierra abierta al sediento
de libertad y de vida,
dinámica y creadora!
¡Oh barca augusta, de proa
triunfante, de doradas velas!
De allá de la bruma infinita,
alzando la palma que agita,
te saluda el divo Cristóbal,
príncipe de las Carabelas.

Te abriste como una granada,
como una ubre te henchiste,
como una espiga te erguiste
a toda raza congojada,
a toda humanidad triste,
a los errabundos y parias
que bajo nubes contrarias
van en busca del buen trabajo,
del buen comer, del buen dormir,
del techo para descansar.
y ver a los niños reír,
bajo el cual se sueña y bajo
el cual se piensa morir.

¡Éxodos! ¡Éxodos! Rebaños
de hombres, rebaños de gentes
que teméis los días huraños,
que tenéis sed sin hallar fuentes,
y hambre sin el pan deseado,
y amáis la labor que germina.
Los éxodos os han salvado:
¡Hay en la tierra una Argentina!
He aquí la región del Dorado,
he aquí el paraíso terrestre,
he aquí la ventura esperada,
he aquí el Vellocino de Oro.
he aquí Canaán la preñada,
la Atlántida resucitada;
he aquí los campos del Toro
y del Becerro simbólicos;
he aquí el existir que en sueños
miraron los melancólicos,
los clamorosos, los dolientes
poetas y visionarios
que en sus olimpos o calvarios
amaron a todas las gentes.

He aquí el gran Dios desconocido
que todos los dioses abarca.
Tiene su templo en el espacio;
tiene su gazofilacio
en la negra carne del mundo.
Aquí está la mar que no amarga,
aquí está el Sahara fecundo,
aquí se confunde el tropel
de los que a lo infinito tienden,
y se edifica la Babel
en donde todos se comprenden.

Tú, el hombre de las estepas,
sonámbulo de sufrimiento,
nacido ilota y hambriento,
al fuego del odio huido,
hombre que estabas dormido
bajo una tapa de plomo,
hombre de las nieves del zar,
mira al cielo azul, canta, piensa;
mujik redento, escucha cómo
en tu rancho, en la pampa inmensa,
murmura alegre el samovar.

¡Cantad, judíos de la pampa!
Mocetones de ruda estampa,
dulces Rebecas de ojos francos,
Rubenes de largas guedejas,
patriarcas de cabellos blancos,
y espesos como hípicas crines;
cantad, cantad, Saras viejas
y adolescentes Benjamines,
con voz de vuestro corazón:
¡Hemos encontrado a Sión!

Hombres de Emilia y los del agro
romano, ligures, hijos
de la tierra del milagro
partenopeo, hijos todos
de Italia, sacra a las gentes,
familia que sois descendientes
de quienes vieron errantes
a los olímpicos dioses
de los antaños, amadores
de danzas gozosas y flores
purpúreas y del divino
don de la sangre del vino;
hallasteis un nuevo hechizo,
hallasteis otras estrellas,
encontrasteis prados en donde
se siembra, espiga y barbecha,
se canta en la fiesta del grano
y hay un gran sol soberano,
como el de Italia y de Jonia
que en oro el terruño convierte:
el enemigo de la muerte
sus urnas vitales vierte
en el seno de la colonia.

Hombres de España poliforme,
finos andaluces sonoros,
amantes de zambras y toros,
astures que entre peñascos,
aprendisteis a amar la augusta
Libertad, elásticos vascos
como hechos de antiguas raíces,
raza heroica, raza robusta,
rudos brazos y altas cervices,
hijos de Castilla la noble
rica de hazañas ancestrales;
firmes gallegos de roble;
catalanes y levantinos
que heredasteis los inmortales
fuegos de hogares latinos;
iberos de la península
que las huellas del paso de Hércules
visteis en el suelo natal:
¡he aquí la fragante campaña
en donde crear otra España
en la Argentina universal!

¡Helvéticos! La nación nueva
ama el canto del libre. ¡Dad
al pampero, que el trueno lleva,
vuestros cantos de libertad!
El Sol de Mayo os ilumina.
Como en la patria natal
veréis el blancor que culmina
allá donde en la tierra austral
erige una Suiza argentina
sus ventisqueros de cristal.

Llegad, hijos de la astral Francia:
hallaréis en estas campiñas
entre los triunfos de la estancia
las guirnaldas de vuestras viñas.
Hijos del gallo de Galia
cual los de la loba de Italia
placen al cóndor magnífico,
que ebrio de celeste azur
abre sus alas en el sur
desde el Atlántico al Pacífico.

Vástagos de hunos y de godos,
ciudadanos del orbe todos,
cosmopolitas caballeros
que antes fuisteis conquistadores.
piratas y aventureros,
reyes en el mar y en el viento,
argonautas de lo posible,
destructores de lo imposible,
pioneers de la Voluntad:
he aquí el país de la armonía,
el campo abierto a la energía
de todos los hombres. ¡Llegad!

Os espera el reino oloroso
al trébol que pisa el ganado,
océano de tierra sagrado
al agricultor laborioso
que rige el timón del arado.
¡La pampa! La estepa sin nieve,
el desierto sin sed cruenta,
en donde benéfico llueve
riego fecundador que aumenta
las demetéricas savias.
Bella de honda poesía,
suave de inmensidad serena,
de extensa melancolía
y de grave silencio plena;
o bajo el escudo del sol
y la gracia matutina,
sonora de la pastoral
diana de cuerno, caracol
y tuba de la vacada;
o del grito de la triunfal
máquina de la ferro-vía;
o del volar del automóvil
que pasa quemando leguas,
o de las voces del gauchaje,
o del resonar salvaje
del tropel de potros y yeguas.

Escarapela
argentina, símbolo
patrio.
¡La pampa! Inmolad un corcel
a Hiperión el radiante,
cual canta un dueño del laurel
del Lacio. ¡La pampa fragante!
En la extendida luz del llano
flotaba un ambiente eficaz.
Al forastero, el pampeano
ofreció la tierra feraz;
el gaucho de broncínea faz
encendió su fogón de hermano,
y fue el mate de mano en mano
como el calumet de la paz.

¡Oh, cómo, cisne de Sulmona,
brindaras allí nuevos fastos,
celebrarías nuevos ritos
y ceñirías la corona
lírica por los campos vastos
y los sembrados infinitos!
Otros Evandros de América
juntarán arcádicos lauros
mientras van en fuga quimérica
otros tropeles de centauros.

Animará la virgen tierra
la sangre de los finos brutos
que da la pecuaria Inglaterra;
irán cargados de tributos
los pesados carros férreos
que arrastran candentes y humeantes
los aulladores elefantes
de locomotoras veloces;
segarán las mieses las hoces
de artefactos casi vivientes;
habrá montañas de simientes;
como en litúrgico aparato
se herirán miles de testuces
en las hecatombes bovinas;
y junto al bullicio del hato,
semejantes a ondas marinas
irán las ondas de avestruces.
Pasarán los largos dragones
con sus caudas de vagones
por la extensión taciturna
en donde el árbol legendario
como un soñador solitario
da sus cabellos al pampero.
Y en la poesía nocturna,
surgirá del rancho primero
el espíritu del pasado
que a modo de luz vaga existe,
cuyo último vigor palpita
en el payador inspirado
que lanza el sollozo del triste
o el llanto de la vidalita.

¡Oh, Pampa! ¡Oh, entraña robusta,
mina del oro supremo!
He aquí que se vio la augusta
resurrección de Triptolemo.
En maternal continente
una república ingente
crea el granero del orbe,
y sangre universal absorbe
para dar vida al orbe entero.
De ese inexhausto granero
saldrán las hostias del mañana;
el hambre será, si no vana,
menos multiplicada y fuerte,
y será el paso de la muerte
menos cruel con la especie humana.

¡Argentina! Tu ser no abriga
la riqueza tentacular
que a Europa finisecular
incubó la Furia enemiga.
Y si oyes un día explotar
el trágico odio del iluso,
regando ciega desventura,
es que Ananké la bomba puso
en la mano de la Locura.
¡Deméter, tu magia prolífica
del esfuerzo por la bondad
envíe la hostia pacífica
a la boca de la ciudad!

Se agita la urbe, se alza
la Metrópoli reina, viste
el regio manto, se calza
de oro, tiarada de azur
yergue la testa imperiosa
de Basilea del Sur;
es la fecunda, la copiosa,
la bizarra, grande entre grandes;
la que el gran Cristo de los Andes
bendice, y saluda de lejos
entre los vívidos reflejos
del luminar que la corona,
la Libertad anglo-sajona.
Saluda a la Urbe argentina
el Garibaldi romano,
cabalgante en su colina,
en nombre de Roma materna,
vestida de su memoria
y como su decoro eterna.
La saluda Londres que empuña
el gran Tridente de acero
por dominar el mar entero.
La saluda Berlín casqueada
y con égida y espada
como una Minerva bélica.
Y Nueva York la babélica,
y Melbourne la oceánica,
y las viejas villas asiáticas,
y presididas por Lutecia,
todas las hermanas latinas
y hermanas por la libertad.
La saluda toda urbe viva
en donde creyente y activa
va al porvenir la Humanidad.
¡Buenos Aires! Es tu fiesta.
Sentada estás en el solio;
el himno desde la floresta
hasta el colosal Capitolio
tiende sus mil plumas de aurora.
Flora propia te decora,
mirada universal te mira.
En tu homenaje pasar veo
a Mercurio y su caduceo,
al rey Apolo y la lira.

Es la fiesta del Centenario.
El Plata, padre extraordinario,
más que del Tíber y el Sena,
más que del Támesis rubio,
más que del azul Danubio
y que del Ganges indiano,
es el misterioso hermano
del Tigris y Éufrates bíblicos,
pues junto a él han de surgir
los adanes del porvenir.
Cual por llamamientos cíclicos,
Argentina, solar de hermanos,
diste por virtuales leyes
hogar a todos los humanos,
templos a todas las greyes,
cetro a todos los soberanos
que decoran sus propias frentes,
que se coronan por sus manos
con kohinoores y regentes
tallados en sus almas propias,
vertedores de cornucopias,
emperadores de simientes,
césares de la labor,
multiplicadores de pan,
más potentes que Gengis-Khan
y que Nabucodonosor.

Se erizaron de chimeneas
los docks; a los puertos flamantes
llegaron músculos e ideas
que enviaban los pueblos distantes.
Se rasparon viejas carcomas,
se redujeron a pedazos
falsos ídolos, armas romas,
e impusieron sus firmes lazos
la fraternidad de los brazos,
la transmisión de los idiomas.
Para dar las gracias a Dios
guarda la ciudad liberal
las naves de su catedral.
Y se verán construidos los
muros de las iglesias todas,
todas igualmente benditas,
las sinagogas, las mezquitas,
las capillas y las pagodas.
Y en la floración eclesiástica,
los que buscan luz en la sombra,
por la media luna o la suástica,
o por la tora, o por la cruz,
irán al Dios que no se nombra
y hallarán en la sombra luz.

Tráfagos, fuerzas urbanas,
trajín de hierro y fragores,
veloz, acerado hipogrifo,
rosales eléctricos, flores
miliunanochescas, pompas
babilónicas, timbres, trompas,
paso de ruedas y yuntas,
voz de domésticos pianos,
hondos rumores humanos,
clamor de voces conjuntas,
pregón, llamada, todo vibra,
pulsación de una tensa fibra,
sensación de un foco vital,
como el latir del corazón
o como la respiración
del pecho de la capital.

¡Que vuestro himno soberbio vibre,
hombres libres en tierra libre!
Nietos de los conquistadores,
renovada sangre de España.
transfundida sangre de Italia,
o de Germania, o de Vasconia,
o venidos de la entraña
de Francia, o de la Gran Bretaña,
vida de la Policolonia,
savia de la patria presente,
de la nueva Europa que augura
más grande Argentina futura.
¡Salud, patria, que eres también mía,
puesto que eres de la humanidad:
salud, en nombre de la Poesía,
salud en nombre de la Libertad!

¡El himno, nobles ancianos!
¡El himno, varones robustos!
Pueriles coros escolares,
¡el himno! Llevad en las manos
palmas, coronad los bustos
de los patricios; a millares
dad flores a los monumentos.
El himno en los instrumentos
de armónicas bandas bélicas
que animan las fiestas pacíficas.
El himno en las bocas angélicas
de las gallardas mujeres,
de las matronas prolíficas,
de las parecidas a Ceres,
de las a Diana asemejadas,
las esposas y las amadas.
El himno en la egregia ciudad
y en el inmenso imperio agrario
anuncie el victorioso día,
y vierta su sonoridad
como una copa de armonía
en la fiesta del Centenario.

¡Saludemos las sombras épicas
de los hispanos capitanes,
de los orgullosos virreyes,
de América en los huracanes
águilas bravas de las gestas
o gerifaltes de los reyes;
duros pechos, barbadas testas
y fina espada de Toledo:
capellán, soldado sin miedo,
don Nuño, don Pedro, don Gil,
crucifijo, cogulla, estola,
marinero, alcalde, alguacil,
tricornio, casaca y pistola,
y la vieja vida española!

¡Y gloria! ¡Gloria a los patricios,
bordeadores de precipicios
y escaladores de montañas,
como el abuelo secular
que, fatigado de triunfar
y cansado de padecer,
se fue a morir de cara al mar,
lejos, allá en Boulogne-sur-Mer!

¡Héroes de la guerra gaucha,
lanceros, infantes, soldados
todos, héroes mil consagrados,
centauros de fábula cierta,
sacrificados del terruño,
granaderos el rayo al puño,
locos de gloria, despierta
al sol la mente! La Fama
a todos ilustres proclama,
sus hechos ínclitos nombra,
constela con ellos la sombra
y forma un halo en el azur,
a la dantesca Cruz del Sur.
Así la sideral retórica
de las odas y de las águilas
va en sublimes hipérboles
a ofrendar sus rítmicos dones
al gran Dios de las naciones.
¡Por todo, el himno! La expresión
del colosal corazón
de esa patria palpitante:
la nieve de la cordillera
y el azul forman la bandera
que sostiene un brazo de Atlante.
La Argentina de fuertes pechos
confía en su seno fecundo
y ofrece hogares y derechos
a los ciudadanos del mundo.

¡Oh, Sol! ¡Oh, padre teogónico!
¡Sol simbólico que irradias
en el pabellón! Salomónico
y helénico, lumbre de Arcadias,
mítico, incásico, mágico!
¡Foibos triunfante en el trágico
vencimiento de las sombras;
Tabú y Tótem del abismo!
¡Oh, Sol! que inspiras y asombras,
que perdure tu portento
que el orbe todo ilumina
tal como en el firmamento
desde la enseña argentina.
Y con la lluvia sagrada
y con el aire propicio,
brinda a la tierra labrada
en el rural ejercicio
plurales savias y fragancias
y el don de matriz y de ubre
que de cosechas pingües cubre
los edenes de las estancias.
Ilumina el advenimiento
del creciente pensamiento
que crea el caudal en la banca,
o en el taller la estatua blanca
que decora el monumento.
Al lírico que el verso arranca
del corazón del instrumento.
A los que un Píndaro diera,
por los olímpicos juegos,
por el salto, por la carrera
la oda cara a los griegos,
que se cerniría sonora
sobre el aquilino aeroplano
que es grifo, pegaso y quimera;
sobre el remero que evoca
haciendo volar la prora
los de la pristina galera;
sobre los que en lucha loca
disputan la elástica esfera;
sobre las sudosas frentes
de los sanos adolescentes.
Ilumina el casco griego
que cubre la cabeza altiva
de los combatientes del fuego;
vierte tu luz genitiva
sobre las mil procesiones
que arbolan sus estandartes
y cantan en sus canciones
la paz, la dicha y las artes.
Van los magistrados egregios,
van las espadas relumbrosas,
van las pompas y lujos regios,
van las niñas de los colegios
como lirios y como rosas.
¡Sonad, oh claros clarines,
sonad tambores guerreros,
en el milagroso escenario;
los nombres de los paladines,
nombres oros, nombres aceros,
se oyen en vuestros sones fieros
en la fiesta del Centenario!
Viento de amor en la floresta
cívica pasa. Es la fiesta
de las guirnaldas de fe,
de los ramos de esperanza,
de los mirtos de amor y de
los olivos de bonanza.
Hojas de roble, hojas de hiedra,
para el fundador de ciudades,
que puso la primera piedra,
que unificó las voluntades,
que dedicara las vigilias,
que consagrara los dineros,
al colmenar de los obreros
y a los nidos de las familias.

Conspicuas guirnaldas de gloria
a aquellos antiguos que hacen
de bronce y de mármol la historia.
Hoy los abuelos renacen
en la floración de los nietos.
Por sublimes amuletos
lo antes soñado ahora existe,
y la Argentina reviste
su presente manto suntuario
y piensa en los brillos futuros
en la fiesta del Centenario.
Ahora es cuando los videntes
de los porvenires obscuros
miran las estrellas polares,
e interpretando los orientes
cantan cármenes seculares.
Hoy los cuatro caballos sacros
las fogosas narices hinchan,
como en versos y simulacros,
huellan nubes, al sol relinchan,
y a un más allá se encaminan
marcando el cielo de huellas;
mientras otros astros declinan
ellos van entre las estrellas
por obra de la ley eterna
que el ritmo del orbe gobierna.
Ante la cuadriga que crina
de orgullos de olimpo su llama,
voz de augurio animador clama:
¡Hay en la tierra una Argentina!

Diré la beldad y la gracia
de la mujer. Así cual
por singular eficacia
el buen jardinero acierta
a crear en su arte vegetal
por lo que combina e injerta,
por lo que reparte o resume.
inédito tipo de rosas,
de crisantemos o jacintos,
con raros aspecto y perfume,
con corolas esplendorosas,
con formas y tonos distintos,
así la mujer argentina
con savias diversas creada,
espléndida flor animada,
esplende, perfuma y culmina.

Talle de vals es de Viena,
ojo morisco es de España,
crespa y espesa pestaña
es de latina sirena;
de Britania será esa piel
cual la de la pulpa del lis
y que se sonrosa en el
rostro angélico de la miss;
esa ondulante elegancia
es de la estelar París,
y esa luminosa fragancia
de las entrañas del país.
Concentración de hechizos varios,
mezcla de esencias y vigores,
nórdico oro, mármoles patios,
algo de la perla y del lirio,
música plástica, visión
del más encantador martirio,
voluptuosidad, ilusión,
placidez que todo mitiga,
o pasión que todo lo arrolla,
leona amante o dulce enemiga,
tal la triunfante Venus criolla.

Se tejerán frescas coronas
en recuerdo de las patricias
que fueron como las matronas
de Roma, como las mujeres
de Esparta. Las que son delicias
y ensueños de las moradas,
cumplirán filiales deberes
con las genitoras pasadas;
y recordándolas a ellas,
siendo las amadas y esposas
llenarán radiantes y bellas
la obligación de las estrellas
y la misión de las rosas.

Diré de la generación
en flor, de las almas flamantes,
primavera e iniciación;
de vosotros, oh estudiantes,
empenachados de ilusión
y acorazados de audacia,
que tendéis vuestras almas plenas
de amor, de fuerza y de gracia,
al divino Platón de Atenas
o al celeste Orfeo de Tracia,
a la Verdad o a la Armonía,
al Cálculo o al Ensueño,
firmes de ardor, vivos de empeño,
robustos de confianza propia
y a quienes es justo que ceda
la fugaz Fortuna su rueda,
la Abundancia su cornucopia;
vosotros que sabéis por qué
abre Pegaso las alas
y hay misterio en la lumbre de
los ojos del búho de Palas,
sed cantados y bendecidos.
Estad atentos a los ruidos
que preceden la alba naciente,
estad atentos a los nidos
que se incuban en el presente,
a lo que vendrá y que se anuncia,
en la palabra que pronuncia
vuestra boca. El grito sagrado
para vosotros resuena
como pitagórico verso,
clamad así ante el universo:
¡Ave, Argentina, vita plena!
¡Jóvenes, frentes para lauros,
brazos para amantes abrazos,
pero también gímnicos brazos
para hidras y minotauros;
infantes de mundial estirpe,
que vuestra voluntad extirpe
falso anhelo, odio victimario,
y en el patriótico sagrario
dejéis como ofrendas de aristos
ansias de Perseos o Cristos
en la fiesta del Centenario!

Cuando el carro de Apolo pasa
una sombra lírica llega
junto a la cuadriga de brasa
de la divinidad griega.
Y se oyen como vagos aires
que acarician a Buenos Aires:
es el alma de Santos Vega.
El gaucho tendrá su parte
en los jubileos futuros,
pues sus viejos cantares puros
entrarán en el reino del Arte.
Se sabrá por siempre jamás
que, en la payada de los dos,
el vencido fue Satanás
y Vega el payador de Dios.
Cantaré del primer navío
que velivolante saliera
desde las aguas del Río
de la Plata con la bandera
bicolor al mástil gallardo.
Recordad al nauta que vino
de Saint-Tropez, a Buchardo,
el capitán franco-argentino,
hábil sobre las marejadas,
bajo las tormentas ufano
y a todos sus camaradas
que fueron por el oceano,
denodados predecesores
de los que hoy en acorazadas
naves portan a sol y bruma
los dos simbólicos colores
flameantes sobre la espuma.
Bien vayan torres y palacios
erizados de cañones
suprimiendo tiempo y espacios
a visitar a las naciones,
pero no por guerra voraz,
productora de luto y llanto,
mas diciendo como en el canto
del italiano: ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Heroica nación bendecida,
ármate para defenderte;
sé centinela de Vida
y no ayudante de la Muerte.
Que tus máquinas de hierro
y que las bruñidas bocas
cruentas no alegren al perro
negro avernal. Que tu lanza,
cual la libertad que invocas,
garantía a tu pueblo sea;
que tu casco abrigue la Idea,
sabiduría y esperanza,
como el de Palas Atenea.

¡Salgan y lleguen en buen hora,
dominando los elementos,
las velas que el marino adora,
y los steamers humeantes
que conducen los alimentos,
la carga de los fabricantes,
los ejércitos de emigrantes,
el designio, el brazo que va
a arar, sembrar y producir
en el latifundio, en el pago,
partan las naves de Cartago
y arriben las naves de Ofir!
¡Y bien se escuche en las funciones
de conmemoración el trueno
de las salvas de los cañones
del mar, conmoviendo el estuario
de hímnicas vibraciones lleno
en la fiesta del Centenario!

¡Gloria a América prepotente!
Su alto destino se siente
por la continental balanza
que tiene por fiel el istmo:
los dos platos del continente
ponen su caudal de esperanza
ante el gran Dios sobre el abismo.
¿Y por quién sino por tu gloria,
oh, Libertad, tanto prodigio?
Águila, Sol y Gorro Frigio
llenan la americana historia.
Y en lo infinito ha resonado,
júbilo de la humanidad,
repetido el grito sagrado:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
Antes que Ceres fue Mavorte
el triunfador continental.
Sangre bebió el suelo del Norte
como el suelo Meridional.
Tal a los siglos fue preciso.
Para ir hacia lo venidero,
para hacer, si no el paraíso,
la casa feliz del obrero
en la plenitud ciudadana,
vínculo íntimo eslabona
e ímpetu exterior hermana
a la raza anglo-sajona
con la latino-americana.
Proles múltiples, muchedumbres,
tupidas colmenas de hombres,
transformadoras de costumbres,
con nuevos valores y nombres
en vosotras está la suma
de fuerza en que América finca;
fuisteis presentida del inca;
os adivinó Moctezuma.
En este día supremo:
¡Excélsior!, se oye en un extremo;
en el otro se oye: ¡Adelante!
¡Glorificado el instante
en que resurge Triptolemo!
América que la dicha encierra
vivirá del sol y la tierra;
y hoy la tierra, pánico incensario,
encendido por el destino,
perfuma el día argentino
en la fiesta del Centenario.

A las evocaciones clásicas
despiertan los dioses autóctonos,
los de los altares pretéritos
de Copán, Palenque, Tihuanaco,
por donde quizá pasaran
en lo lejano de tiempos
y epopeyas Pan y Baco.
Y en lo primordial poético
todo lo posible épico,
todo lo mítico posible
de mahabaratas y génesis,
lo fabuloso y lo terrible
que está en lo ilimitado y quieto
del impenetrable secreto.

Cantaré la paz sobre todo.
Huya el demonio perverso,
huya el demonio beodo
que incendia en mal al universo;
desaparezcan las furias
que con sangre de los ejércitos
empurpuraron las centurias;
que no más rujan los tigres
marciales sino de alegría,
y que a la paz se alce un templo
como aquel que dando un ejemplo
insigne Augusto romano
ordenara elevar un día.
El industrioso ciudadano
el ramo de olivo venere;
que tenga sus armas listas,
no para inhumanas conquistas,
mas para defender su tierra
donde por la patria se muere.

¡Guerra, pues, tan sólo a la guerra!
Paz, para que el pensamiento
domine el globo, y vaya luego,
cual bíblico carro de fuego,
de firmamento en firmamento.
¡Paz para los creadores,
descubridores, inventores,
rebuscadores de verdad;
paz a los poetas de Dios,
paz a los activos y a los
hombres de buena voluntad!
En paz la hora renaciente,
continua y poliformemente,
el movimiento y no la inercia,
legiones dueñas de sus actos,
gente que osa, que comercia,
multiplica los artefactos,
combate la escasez, la negra
miseria y pasa sus revistas
a las usinas y talleres;
y sus horas áureas alegra
con la invención de los artistas
y la beldad de las mujeres.
¿A qué los crueles filósofos?
¿A qué los falsos crisóstomos
de la inquina y de la blasfemia?
¡Al pueblo que busca ideal
ofrezca una nueva academia
sus enseñanzas contra el mal,
su filosofía de luz;
que no más el odio emponzoñe,
y un ramaje de paz retoñe
del madero de la cruz!

¡Argentina! El cantor ha oteado
desde la alta región tu futuro.
Y vio en lo inmemorial del pasado
las metrópolis reinas que fueron,
las que por Dios malditas cayeron
en instante pestífero; el muro
que crujió remordido de llamas
la hervorosa Persépolis, Tiro,
la imperial Babilonia que aun brama,
y las urbes que vieron a Ciro,
a Alejandro, y a todos los fuertes
que escoltaron victorias y muertes.
Y miró a Bizancio y a Atenas,
y a la que, domadora del mundo,
siendo Lupa indomable, fue Roma.
Y vio tronos, suplicios, cadenas,
y con tiaras a tigres y hienas.
Y cien más capitales precitas
donde el hombre fue ciego a la vasta
Libertad, donde fueron escritas
terroríficas y duras leyes,
contra tribus y pueblos y casta,
o las leyes fueron voluntades;
y a través de tragedias y gestas,
derrumbáronse tronos y reyes,
o se hicieron ceniza ciudades
por ensalmos de frases funestas.
Y después otros siglos y luchas,
otra vez lo que arrasa y escombra,
muchos reinos que surgen y muchas
vanidades que caen en la sombra
infinita. Mane, Thecel, Phares.
Y el poeta miró un astro eterno
sobre ruinas y tierras y mares,
que alumbraba con su claridad
nuevos cultos, cultura y gobierno,
y a su brillo quedó deslumbrado:
era el astro de la Libertad.
Argentinos, la inmortal estrella
a vosotros simbólica es Sol;
las naciones son grandes por ella;
lo sabía el abuelo español.
Dad a todas las almas abrigo,
sed nación de naciones hermana,
convidad a la fiesta del trigo,
al domingo del lino y la lana
thanks-giving, yon kipour, romería,
la confraternidad de destinos.
la confraternidad de oraciones,
la confraternidad de canciones,
bajo los colores argentinos.

Argentina, el día que te vistes
de gala, en que brillan tus calles
y no hay aspectos ni almas tristes
en alturas, pampas y valles;
el día en que desde tus fuertes,
tus cruceros y tus cuarteles
salvas lanzas, música viertes
entre las palmas y laureles,
visitada por los príncipes
de reinos y tierras lejanas
y mensajeros de repúblicas.
son las patrias americanas
las que más comparten tu júbilo.
Son las próximas hermanas
las que te proclaman primera
en el decoro familiar,
después de heroica y guerrera,
hospitalaria y maternal.
Argentina tiarada de ónice
y de mármol, se puede ver
cuál luce sobre tu frente
el diamante refulgente
de las alturas, Lucifer:
pues eres la aurora de América.
Magnifícase tu apoteosis,
regazo de múltiples climas,
preferida del nuevo siglo,
y en sus cláusulas y en sus rimas
te profetizan tus profetas
y te poetizan tus poetas.
Crece el tesoro año por año,
mientras prosigues las tareas
de las por Dios suspendidas
civilizaciones de antaño;
encarnas, produces, creas
cerebro para otras ideas,
útero para nuevas vidas.
Tus hijos llevarán en sí,
por su sangre, el hierro y rubí
de los cuatro puntos del globo.
Concentración de los varones
de vedas, biblias y coranes,
en el colmo de sus afanes,
en el logro de sus acciones,
tu floración de flotaciones
tendrá un perfume latino.
En el primitivo crisol,
Roma influyó en tu destino,
cuando a través del español
puso su enérgico metal.
Y sus históricas llamas
animarán genios y famas
al argentino Arco Triunfal.

¡Y yo, por fin, qué he de decirte,
en voto cordial, Argentina!
Que tu bajel no encuentre sirte,
que sea inexhausta tu mina,
inacabables tus rebaños
y que los pueblos extraños
coman el pan de tu harina.
¡Cómalo yo en postreros años
de mi carrera peregrina,
sintiendo las brisas del Plata!
Que libre de hambre y peste
por tus tesoros y tu ciencia,
jamás enemigas huestes
te combatan. Tu preeminencia
sea siempre mayor, y homérica
voz de tu genio viril
por ti diga el triunfo de América.

Y mi inspiradora, alumna
del Musagetes, al viento
las alas, mi pensamiento
florido da a la columna,
riega junto al monumento;
y en lo solemne del coro,
del himno el acento canoro
une mi amor y mi acento:
¡Argentina tu día ha llegado!
¡Buenos Aires, amada ciudad,
el Pegaso de estrellas herrado
sobre ti vuela en vuelo inspirado!
Oíd, mortales, el grito sagrado:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Autor: Rubén Darío. 

sábado, 7 de julio de 2012

El juego de las potencias imperialistas se vive repitiendo: porqué Turquía no irá a la guerra contra Siria.


EL PRIMER MINISTRO ERDOGAN TODAVÍA NO ENTIENDE EL NUEVO ACUERDO CERRADO ENTRE RUSIA Y LOS ESTADOS UNIDOS.


Por Pepe Escobar (1)

 La tensión y probabilidad de una guerra mundial a causa del conflicto en Siria es posible y de actualidad porque ciertos países se comportan como pirómanos, sobre todo Turquía que sigue ofreciendo la base logística para mercenarios provenientes de Libia «liberada». Arabia Saudí, la casa de Saud sigue suministrando el dinero para armarlos. Washington, Londres y París seguirán afinando las tácticas en lo que sigue siendo el prolongado, candente juego anticipatorio para un ataque de la OTAN contra Damasco.



 Supo que estaba en apuros cuando el Pentágono filtró que el Phantom RF-4E turco fue derribado la semana pasada por artillería antiaérea siria frente a la línea costera siria, contradiciendo directamente el relato de Erdogán, quien afirmó que sucedió en el espacio aéreo internacional.


 Y la cosa empeoró; Moscú, a través del ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ofreció «datos objetivos de radar» como prueba.

 No quedaba mucho que hacer excepto cambiar de tema. Entonces Ankara introdujo una zona tapón de facto de 6,4 km a lo largo de la frontera sirio-turca – implementada ahora por F-16 que despegan desde la base Incirlik de la OTAN a intervalos regulares.

 Ankara también despachó tanques, baterías de misiles y artillería pesada a la frontera de 800 km, inmediatamente después que Erdogán calificara efectivamente a Siria de «Estado hostil».

 El futuro inmediato de Siria fue planeado en Ginebra recientemente, en una de esas representaciones absurdas de la «comunidad internacional» cuando EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Turquía y Qatar y Kuwait del Consejo de Cooperación del Golfo se sentaron para preparar una «solución pacífica» para el drama sirio, aunque según se informa la mayoría de ellos arman a la oposición contra Damasco.

 Se podría haber pensado que hemos vuelto a los días de la Declaración Balfour, cuando potencias extranjeras decidían la suerte de un país sin la más simple consulta de su pueblo, el que, a propósito, nunca les pidió que lo hicieran en su nombre.

Primer ministro turco Erdorgán.
 En todo caso, en pocas palabras: no habrá una guerra de la OTAN contra Siria –por lo menos por el momento. Más allá del hecho de que Lavrov no tiene problemas para enfrentar a la secretaria de Estado de EE.UU., Rusia gana, por el momento.

 Previsiblemente, Moscú no impondrá un cambio de régimen a Asad; teme que la consecuencia sea el derrumbe total de la maquinaria estatal siria, con consecuencias catastróficas. La posición de Washington se resume a la aceptación de un Asad muy débil, pero no necesariamente destituido.

 El problema es la interpretación de «consenso mutuo», en el cual se basaría un «gobierno de transición» en Siria – la vaga formulación que emergió en Ginebra. Para el gobierno de Obama, significa que Asad debe partir. Para Moscú –y, crucialmente, para Beijing– significa que la transición debe incluir a Asad.

 Hay que contar con grandes altercados respecto a la interpretación. Porque se puede pretender que haya una nueva «zona de exclusión aérea» sobre Libia –convertida por la OTAN en una campaña de bombardeo de 30.000 vuelos– que se convierta en el «gobierno de transición» de Siria, basado en «consenso mutuo».

 Una cosa es segura: nada pasará antes de la elección presidencial en EE.UU. en noviembre. Esto significa que durante unos cinco meses, Moscú intentará extraer algún tipo de «gobierno de transición» de los protagonistas sirios. Después, todo es posible. Un Washington bajo Mitt Romney podría ordenar un ataque de la OTAN a principios de 2013.

 Es posible que se pueda llegar a un acuerdo Putin-Obama o EE.UU.-Rusia incluso antes de Ginebra.

 Rusia ha disminuido la presión sobre la OTAN en Afganistán. Luego hubo la acción altamente coreografiada de la oferta de EE.UU. de una apología formal y su aceptación por Pakistán como era de esperar – abriendo así las rutas de abastecimiento de la OTAN hacia Afganistán.

 Es crucial recordar que Pakistán es observador e inevitable futuro miembro pleno de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) – dirigida por China y Rusia, ambos miembros del BRICS, muy interesados en que EE.UU. y la OTAN salgan definitivamente de Afganistán.

El «precio» pagado por Washington es, por supuesto, la disminución de la presión sobre Damasco, por lo menos por el momento. Erdogán no puede cambiar gran cosa; en realidad no estaba informado.

Mantener intacta la división del trabajo

 Esa es la esencia perversa de Ginebra: los protagonistas (extranjeros) estuvieron de acuerdo en que no están de acuerdo – y al diablo con los civiles sirios atrapados en el fuego cruzado de la guerra civil.

 Ante la ausencia de un ataque de la OTAN, la pregunta es ahora cómo el sistema de Asad pueda contener o ganar una guerra civil que es, según todas las razones prácticas, patrocinada por el extranjero.

 Sí, porque la división del trabajo seguirá intacta. Turquía seguirá ofreciendo la base logística para mercenarios provenientes de Libia «liberada», Arabia Saudí, Iraq y el Líbano. La Casa de Saud seguirá suministrando el dinero para armarlos. Y Washington, Londres y París seguirán afinando las tácticas en lo que sigue siendo el prolongado, candente juego anticipatorio para un ataque de la OTAN contra Damasco.

 A pesar de que la oposición siria armada no controla nada que sea remotamente significativo dentro de Siria, se espera que los mercenarios supuestamente armados por la Casa de Saud y Qatar se hagan cada vez más implacables. Se espera que el no tan ‘Libre’ Ejército Libre Sirio siga montando operaciones durante meses, si no años. Un punto clave es si seguirán existiendo suficientes línea de aprovisionamiento –si no desde Jordania, ciertamente desde Turquía y el Líbano.

 Es posible que Damasco no tenga el poder para atacar a los máximos protagonistas occidentales en este drama. Pero ciertamente puede causar estragos entre los actores de reparto –como en Jordania, Qatar, Arabia Saudí y, por cierto, Turquía.

 Jordania, –un eslabón débil, tiene un régimen inestable en el mejor de los casos–, ya ha cerrado líneas de suministro. Hizbulá hará, tarde o temprano, algo respecto a las rutas libanesas. Erdogán, tarde o temprano, tendrá que ser realista sobre lo que fue decidido en Ginebra.

 Además, no se puede olvidar que Arabia Saudí solo estará dispuesta a combatir hasta el último estadounidense muerto; no arriesgará saudíes para combatir a sirios.

 En cuanto a alertas rojas sobre tropas saudíes que se aproximarían al sur de Siria a través de Jordania, se trata de un chiste. Los militares de la Casa de Saud no siquiera pudieron derrotar a los abigarrados rebeldes houthi en el vecino Yemen.

Sistema de defensa sirio.
 Un último punto jugoso. La base naval rusa en Tartus aproximadamente a solo 90 km del sitio en el que fue derribado el Panthom RF-4E –ahora tiene su radar en funcionamiento permanente. Y se necesita solo un barco de guerra ruso anclado en aguas sirias para enviar el mensaje: si alguien tiene ideas extrañas, basta con considerar lo que le pasó a Georgia en 2008.

Hora de barajar esos naipes

 A Erdogán le quedan muy pocas cartas que jugar, si es que le queda alguna. Asad, en una entrevista con el periódico turco Cumhuriyet lamentó «100%» el abatimiento del RF-4E y argumentó: «El avión volaba en un área previamente utilizada por la aviación israelí».

 Sigue existiendo el hecho de que el impulsivo Erdogán obtuvo una disculpa del astuto Asad. Al contrario, después del desastre del Mavi Mármara, Erdogán ni siquiera recibió un plátano pelado de Israel.

 El verdadero escenario suicida sería que Erdogán ordenara otra provocación al estilo del F-4 y luego declarara la guerra a Damasco por cuenta del no tan «Libre» Ejército Libre Sirio. No tendrá lugar. Damasco ya ha demostrado que posee una red decente de defensa antiaérea.

 Todo analista militar que se respete sabe que una guerra contra Siria está a años luz de distancia de las previas operaciones «de juego de niños» de Iraq y Libia. Los comandantes de la OTAN, a pesar de toda su ineptitud, saben que podrían sufrir una tremenda paliza.

 En cuanto a los militares turcos, su obsesión suprema son los kurdos en Anatolia, no Asad. Reciben alguna ayuda militar de EE.UU. Pero lo que ansían realmente es que un ejército de drones [aviones sin tripulación] estadounidenses sea lanzado sobre Anatolia.

 Turquía cruza rutinariamente hacia el norte de Iraq para atacar a guerrilleros del PKK kurdo acusados de matar fuerzas de seguridad kurdas. Ahora, se informa que guerrilleros basados en Turquía cruzan la frontera hacia Siria y matan fuerzas de seguridad sirias, e incluso civiles. Sería demasiado difícil obligar a Ankara a admitir su hipocresía.

 Erdogán, en todo caso, debería proceder con extremo cuidado. Sus tácticas duras lo están aislando; más de dos tercios de la opinión pública turca se oponen a un ataque contra Siria.

 Ha llegado a un punto en el cual la revista turca Radikal consultó a sus lectores si Turquía debiera ser un modelo para el nuevo Medio Oriente. Turquía solía ser «el enfermo de Europa»; ahora Turquía «se convierte en el hombre solo de Medio Oriente», dice el artículo.

Es gas, gas, gas

 Sobre todo, Erdogán simplemente no se puede permitir antagonizar a Rusia. Hay por lo menos 100.000 rusos en Siria – haciéndolo todo, desde la construcción de represas al asesoramiento en la operación de sus sistemas de defensa.

 Y luego está la inevitable cuestión de los gasoductos. Sucede que Turquía es el segundo cliente por su tamaño de Gazprom. Erdogán no se puede permitir rivalizar con Gazprom. Toda la arquitectura de seguridad energética turca depende de gas de Rusia – e Irán. Hace un año se llegó a un acuerdo crucial por 10.000 millones de dólares entre Irán, Iraq y Siria para un gasoducto desde el gigantesco yacimiento South Pars de Irán a Iraq, Siria, y más allá hacia Turquía, conectando finalmente con Europa.

 Durante los últimos 12 meses, mientras Siria caía en la guerra civil, protagonistas esenciales dejaron de hablar del tema. Ya no. Cualquier analista que se respete en Bruselas admite que la suprema paranoia de la Unión Europea es convertirse en un rehén de Gazprom. El gasoducto Irán-Iraq-Siria sería esencial para diversificar los suministros de energía de Europa, apartándolos de Rusia.

 Para EE.UU. y la UE, este es el verdadero juego, y si requiere dos o más años de Asad en el poder, así sea. Y debe ser hecho de una manera que no enfrente totalmente a Rusia. Es donde entran en juego las promesas hechas en Ginebra a Rusia de que conservaría intactos sus intereses en una Siria post Asad.

 No hay que fruncir el ceño. Es como se juega a la geopolítica ultra dura entre bastidores. Queda por ver si Erdogán entiende el mensaje.

La guerra fantasma de Siria y Turquía

 Érase una vez, no hace mucho tiempo, el ministro de Exteriores turco Ahmet Davutoglu era el principal proponente de una política exterior denominada «cero problemas con nuestros vecinos», ridiculizada por muchos en Occidente como «nuevo-otomanismo».

 La OTAN se reúne este martes en Bruselas no solo para presentar su respuesta al abatimiento de un caza turco F-4 Phantom derribado por la artillería antiaérea de Siria, sino para sellar qué tipo de «nuevo-otomanismo» emerge de lo que en realidad se ha convertido en una política de «gran problema con uno de nuestros vecinos».

F-4 Phantom turco.
 Davutoglu insiste en que el F-4 fue derribado en espacio aéreo internacional, aunque concede que había penetrado brevemente el espacio aéreo sirio. Contradiciendo la explicación oficial siria, dijo que el jet estaba claramente marcado como turco; iba en un «vuelo de entrenamiento» para probar el «sistema nacional de radar» de Turquía; y sobre todo «no tenía una misión clandestina relacionada con Siria».

 Previamente, el portavoz del ministerio de Exteriores sirio, Jihad Makdissi había subrayado que se trataba de un «accidente, no un ataque». Según Makdissi, «un objeto no identificado entró en nuestro espacio aéreo y desgraciadamente fue abatido como resultado. Solo después nos dimos cuenta de que era un avión turco».

 Davutoglu, en una guerra relámpago en los medios turcos, como informa Today’s Zaman, reiteró que se trataba de un «vuelo solitario»; que el jet «no iba armado»; que no hubo advertencia antes de que fuera derribado; y era «irrelevante» el intento de Siria de conectar la «violación no malintencionada» de su espacio aéreo con el abatimiento del F-4.

 La violación del espacio aéreo de otro país, intentando evitar sus defensas al volar a baja altitud, es tan normal para Davutoglu como un shish kebab para almuerzo: «Antes hubo numerosas violaciones del espacio aéreo sirio por otros países. Pero Siria derribó nuestro avión desarmado».

 Pero entonces el ministro de Exteriores comenzó a desviarse (o no) de su libreto. Subrayó: «No importa cómo se desarrolle la historia del jet turco derribado, siempre estaremos junto al pueblo sirio». Y lo siguiente: «Siempre estaremos junto al pueblo sirio hasta la llegada de un régimen democrático en ese país». Olvidad el F-4 Phanton; el «pueblo sirio» puede dormir tranquilo porque lo más importante sigue siendo el cambio de régimen.

Todo lo demás es irrelevante

 La OTAN considerará el caso de Turquía según el Artículo Cuatro de su carta, que permite consultas cada vez que «la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes es amenazada». No estamos –todavía– en el Artículo Cinco, que tiene que ver con una reacción armada. Pero podría ser, dependiendo de cómo interprete la OTAN la afirmación de Turquía de que el F-4 Phantom fue «atacado a 13 millas de la costa siria, en espacio aéreo internacional».

 Por lo tanto, según la historia de Davutoglu el F-4 fue brevemente desviado al espacio aéreo sirio por alguna fuerza irresistible (¿Thor?); enseguida se dio cuenta de su error; se fue rápidamente; pero entonces fue derribado. A propósito, no se trató de un «vuelo solitario»; testigos dijeron a la televisión turca que vieron a dos cazabombarderos volando a baja altura que aceleraban hacia las aguas de Siria, pero solo uno volvió.

 De un modo tan predecible como que Inglaterra fuera eliminada de la Eurocopa 2012, las usuales mascotas belicistas europeas del tipo William Hague ya han intervenido, culpando a Siria porque Turquía violó el espacio aéreo sirio. Sin embargo no existe evidencia –hasta ahora– de que Ankara haya advertido al gobierno y a las fuerzas armadas sirias de que realizaría una especie de reconocimiento cerca de lo que ya es una frontera muy explosiva.

 Es «irrelevante», según Davutoglu, si el F-4 (o el par de F-4) iba armado o no; bastaría con tratar de contar al Pentágono, por ejemplo, que el hecho de que un objeto no identificado desconocido, volando a baja altura, rápidamente, entrara a su espacio aéreo, no constituiría una amenaza. Si se trataba de una misión de reconocimiento militar, como arguye el propio Davutoglu, el F-4 tenía que estar armado.

 E imaginad si se hubiera tratado de un jet sirio volando sobre territorio turco o israelí.

Arde, Anatolia, arde

 Ankara ciertamente solicitará a Damasco una disculpa formal y el pago de reparaciones. Teherán, que prácticamente hasta ayer, es decir, antes de la revuelta siria, formaba parte de un eje Ankara-Damasco-Teherán– hace un llamamiento a la serenidad.

 Por mucho que los belicistas profesionales alienten un remix del Golfo de Tonkín, eso sigue siendo demencia pura. A pesar de ello, Asia Times Online ha sido informado por una fuente local de «frenéticos» movimientos en la creciente base Incirlik de la OTAN en Turquía desde hace días.

 Todo el mundo sabe –pero nadie habla de ello– del centro de comando y control de la OTAN en Iskenderum, en la provincia Hatay de Turquía, cerca de la frontera siria, establecido hace meses para organizar, entrenar y armar al grupo abigarrado conocido como Ejército Libre Sirio. Todo el mundo sabe que Catar, Arabia Saudí y la CIA asesoran y arman a esos «rebeldes» sirios de la OTANCCG con esencial ayuda turca en el campo de la logística y del refugio.

 Todo el mundo sabe que Washington no aceptará otra cosa que un cambio de régimen en Siria, a favor de un títere dócil, sub-imperial (ciertamente no un islamista). Todo el mundo sabe que cada provocación impulsa la agenda -no tan oculta- de un ataque generalizado de la OTAN y el CCG contra Siria sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, soslayando a Rusia y China.

 Si el «neo-otomanismo» persiste en su obsesión con el cambio de régimen en Siria –en gran medida vinculada al sueño turco de encontrar una solución al «problema» kurdo– más vale que comience a evaluar cómo podría Damasco hacer que lleguen fondos y logística al PKK kurdo para que desencadene un infierno en Anatolia turca.

 Sin duda las cosas empeorarán considerablemente. Pero en términos de que la cola menee al perro –y de eso se trata– nadie sabe con seguridad; ¿trata Turquía de llevar al perro OTAN a una guerra, o es al revés?

Fuente Red Voltaire.

(1) Pepe Escobar es periodista y autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su último libro es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Es también corresponsal para el diario Asia Times y analista político para the Real News.